Fundamentos del Arte Bizantino: Historia, Arquitectura y Pintura Sacra

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Características Esenciales del Arte Bizantino

El emperador Teodosio, en el 395 d. C., dividió el Imperio Romano en Imperio Romano de Occidente e Imperio Romano de Oriente, estableciendo Constantinopla como su capital debido a su privilegiada situación entre Europa y Asia.

Después de la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d. C.), el de Oriente, o Imperio Bizantino, se convirtió en el transmisor del legado político y cultural de la Antigua Roma. De esta fusión surgió un arte y una cultura con personalidad propia, que serían el eje de una civilización que perduraría hasta la conquista de Constantinopla por los otomanos en 1453.

Historia del Arte Bizantino

En cuanto a la historia, podemos distinguir tres etapas principales:

Etapas Históricas

  1. Primera Edad de Oro (385-850)

    Durante el reinado de Justiniano, el arte alcanzó su máximo esplendor. Sus bases se encuentran en las culturas griega y romana, así como en el cristianismo. Desde el punto de vista político, se consolidó la posición autocrática del emperador, con intervención en los asuntos religiosos (cesaropapismo).

  2. Segunda Edad de Oro (850-1050)

    Esta fue una etapa de triunfos militares y expansión, en la que se reforzó el poder absoluto de la monarquía, apoyándose en un arte estatalista y propagandístico.

  3. Tercera Edad de Oro (1050-1453)

    Larga fase de decadencia, marcada por el Cisma de Oriente con la Iglesia de Roma. Durante este periodo, el poder del monarca se fue debilitando y se produjeron ataques de fuerzas externas, hasta que Constantinopla fue tomada por los turcos en 1453.

Manifestaciones Artísticas Bizantinas

En el ámbito artístico, destacan la Arquitectura, el Mosaico y la Pintura.

Arquitectura Bizantina

La arquitectura es donde se encuentran las mejores aportaciones del arte bizantino.

Características de la Arquitectura Bizantina

  • Empleo sistemático de bóvedas y cúpulas: Los arquitectos bizantinos demostraron gran pericia, logrando edificarlas con grandes proporciones. Supieron combinar espacios cuadrados con bóvedas curvas a través de pechinas y contrapesar grandes cúpulas con medias cúpulas, contrafuertes (engrosamientos puntuales en un muro, ya sea interior o exterior) y con muros más gruesos.
  • Utilización de plantas basilicales y centralizadas: Se emplearon tanto la planta basilical (de origen paleocristiano) como la centralizada (en forma de cruz). Una de las aportaciones a la estructura de la basílica es el iconostasis (estructura de madera o de obra que separa las naves del presbiterio, repleta de ornamentación y figuras, conocidas como iconos).
  • Columnas con capitel y cimacio: Se utilizaron los capiteles clásicos introduciendo modificaciones, siendo el más característico el capitel con cimacio, una pieza en forma de pirámide invertida truncada que se sitúa entre el capitel y el arranque del arco.
  • Importancia simbólica de la luz y el color: Se emplearon muros-cortina, que no tienen función de soporte y permiten abrir hileras de ventanas, inundando el interior de luz. Se caracterizó también por una decoración lujosa, de clara influencia oriental, con interiores recubiertos de mosaicos, mármol, planchas de cobre, oro y cerámica.

Edificios Emblemáticos

  • Santa Sofía de Constantinopla
  • San Vital en Rávena

El Mosaico Bizantino

Mientras los romanos lo empleaban principalmente como pavimento, en las basílicas paleocristianas se comenzó a colocar en las paredes. En el arte bizantino, el mosaico alcanzó un gran nivel técnico y se convirtió en el elemento decorativo principal de los interiores de los templos: ábsides, cúpulas y zonas destacadas.

Destacan por sus excepcionales características lumínicas y cromáticas. En muchos mosaicos se empleaban incluso piedras preciosas.

Ejemplos Notables

  • Mosaicos de San Vital
  • Mosaicos de San Apolinar Nuevo

La Pintura Bizantina: Iconos

Lo más representativo de la pintura bizantina son los iconos: representaciones sacras de Cristo y de la Virgen con el Niño, realizadas en madera y coloreadas. Sobre una plancha de madera entelada y recubierta con pan de oro y un fondo de color, se realizaba un dibujo con un buril (punzón metálico) y se coloreaban con temple o encáustica.

Estos iconos fueron muy difundidos e imitados durante toda la Edad Media.

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