Fundamentos Antropológicos de la Doctrina Social: Dignidad Humana y Trascendencia
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Principio Antropológico: La Primacía de la Persona Humana
El principio antropológico afirma la primacía total del hombre sobre todo el orden material en todas las formas y ámbitos de la convivencia humana. La persona humana es el centro de toda la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) y de todo el pensamiento social cristiano.
Nexos Fundamentales
- Principio Teológico (P. Teo): El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, posee un alma espiritual, dominio sobre la creación, libertad, y es un fin en sí mismo.
- Principio Cristológico (P. Cris): El hombre es amado por Dios hasta el punto de dar su vida en la cruz. Al encarnarse, Cristo se ha unido a todo ser humano. El hombre es redimido por Cristo.
El nexo más importante es la dignidad del hombre, superior a cualquier otro ser de la creación. Este principio es de razón natural y se completa con el principio de redención.
Es crucial tener una concepción clara del hombre como criatura de Dios. Cualquier intento de establecer un orden justo ignorando la verdad sobre el hombre está destinado al fracaso.
Concepción Integral del Ser Humano
- Creado a Imagen y Semejanza de Dios: El hombre, al ser creado de esta manera, posee un alma espiritual, de donde deriva su más elevada dignidad como persona.
- Herido por el Pecado: El pecado es la rebelión contra nuestra condición de criaturas. Implica la separación de Dios y afecta la naturaleza humana, siendo la raíz de toda violación de la dignidad del hombre.
- Unidad de Cuerpo y Alma: Gracias a su unidad corpórea, el hombre forma parte del mundo material. A nivel espiritual, puede penetrar la realidad, interrogarse a sí mismo y buscar a Dios.
- Abierto a la Trascendencia: El hombre no está llamado a encerrarse en sí mismo, sino a trascenderse y entrar en comunión con los demás.
- Ser Libre: El hombre se construye a través de sus actos. Libremente, es capaz de buscar a Dios. El recto ejercicio de la libertad exige condiciones económicas, sociales y jurídicas adecuadas.
- Ser Social por Naturaleza: El hombre necesita a los demás para desarrollarse, tanto material como espiritualmente. Cada persona está ordenada al bien común, y la sociedad está ordenada al bien de cada persona.
- Llamado a la Vida Eterna: Todos los hombres están llamados a la vida eterna, donde encontrarán la plena felicidad y verdadera realización. Por eso, el Estado debe respetar la libertad religiosa y la libertad de la Iglesia para realizar su misión: ayudar al hombre a encontrar a Dios.
Conclusión: La Dignidad Inalienable de la Persona
La dignidad de la persona humana es el fundamento de una sociedad justa. Esta dignidad se basa en el amor de Dios hacia el hombre. Solo el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, está llamado a participar de la vida divina, es libre, ha recibido el dominio de la creación y la capacidad de moldearla mediante el trabajo, posee un alma espiritual y ha sido asociado a la redención de Cristo.