La Fundación de Buero Vallejo: Realidad, Ficción y Engaño en Escena
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La Fundación de Buero Vallejo: Un Conflicto entre Realidad y Ficción
La obra La Fundación, de Buero Vallejo, plantea el tema literario del engaño a los ojos, el conflicto entre realidad y ficción creado por la imaginación, la alucinación o el trastorno mental que rechaza el mundo exterior. Buero nos lleva al concepto de lo real, a preguntarnos si lo que vemos es solo un holograma y si el espectador, sin saberlo, es parte de un engaño, porque en la obra nada es lo que parece. Tomás ha cambiado las profesiones de sus compañeros y la decoración del entorno; cambia a los carceleros por camareros.
El Espacio Escénico: Un Reflejo de la Mente
La acción dramática avanza en un solo espacio. El decorado es simple y de buen gusto, con electrodomésticos (frigorífico, televisor) y mobiliario (cama, sillones, vajilla). Sin embargo, hay detalles extraños: muros y suelo de cemento, mal olor, hambre común, cierre con llave de la habitación cada noche, rejilla del altavoz. La tensión dramática aumenta conforme la acción se tiñe de misterio y expectación.
Primera Parte: La Desaparición de la Realidad
En la primera parte, Tomás va a por un libro y desaparece la estantería; coge una cerveza y desaparece el frigorífico; la lámpara no se enciende; el televisor desaparece; la escoba se transforma en un viejo escobajo y el hombre es un cadáver.
Segunda Parte: La Revelación de la Verdad
En la segunda parte se revela la realidad: los becarios son presos encerrados en la celda de un país desconocido. Visten ropa vieja, se habla de rancho y de recuento, el paisaje se cambia por un corredor lleno de celdas. Desaparece la cortina del baño y aparece el retrete sin tapa.
La Escenografía como Elemento Trascendental
La escenografía es trascendental. La decoración representa dos planos: el de la locura y el de la recuperación de la razón. Buero, por medio del espacio y el tiempo, determina el acceso del espectador a la trama in medias res y hace que viva el regreso. Es una estructura en la que el pasado se revela al espectador poco a poco, para que sospeche lo que sucede.
Al principio, no se entiende la tensión entre los personajes; se piensa que hay una conspiración contra Tomás, que se siente inseguro y dice no entender nada. Los acontecimientos son fatales: delación de Tomás, condena a muerte de todos, traición de Max, el pasado de Asel, el plan de fuga. Tomás deja la escena y su visión subjetiva es la que el espectador se ve obligado a compartir, con la ayuda de una escenografía que refleja su proceso mental. La iluminación y la música son también importantes.
Simbolismo en la Obra
Destaca el valor simbólico de: ventanal, paisaje, ratón, hologramas y la Fundación. Asel dice que el ventanal es lo único real; simboliza la libertad, el futuro mejor que se logra con la lucha. Tulio reconoce que los hologramas se confunden con la realidad. El ratón de Berta es un ser humano, prisionero de sus fundaciones. La Fundación es una realidad falseada, ataviada por la mente de Tomás para evadirse de lo real.
El Final: Una Advertencia sobre las "Fundaciones" de la Realidad
Antes de caer el telón, la escena recobra el aspecto de la Fundación. El autor previene al espectador sobre las fundaciones que le acechan en la realidad. El final significa que la anécdota ha acabado, pero la vida sigue. Todo es cárcel o fundación, y sin verdad no hay libertad.