Funciones de los linfocitos T y desarrollo de la reacción alérgica

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Funciones de los linfocitos T

: Tras su activación, los linfocitos T provocan una acción citotóxica y regulan la respuesta inmunitaria.

Citotoxicidad

: La acción citotóxica consiste en la lisis de células diana por los linfocitos T. Las células diana pueden ser cualquier célula del propio individuo que tenga en su superficie complejos antigénicos formados por autoantígenos del MHC de la clase I y antígenos extraños (como ocurre en las células infectadas por virus), o bien antígenos anormales (caso de las células cancerosas). Tras la unión entre la célula diana y el linfocito T, este segrega unas proteínas, denominadas perforinas, que producen unos orificios en la membrana celular semejantes a los provocados por la acción del complemento. Como consecuencia, la célula diana se lisa y muere. También se puede producir la activación de las endonucleasas de la célula diana, lo que provoca igualmente su muerte.

Linfocitos no-B no-T

: Estas células son minoritarias pero desempeñan un papel importante en ciertos casos. Estos linfocitos presentan algunas características diferentes a las del resto: poseen gránulos citoplasmáticos y tienen una actuación inespecífica, pues no reconocen antígenos específicos. Por otra parte, tras la estimulación, su número no aumenta ni originan memoria inmunológica. Sin embargo, se incluyen en este grupo de leucocitos, ya que pertenecen a la serie linfoide. Existen dos tipos de linfocitos no-B no-T:
  • Células K o células asesinas
  • Células NK o células asesinas naturales

Citocinas

: Son un conjunto de moléculas reguladoras de la respuesta inmune: coordinan las funciones de las células implicadas aumentando o disminuyendo su acción. Las citocinas sintetizadas por los linfocitos se denominan linfocinas o linfoquinas.

Desarrollo de la reacción alérgica

: Sensibilización. La primera exposición al alérgeno provoca un estímulo de los linfocitos TH que, a su vez, inducen la activación de los linfocitos B. Estos fabrican inmunoglobulinas IgE, que se unen por su zona constante a los leucocitos basófilos y a los mastocitos fijándose a la superficie externa de su membrana. Se dice entonces que se ha producido la sensibilización, la cual depende de la producción de IgE. La causa última de la sensibilización al alérgeno no se conoce. Parece ser, aunque aún no se ha demostrado, que la formación de las IgE depende, al menos en parte, de la información genética del individuo. También se ha atribuido a una deficiencia de los linfocitos Ts encargados de evitar una actuación excesiva del sistema inmunitario.

Nueva exposición al alérgeno

: Una vez producida la sensibilización, y tras una nueva exposición al alérgeno, este se une a las IgE fijadas previamente a los mastocitos y basófilos, lo cual provoca su desgranulación, que consiste en la secreción de sustancias que se encuentran en el citoplasma celular. Para que se produzca la desgranulación es preciso que el alérgeno se una, al menos, a dos moléculas de IgE. Los síntomas y manifestaciones del proceso alérgico se derivan de la acción de estas sustancias, que pueden desencadenar reacciones locales (inflamación cutánea con enrojecimiento, hinchazón y picor o aumento de la secreción nasal y lacrimal) o reacciones generalizadas (contracción de los músculos de bronquios y bronquiolos, que genera dificultades respiratorias, asma o bien una importante vasodilatación general). En este último caso se puede producir la muerte por asfixia o bien por un descenso acusado de la presión sanguínea (shock anafiláctico). El tratamiento de los procesos alérgicos se basa en la administración de antihistamínicos, para neutralizar la acción de la histamina, y también de otros medicamentos, para aumentar la presión sanguínea y dilatar los bronquios. La solución ideal, sin embargo, consiste en desensibilizar al individuo mediante técnicas de inmunoterapia. Para ello se realizan pruebas cutáneas con el fin de identificar el alérgeno responsable. Una vez detectado, este se administra en dosis crecientes hasta conseguir la desensibilización. Con este método se forman unos anticuerpos bloqueantes (IgG) que al unirse al alérgeno impiden que este se una a las Ig. También puede estar implicada la producción de linfocitos Ts, que provocan una disminución de la síntesis de IgE.

Hipersensibilidad

: Se produce cuando el sistema inmunológico desencadena una respuesta inmunitaria excesiva que provoca lesiones en los tejidos del propio organismo. En la hipersensibilidad, los procesos inmunitarios no ocasionan un beneficio al organismo, sino un efecto perjudicial. La acción lesiva puede ser por anticuerpos como por linfocitos T. Según el efecto producido, el proceso inmunitario causante y el tiempo que tarda en aparecer tras el contacto con el antígeno se distinguen 4 tipos:
  • Hipersensibilidad de tipo I (inmediata o anafiláctica)

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