Fuerzas Políticas y Sufragio: Pilares de la Democracia

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Fuerzas Políticas: Motor de la Democracia

La importancia de las fuerzas políticas se entiende en relación con la existencia de la democracia. Si bien los partidos políticos no son la única fuerza política, el profesor Huber denota de buena manera el significativo papel que juegan estas al establecer que “los partidos políticos son el aceite que lubrica las ruedas de la maquinaria democrática. Si no existiesen, si no propusiesen candidatos para la elección y no provocasen la discusión de ideas y problemas, la vida pública sería sumamente pobre y el Estado carecería de los elementos activos de su vida”. Es decir, sin ser los partidos políticos la única fuerza política existente, son estos entes (las fuerzas políticas en su totalidad) los que permiten entender el concepto de democracia y el hecho de que apunte a que el poder reside en el pueblo (en griego demos = pueblo y kratos = poder).

Por tanto, la importancia de las fuerzas políticas radicaría en que son ellas, junto a las personas individuales que las integran, los actores fundamentales dentro de una democracia. El profesor Nogueira establece claramente que una sociedad política se construye a través de la diversidad de sus miembros, que se basa tanto en el consenso como en la discrepancia y, que en el interior de una comunidad existe una gran cantidad de intereses distintos. Por lo cual, el hecho de que exista diversidad de fuerzas políticas que respetan los cimientos de una democracia, hacen posible su desarrollo, obligando a estas a tener que llegar a consensos para influir en las decisiones políticas.

Se hace importante recordar que, como se expuso en las páginas anteriores, las diversas fuerzas políticas, tanto orgánicas como inorgánicas, tienen su pleno desarrollo cuando el régimen imperante es democrático, ya que es aquí donde logran influenciar las decisiones políticas y servir de motor de la actividad política. Pues bien, todas esas discrepancias teóricas que obligan a los diversos agentes a ceder en sus postulados con el fin de lograr el consenso práctico, permiten darnos cuenta de que sin estas no habría democracia y no se podría lograr el bien común (fin de esta), sino más bien, un sistema donde es sólo uno el que manda de acuerdo con sus convicciones y creencias, pasando a ser una auténtica autocracia donde lo que importa son meros fines particulares.

Según el profesor Nogueira, podemos resumir lo anterior diciendo que “la democracia, se funda y desarrolla a partir del consenso sobre los derechos humanos y las reglas del juego democrático, como asimismo, se desarrolla y consolida por medio de la discrepancia y el conflicto sobre las metas derivadas o sobre los medios para lograrlas”. Es decir, respetando la base sustancial que son los valores humanos y los derechos fundamentales de la persona, las fuerzas políticas hacen posible la vida en democracia.

El Sufragio: Expresión de la Voluntad Ciudadana

Las democracias estrictamente representativas limitan al electorado a escoger a aquellas personas que desempeñan cargos electivos. Cuando a través del sufragio se eligen personas, se realiza una elección. En cambio, cuando por su intermedio se adopta una decisión o se expresa un sentir, se produce una votación.

Objetivos del Sufragio

  • Dar legitimidad al título de las personas llamadas a representar a los ciudadanos.
  • Deducir y conocer la voluntad del electorado.
  • Configurar, mediante el resultado de la elección, una imagen del sentir nacional.
  • Apreciar el grado de adhesión que recibe la autoridad.
  • Admitir, con el consentimiento explícito de los ciudadanos, la incorporación y vigencia de normas constitucionales o legales, o resolver los asuntos sometidos a su consulta (referéndum, plebiscito).

Hay quienes sostienen que el cuerpo electoral es más que una agrupación de electores, estableciendo que es un órgano estatal formado por los electores y su función es elegir, opinar o decidir. Por tanto, el elector estaría realizando una función pública o una atribución típicamente política. Según la filosofía racionalista e individualista, el sufragio es un derecho, es decir, es concebido como una atribución inherente a la persona humana. Sin embargo, esto es una exageración debido a que el sufragio depende de la organización política vigente y del cumplimiento de una serie de requisitos ineludibles.

Condiciones para Ejercer el Sufragio

El sufragio no es un derecho inherente a la persona humana, sino que para ejercerlo se requiere cumplir con ciertas condiciones:

  • Nacionalidad: (capítulo II, Art. 10, 11, 12 CPR).
  • Domicilio: ya que se exige tener domicilio o cierto tiempo de residencia dentro de la circunscripción en que ha de sufragarse, (normas del código civil).
  • Edad: (En un principio en Chile se exigía la edad de 25 años para los casados y 30 para los solteros. Más adelante se exigía 21 para todos y, desde 1970, solo 18 años).
  • Capacidad: No pueden sufragar los locos o dementes. Se exige un mínimo de racionalidad (normas del código civil).
  • Dignidad mínima: No pueden votar los procesados o condenados por graves delitos o crímenes.
  • Inscripción previa.

Características del Sufragio

  • Es un acto personal. Quien debe manifestar la voluntad es el propio elector.
  • Es obligatorio o facultativo, según la naturaleza jurídica que se adopte.
  • Es secreto. El voto debe ser libre.
  • Es contrario al cohecho o al soborno.
  • Es universal. Se opone al sufragio restringido o censitario que reinó durante las etapas incipientes de la democracia burguesa en el siglo pasado. En estas el sufragio estaba condicionado a la propiedad, capital o renta.
  • Es igualitario, es decir, todos los votos valen lo mismo. Sin embargo, esta igualdad muchas veces se ve condicionada, debido a que en la práctica no vale lo mismo el voto de una persona que vive en un lugar con menos habitantes, que el de una en donde sufragan y viven un mayor número de habitantes.

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