Fuerzas Armadas y Defensa Nacional en Perú: Roles, Misiones y Reforma del Sector
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Integridad Territorial y Participación en el Desarrollo Nacional
La integridad territorial de la República implica la intangibilidad del territorio, que no puede ser ocupado por potencias extranjeras ni afectado por fuerzas de ninguna naturaleza o magnitud.
El Artículo 171 de la Constitución Política señala que las Fuerzas Armadas participan en el desarrollo económico y social del país, así como en la defensa civil, de acuerdo a la ley. Las acciones de apoyo a la comunidad son una de las formas en que las Fuerzas Armadas contribuyen directamente a integrar a aquellas poblaciones donde el Estado tiene limitaciones objetivas para desarrollar sus actividades.
Misiones de las Fuerzas Armadas Peruanas
Ejército del Perú (EP)
Misión:
Ejercer la vigilancia, protección y defensa del patrimonio e intereses nacionales en el ámbito terrestre, con la finalidad de garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la República frente a cualquier amenaza externa o interna, y contribuir con el logro de los Objetivos Nacionales.
Asumir el control del orden interno de acuerdo con la Constitución, y participar en el desarrollo socioeconómico del Estado y en la defensa civil de acuerdo con la Ley.
Marina de Guerra del Perú (MGP)
Misión:
Ejercer la vigilancia, protección y defensa del patrimonio e intereses nacionales en el ámbito marítimo, fluvial y lacustre; asumir el control interno en los estados de emergencia, cuando así lo decrete el Presidente de la República; participar en el desarrollo económico y social del país y en la defensa civil de acuerdo a la ley, con el fin de contribuir a garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República frente a cualquier amenaza externa o interna y al logro de los Objetivos Nacionales.
Fuerza Aérea del Perú (FAP)
Misión:
Ejercer la vigilancia, protección y defensa del patrimonio e intereses nacionales en el ámbito aeroespacial, con el fin de garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República frente a cualquier amenaza externa o interna y al logro de los Objetivos Nacionales.
Asumir el control del orden interno de acuerdo con la Constitución, y participar en el desarrollo socioeconómico del Estado y en la defensa civil de acuerdo con la Ley.
Reforma del Sector Defensa
Modernización de la Gestión del Estado
La Reforma del Sector Defensa está enmarcada en la Ley Nº 27658, “Ley Marco de Modernización de la Gestión del Estado”, y su reglamento, el Decreto Supremo Nº 030-2002-PCM, que declara al Estado Peruano en proceso de modernización en sus diferentes instancias.
La finalidad fundamental es la obtención de mayores niveles de eficiencia del aparato estatal, de manera que se logre una mejor atención a la ciudadanía, priorizando y optimizando los recursos públicos.
El objetivo del proceso es alcanzar un Estado al servicio de la ciudadanía, con canales efectivos de participación ciudadana, descentralizado y desconcentrado, transparente en su gestión, fiscalmente equilibrado y con servidores públicos calificados y adecuadamente remunerados.
En el contexto de la reforma del Estado, la Comisión de Reestructuración Integral de las Fuerzas Armadas, mediante Resolución Suprema Nº 038-DE/SG, señaló que su labor se inserta dentro del proceso de modernización del Estado, que se inicia con la creación del nuevo Ministerio de Defensa, encargado de diseñar, ejecutar y supervisar la Política de Defensa y de cumplir dos roles fundamentales:
- Constituir un instrumento de control democrático de las Fuerzas Armadas.
- Garantizar su apropiado funcionamiento como fuerza militar.
Por lo que era necesario dotar al Ministerio de una estructura orgánica moderna y eficiente, que lo indica la Ley Nº 27860, Ley del Ministerio de Defensa, que creó los despachos viceministeriales de:
- Asuntos Administrativos y Económicos.
- Asuntos Logísticos y de Personal.
Integró como órganos de línea a:
- Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
- Dirección General de Política y Estrategia.
Reemplazando a la Secretaría de Defensa Nacional y como órganos de ejecución a:
- Ejército.
- Marina de Guerra.
- Fuerza Aérea.
Se incorporó a las Fuerzas Armadas en la Vigésima Quinta Política de Estado, que indica las políticas orientadoras del proceso de la reforma del Sector Defensa.
La reforma del Sector Defensa incluye reformas institucionales:
- Propuestas por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación Nacional.
- Acciones consideradas en la Hoja de Ruta 2004-2006 del actual gobierno.
Bajo este marco, se vienen implementando las acciones a fin de consolidar la confianza de la sociedad en la integridad del personal que pertenece al Sector Defensa y en su capacidad para cumplir con su misión constitucional.
Relaciones Civiles Militares
Políticos e intelectuales peruanos rehúyen constantemente el tema de una relación óptima entre la clase política y las Fuerzas Armadas peruanas, refugiándose en el precepto constitucional de la subordinación militar al poder político. Para que esta subordinación sea efectiva, los políticos deberían estar en capacidad de asumir y definir los objetivos políticos y estratégicos de la defensa nacional, pero muchos creen que ese asunto es solo cosa de militares. Las grandes democracias de Occidente no existirían si hubiesen cometido semejante error intelectual.
El problema de las relaciones entre civiles y militares tuvo un punto de inflexión con la llamada “Revolución de las Fuerzas Armadas” (1968-1980). Antes de 1968, se instaló un grupo de civiles de izquierda en el Centro de Altos Estudios Militares, hoy CAEN, donde terminaron convenciendo a la élite militar de la necesidad de aniquilar el orden constitucional y económico entonces existente.
A partir del golpe militar del 3 de octubre de 1968, altos oficiales de las Fuerzas Armadas ocuparon casi todos los cargos públicos de importancia en el país y expropiaron el agro, la pesca, la banca, los supermercados, el petróleo, los medios de comunicación, los teléfonos y la gran minería, entre muchos otros desmanes y desaciertos. La Venezuela de hoy es una réplica casi exacta del Perú de la dictadura militar de Velasco Alvarado.
Durante los doce años de dictadura militar, los civiles, cuando hablaban del régimen militar, decían a secas: “los militares”. Por desgracia, todo el estamento militar fue desprestigiado ante la civilidad por los velasquistas. Astutamente, los golpistas llamaron a su dictadura “la revolución de las Fuerzas Armadas”, presentando como actores activos de la revolución a toda una oficialidad que en realidad no tenía ninguna capacidad deliberativa y obedecía castrensemente al comando.