Las Fuentes del Saber: Racionalismo y Empirismo en la Filosofía Moderna
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Racionalismo vs. Empirismo: Dos Visiones del Conocimiento
El Racionalismo Cartesiano y las Ideas Innatas
A partir de esta base, René Descartes reflexiona sobre las ideas innatas. Estas ideas no provienen de la experiencia externa, sino que son inherentes a la naturaleza humana, presentes en la mente desde su origen. Para él, la idea de Dios, como ser infinito y perfecto, es una de estas ideas innatas, pues solo una idea perfecta como la de Dios puede ser causa de la mente humana, que está limitada y finita. Desde esta premisa, Descartes intenta demostrar la existencia de Dios y, a partir de ahí, asegurar la verdad de los conocimientos humanos, pues Dios, siendo perfecto y no engañador, garantiza que nuestras percepciones claras y distintas sean verdaderas.
El Empirismo: La Experiencia como Fuente de Conocimiento
Por otro lado, la filosofía empirista se desarrolla en oposición al racionalismo. Si los racionalistas defienden que la razón es la única fuente segura de conocimiento, los empiristas sostienen que todo conocimiento debe provenir de la experiencia sensible. Filósofos como Thomas Hobbes, John Locke, George Berkeley y, especialmente, David Hume, consideran que la mente humana al nacer es como una página en blanco (o tabula rasa), que se va llenando con las impresiones que nos llegan a través de los sentidos. Para los empiristas, las ideas son el resultado de las percepciones sensoriales y no hay conocimiento previo a la experiencia.
John Locke y la Tabula Rasa
John Locke, por ejemplo, defendía que todas nuestras ideas, incluso las más abstractas, tienen su origen en la experiencia, y que no existen ideas innatas, sino que el conocimiento se construye a partir de las experiencias que acumulamos a lo largo de la vida.
David Hume: Escepticismo Radical y Crítica a la Causalidad
David Hume lleva esta posición aún más lejos, cuestionando la idea misma de sustancia, de causalidad y de la existencia de entidades fuera de la experiencia. Para Hume, las percepciones son la única fuente de conocimiento, y estas se dividen en:
- Impresiones: Percepciones vivas y claras que nos llegan a través de los sentidos.
- Ideas: Réplicas débiles y desvanecidas de estas impresiones.
De acuerdo con Hume, todo conocimiento es una copia de las impresiones y, como tal, no puede ir más allá de lo que los sentidos nos muestran. Hume también critica la noción de causalidad, argumentando que no tenemos ninguna impresión directa de la relación causa-efecto. Lo que llamamos causalidad, para él, es una simple asociación de ideas basada en la experiencia repetida, pero no podemos conocer con certeza que la causalidad sea una conexión necesaria entre los eventos.
El Escepticismo Humeano y la Naturaleza del Conocimiento
En este sentido, Hume es profundamente escéptico respecto a nuestra capacidad de conocer la realidad más allá de nuestras percepciones inmediatas. No solo pone en duda la existencia de Dios, sino que también niega la existencia del "yo" como una entidad permanente e inmutable, ya que todo lo que tenemos son percepciones pasajeras y cambiantes. Según Hume, la creencia en la causalidad y en la existencia de un mundo exterior es el resultado de hábitos mentales y de la costumbre, no de una certeza racional.
Conclusión: El Legado de Racionalismo y Empirismo
En resumen, tanto el racionalismo como el empirismo presentan visiones opuestas sobre la naturaleza del conocimiento y el método para alcanzarlo. Mientras el racionalismo confía en la razón como la fuente de certeza, el empirismo considera que todo conocimiento debe ser validado a través de la experiencia sensible. A pesar de sus diferencias, ambas corrientes han tenido una influencia profunda en el desarrollo del pensamiento filosófico y continúan siendo relevantes en la discusión contemporánea sobre el conocimiento y la verdad.