Las Fuentes Históricas en la Enseñanza: Una Guía Completa

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Las Fuentes Históricas

1. El documento histórico

La información, para hacerse tangible, debe fijarse en un documento. El documento se puede definir como “cualquier indicio, físico o simbólico, preservado o registrado, que pretende representar, reconstruir o demostrar un fenómeno físico o intelectual”.

Entre las fuentes históricas podemos realizar una primera división: fuentes primarias y fuentes secundarias.

  • Las fuentes primarias serían aquellas que se producen coetáneamente al momento o fenómeno estudiado.
  • Las fuentes secundarias son aquellas que produce la comunidad científica, es decir, los historiadores, con el objetivo de interpretar las fuentes primarias.

Gemma Tribó nos propone una división en fuentes documentales, depositadas en los archivos; fuentes materiales, que reúnen todo el patrimonio material y arquitectónico, custodiado en museos, pero también observable al aire libre; y fuentes orales, que recogen tradiciones populares, o testimonios de determinados momentos históricos. Entre las fuentes documentales, G. Tribó distingue fuentes escritas y fuentes visuales. Por lo que respecta a las fuentes materiales, se puede distinguir entre utensilios de la vida cotidiana, patrimonio arquitectónico, y patrimonio arqueológico.

Las variables específicas del trabajo didáctico con las fuentes primarias serían:

a) Idoneidad y selección

“La idoneidad de una fuente está en relación con su potencial motivador, para incentivar a los alumnos al aprendizaje y en relación con su capacidad de ilustrar o ejemplificar algún contenido curricular”. Gemma Tribó nos indica que las fuentes icónicas y las orales son más motivadoras que las documentales: fotografías antiguas, o entrevistas de historia oral. Las fuentes documentales, los criterios didácticos que conducen al profesor de historia a calificar de idónea una fuente, están vinculados a la función que le otorgue en la secuencia instructiva, a la capacidad de motivación, y al impacto afectivo que pueda ejercer en sus alumnos, a la facilidad o dificultad de transposición didácticas, al modelo de intervención didáctico programado y a la capacidad de transferencia de conocimiento”.

En consecuencia, la tarea del profesor es difícil, ya que no sólo tiene que utilizar una fuente histórica, sino que debe utilizar la más adecuada.

b) Secuenciación instructiva

El profesor decidirá en qué fase del aprendizaje introducirá el documento que desea utilizar. Hablamos de la secuenciación didáctica y su inclusión dentro de una Unidad Didáctica concreta. La selección del documento dependerá de la función que le asignemos.

  1. MOTIVACIÓN. Se debería situar al comienzo del proceso.
  2. ILUSTRACIÓN. Se introduce en el momento oportuno, en función de los contenidos.
  3. SÍNTESIS. Se situaría al final del proceso.

El profesor se enfrentará a una programación en tres momentos diferentes:

  1. Reflexión pedagógica previa del profesor:
    • a) otorga a cada fuente o documento una o varias funciones,
    • b) diseñará pautas u orientaciones para interrogar a la fuente y
    • c) preverá los mecanismos de control y corrección oportunos para el desarrollo de la actividad.
  2. Trabajo de aula: Se pide a los alumnos que lean las fuentes y analicen sus características generales, la información indirecta derivada de su forma y de la información directa o mensaje principal.
  3. Trabajo de integración y síntesis posterior: El profesor debe preparar materiales secundarios (bibliografía), para que el niño pueda contrastar sus deducciones e informaciones. El objetivo es que el niño pueda poner orden en sus deducciones, e intentar que aporte explicaciones razonadas que integren bibliografía y fuentes primarias.

c) La transposición didáctica de las fuentes escritas

Proceso de adaptación de las fuentes para la enseñanza. Las fuentes históricas presentan abundantes problemas para su manejo. Para el manejo de cualquier fuente debemos preguntarnos siempre por dos aspectos fundamentales: su forma, aspecto físico o soporte y su contenido.

En cuanto al soporte, debe acercarse a los alumnos, ya que puede ayudar a contextualizar la fuente histórica. Cuanto más antigua sea la fuente, normalmente la complejidad del trabajo con ella será mayor.

En cuanto al contenido o información directa es frecuente encontrar en los libros de texto de Educación Primaria y Secundaria pequeños textos históricos con el objetivo de ilustrar alguna de las Unidades Didácticas. También las visitas a archivos se han ido haciendo algo más habituales.

Para el trabajo con la documentación habrá que:

  1. Identificar el lugar, la fecha, el autor y el receptor.
  2. Investigar el significado de expresiones o conceptos desconocidos.
  3. Situar la fuente en su contexto histórico.
  4. Comprender las ideas principales de la fuente.
  5. Evaluar el grado de fiabilidad de la fuente.
  6. Extraer de la fuente la información útil para la investigación.
  7. Contrastar la información con la aportación de otras fuentes primarias o secundarias.
  8. Obtener resultados o construcción del conocimiento.

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