Franquismo: Represión y Consolidación en España (1939-1959)
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Pregunta 30- Represión y consolidación del régimen años 40 y 50
La evolución del franquismo durante los años 40 y 50 del siglo XX se ha caracterizado por una compleja interacción entre represión interna y estrategias de consolidación del régimen, en un contexto nacional e internacional marcado por la posguerra mundial y los primeros compases de la Guerra Fría. Tras la victoria en la Guerra Civil Española, el régimen de Francisco Franco se estableció en lo que se ha denominado como el primer franquismo (1939-1959), un período de profundas transformaciones políticas, sociales y económicas que sentaron las bases del autoritarismo que caracterizaría al régimen durante décadas.
Influencia de la Falange y Acercamiento a las Potencias del Eje
Durante el primer gobierno de Franco, la influencia de la Falange Española fue predominante, con figuras destacadas como Ramón Serrano Suñer, quien ejerció un papel clave en la configuración del Estado y en las relaciones internacionales de España. En este período, el régimen adoptó una postura cercana a las potencias fascistas de la Segunda Guerra Mundial, lo que se reflejó en un cambio en el estatus de España de "neutral" a "no beligerante" y en la participación en iniciativas como la formación de la División Azul para luchar en el frente ruso junto a las fuerzas nazis.
Represión Interna y Consolidación del Poder
Internamente, el régimen franquista se caracterizó por una política de represión sistemática contra los opositores políticos y sociales. Esto se tradujo en la promulgación de leyes como la de responsabilidades políticas de 1939 y la de supresión de la masonería y el comunismo de 1940. La represión se extendió a lo largo de toda la década, con miles de personas encarceladas y ejecutadas, y con la implantación de un sistema de trabajo forzado que explotaba a los prisioneros en la construcción de infraestructuras y monumentos emblemáticos del régimen, como el Valle de los Caídos.
En términos políticos, el régimen franquista se configuró como un Estado totalitario, concentrando todos los poderes en la figura del "Caudillo". Franco acumuló los cargos de jefe del Estado, jefe del ejército y líder del partido único, así como los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Los organismos consultivos como el Consejo Nacional del Movimiento tenían un papel meramente nominal, sirviendo como instrumento de legitimación del poder absoluto de Franco.
Adaptación al Contexto Internacional y Reconocimiento
A medida que avanzaba la década de 1940, el régimen franquista se vio obligado a adaptarse a los cambios en el escenario internacional, especialmente con el deterioro de las potencias del Eje y el avance de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. En 1943, España retornó a una posición de neutralidad y retiró la División Azul. En 1942 se promulgó la ley Constitutiva de Cortes para mejorar la imagen del régimen ante los aliados, destituyendo a figuras como Serrano Suñer y enfocándose más en el carácter católico del régimen, conocido como nacionalcatolicismo.
A nivel internacional, el régimen franquista enfrentó el rechazo de la comunidad internacional, con la ONU definiendo a España como un régimen fascista en 1946. Este aislamiento internacional exacerbó la difícil situación económica de España y la privó de participar en el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa. Sin embargo, la Guerra Fría trajo consigo un cambio de perspectiva por parte de Estados Unidos, que comenzó a ver a Franco como un potencial aliado anticomunista en la lucha contra la Unión Soviética. Esto llevó a un acercamiento entre España y Estados Unidos, así como a la firma de un concordato con la Santa Sede en 1953, reafirmando la alianza entre la Iglesia y el franquismo.
En 1955, España logró entrar en la ONU y obtener reconocimiento internacional, lo que marcó un punto culminante en los esfuerzos del régimen por legitimarse a nivel internacional. La década de los 50 también vio la promulgación de la ley de Principios del Movimiento Nacional, que sintetizó los principios ideológicos del régimen, definiéndolo como monárquico, tradicional y católico, con una administración del Estado centralista.
Conclusión
En resumen, los años 40 y 50 en España estuvieron marcados por la consolidación de un régimen autoritario bajo Franco, con una combinación de represión interna y esfuerzos por mejorar su imagen a nivel internacional. A pesar de sus intentos por alejarse del fascismo y definir una "democracia orgánica", el régimen franquista fue ampliamente rechazado internacionalmente y se caracterizó por la concentración de poder en manos de Franco, la ausencia de elecciones libres, el control de los medios de comunicación y la restricción de los derechos y libertades civiles de los ciudadanos.