El Franquismo: Pilares, Evolución Política y Transición a la Democracia en España

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Fundamentos Ideológicos y Evolución Política del Franquismo

Los Apoyos del Franquismo: Fundamentos Ideológicos

De 1939 a 1975, España estuvo bajo un régimen autoritario y de dictadura personal encabezado por el general Franco. Para mantener su poder, se apoyó en: falangistas, monárquicos, representantes de la Iglesia, militares, franquistas puros y tecnócratas. La dictadura de Franco no fue fascista, fue una dictadura personal con elementos de cada una de las facciones.

Las Familias Institucionales o Pilares del Régimen

El Ejército fue defensor del régimen hasta el final, respaldando su ordenamiento legal y promoviendo el nacionalismo, el anticomunismo y una visión centralista de España, junto con los valores de disciplina, jerarquía y orden.

La Falange: Franco se adueñó de ella y con el Decreto de Unificación de 1937 incorporó a los carlistas bajo el Movimiento Nacional. La ideología original, influenciada por el fascismo italiano, se transformó, adoptando el hipernacionalismo, la exaltación del líder y la organización sindical vertical.

La Iglesia Católica respaldó al franquismo, considerando la guerra civil como una cruzada contra el marxismo ateo. Promovió el nacionalcatolicismo, defendiendo la religión y la moral católica como fundamentales para la identidad española.

Las Familias Políticas

Los monárquicos, divididos entre partidarios de la monarquía constitucional y los carlistas, ambos apoyaron a Franco durante la guerra civil. Tras declarar España como Reino en 1947, en 1969, Franco designó a don Juan Carlos de Borbón como su sucesor, quien juró fidelidad al régimen.

Los franquistas puros, como el almirante Carrero Blanco, eran fieles al Caudillo y veían al franquismo como inalterable.

Los tecnócratas, muchos del Opus Dei, lideraron la economía en los años 60. Para ellos el desarrollo económico modernizaría y legitimaría el régimen.

La Evolución Política

La Etapa Azul o Predominio de Falange (1939-1945)

Esta etapa refleja un predominio de la Falange debido al respaldo internacional de Alemania.

Figura destacada: Serrano Súñer.

Se promulgó la Ley Constitutiva de las Cortes en 1942, aunque el verdadero poder legislativo seguía en manos de Franco.

Empieza la Segunda Guerra Mundial:

  1. España se declaró neutral.
  2. En 1940, ante los avances de Hitler, Franco adoptó la no beligerancia. Se reunió con Hitler en Hendaya y envió la División Azul a luchar contra los soviéticos en 1941 (aunque no entró en la guerra).
  3. Con la entrada de Estados Unidos en la guerra en 1942, se hizo evidente la posible derrota, lo que llevó a Franco a cambiar de postura. En 1943, España abandonó la no beligerancia y volvió a adoptar una posición neutral.

El Nacional-Catolicismo (1945-1957)

Ante la derrota de las potencias del Eje, Franco intentó desvincularse del fascismo, enfatizando su aspecto monárquico y católico:

  • Redujo el poder de la Falange y otorgó mayor protagonismo a los católicos, especialmente a los de la ACNP, en el nuevo gobierno de 1945.
  • Los esfuerzos de Franco para romper este aislamiento internacional y el castigo impuesto por la ONU dieron resultados en los años cincuenta.

En 1951 regresaron los embajadores y en 1955 España ingresó en la ONU.

  • Este cambio se debió en parte a la Guerra Fría, que dividió el mundo en bloques, y Franco aprovechó para acentuar su anticomunismo y su catolicismo, ganando el apoyo de EE.UU y el Vaticano.
  • Esto se materializa con la firma del Concordato con la Santa Sede y el Acuerdo hispano-norteamericano en 1953.
  • Internamente, en 1945 se promulgó:
    • El Fuero de los Españoles
    • La Ley del Referéndum Nacional
    • La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, definiendo a España como un Reino y designando a Franco como Jefe de Estado vitalicio que nombraría al futuro rey. Estas leyes intentan presentar a España como democracia.

El declive del poder de los católicos llegó con los sucesos de febrero de 1956, enfrentamientos callejeros entre estudiantes y falangistas, que evidenciaron el estancamiento económico causado por la autarquía y el agotamiento del sector católico. Franco remodeló el gobierno y a partir de entonces se apoyó en tecnócratas cercanos al Opus Dei, quienes impulsaron el desarrollo económico de los años sesenta.

La Tecnocracia: el Dominio del Opus Dei (1957-1969)

En 1958 se aprobó la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento, que definía al régimen como una "democracia orgánica", que eliminaba la pluralidad política y enfatizaba la participación a través de órganos estatales como la familia, el municipio y el sindicato, controlados por el régimen.

En 1969, se nombró a Juan Carlos de Borbón como heredero con el título de rey, desviándose así de la línea sucesoria.

Sin embargo, los tecnócratas no eran la única fuerza política. Enfrentados a ellos estaban:

  • Los inmovilistas (buscaban bloquear cualquier cambio)
  • Los aperturistas (abogaban por la evolución del régimen).

El enfrentamiento entre tecnócratas y aperturistas explotará con el escándalo Matesa en 1969, un caso de corrupción que involucraba a los tecnócratas, y que fue aireado en la prensa del régimen por los aperturistas.

En política exterior, los tecnócratas buscaban acercarse a la Europa comunitaria, a Estados Unidos y recuperar Gibraltar. España aceptó la independencia de Marruecos en 1956 y de Guinea Ecuatorial en 1968, además de ceder Ifni a Marruecos en 1969. Sin embargo, intentó retener el Sáhara Occidental (Sáhara Español).

El Declive del Régimen (1969-1975)

  • En el aspecto cultural y educativo: se implementó la Ley Villar Palasí en 1970, extendiendo la enseñanza básica gratuita hasta los 14 años mediante la EGB.
  • Pero, los intentos de mejorar las relaciones con la Iglesia y resolver la conflictividad laboral con la nueva Ley Sindical en 1971 fracasaron.
  • ETA se fortalecía como enemigo.

En junio de 1973, Franco formó un nuevo gobierno encabezado por Carrero Blanco que practicó un “giro a la derecha”, separando por primera vez la Jefatura del Estado y la del gobierno. Carrero Blanco murió en un atentado de ETA en diciembre. En 1974, Arias Navarro fue elegido presidente, intentando una apertura política, sin éxito. La crisis económica se agravó, se recrudecía el terrorismo y en octubre de 1975, Franco falleció tras una larga enfermedad. Marruecos invade el Sáhara español (Marcha Verde), dando origen a un conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario que sigue sin resolverse. El 22 de ese mes, Juan Carlos fue proclamado rey de España.

Sociedad y Economía en el Franquismo: De la Autarquía al Desarrollismo

La Evolución Económica

La Autarquía (1939-1951)

El régimen de Franco aplicó la autarquía como política económica. Esta medida, junto con la intervención estatal en precios y salarios, creó una economía de corrupción y enchufismo.

Los años 40 fueron conocidos como los “años del hambre”

  • La fijación de precios generó escasez de alimentos, dando lugar al mercado negro y los estraperlistas.
  • La escasez energética también fue notable.

Esto obligó al régimen a establecer cartillas de racionamiento para organizar la distribución de productos de primera necesidad.

La política autárquica:

  • Reguló las relaciones comerciales exteriores, controlando importaciones y exportaciones.
  • Promovió la industrialización con énfasis en sectores militares.

En 1941 se nacionalizó la red de ferrocarriles con la creación de RENFE y se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI). Y en estos primeros años se construyeron las principales empresas nacionales como IBERIA, ENSIDESA, ENDESA y SEAT.

Las Primeras Medidas Liberalizadoras (1951-1956)

A partir de 1953 y con la consolidación de la Guerra Fría, EE.UU. otorgó créditos para la compra de productos agrícolas, materias primas y equipo industrial. Esto alivió los problemas de escasez y permitió la eliminación del racionamiento en 1952. Pero, las ayudas no eran suficientes, la autarquía no funcionaba. Para 1957, la economía española estaba estancada y necesitaba un cambio drástico de dirección.

El Plan de Estabilización (1957-1959)

En 1957, Franco formó un nuevo gobierno con destacadas figuras tecnócratas del Opus Dei, como Ullastres y Navarro Rubio. Estos ministros elaboraron un Plan de Estabilización Económica, aprobado en julio de 1959, cuya finalidad era poner en contacto la economía española con la internacional. El gobierno facilitó la instalación de empresas extranjeras en España, eliminando obstáculos creados durante la etapa autárquica. Se obtuvieron créditos internacionales del FMI, la OECE y la banca estadounidense para esta transformación. Su aplicación fue un éxito y España experimenta una etapa de fuerte crecimiento económico, situándolo entre los países más industrializados del mundo.

La España del Desarrollismo y la Crisis de 1973

A partir de 1961, se produjo un notable crecimiento económico, conocido como el "milagro español", impulsado por la expansión industrial, bajos salarios y la llegada de capitales extranjeros.

  • Este crecimiento industrial atrajo a numerosos campesinos a las ciudades, provocando una modernización del campo.
  • En el sector servicios el sector turístico fue el verdadero motor de la economía (especialmente de europeos).

Los Planes de Desarrollo intentaron regular este crecimiento a partir de 1963. La crisis del petróleo (como medida de protesta de los países árabes exportadores de petróleo contra Occidente por su apoyo a Israel) en 1973 marcó el fin del franquismo, coincidiendo con una caída del crecimiento económico, aumento de la inflación y del desempleo.

Las Transformaciones Sociales

  • En los años cuarenta y cincuenta, España lucha por sobrevivir en un entorno de autarquía y mercado negro, siendo un país subdesarrollado.
  • El cambio llega con el Plan de Estabilización de 1959, impulsando el desarrollo económico y una apertura al comercio exterior.
  • A partir de entonces, la preocupación principal se centra en el consumo.

Los Movimientos Migratorios

El desarrollo económico provoca cambios profundos: La agricultura cede su lugar a la industria y los servicios, desencadenando un éxodo rural hacia las ciudades como Madrid, País Vasco y Cataluña. Las áreas rurales del interior, como Extremadura y Andalucía, son las principales regiones de partida. Las migraciones se dirigieron hacia Alemania, Francia, Holanda y Suiza, donde los emigrantes españoles contribuyen significativamente al ahorro y la inversión.

El Crecimiento de la Población

En los años sesenta la población experimenta un espectacular crecimiento llamado el baby boom. Con una alta natalidad y una mortalidad en retroceso, la población española experimenta un crecimiento considerable. Esto generó problemas de ajustes entre una población en crecimiento y las infraestructuras sanitarias y educativas del país que eran claramente insuficientes.

La Modernización de la Sociedad y el Cambio de Mentalidades

La sociedad española experimentó una profunda transformación, alcanzando niveles de bienestar y consumo nunca antes imaginados. El consumismo trajo un cambio en la mentalidad. El turismo, que en los años 60 vivió un boom, también contribuyó a la modernización, al exponer a los españoles a las tendencias y estilos de vida de otros países europeos. Además, la incorporación de la mujer al mercado laboral marcó un cambio importante, rompiendo con las características tradicionales del régimen franquista.

El Aumento de las Clases Medias

En el aspecto social, el cambio más notable, compartido con las sociedades desarrolladas, es el crecimiento numérico de las clases medias. Junto con los nuevos líderes empresariales en el ámbito comercial e industrial, emergen con fuerza las nuevas clases medias: empleados bancarios, técnicos, secretarios, maestros y profesores, entre otros.

Represión y Oposición Política al Régimen Franquista. El Papel de la Cultura

La Represión como Sistema

La represión contra los movimientos democráticos y de izquierdas y ante cualquier nacionalismo se sustentó en varias leyes:

  • La Ley de Responsabilidades Políticas (1939)
  • La Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940)
  • La Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo (1958)
  • La Ley de Orden Público (1959).

Aunque los principales dirigentes políticos, sindicales y culturales partieron al exilio, encarcelaron a de miles de personas por sus ideas políticas.

  • El franquismo mantuvo la pena de muerte para sus opositores políticos hasta el final. “Terror caliente”.
  • La represión también afectó en el mundo administrativo, docente y cultural mediante depuraciones. “Terror frío”.

La Oposición al Franquismo

La Oposición durante el Primer Franquismo (1939-1959)

En el interior, la actividad clandestina de pequeños grupos del PCE, PSOE y CNT continuó sin interrupción. Los grupos monárquicos conspiraron contra el régimen, en 1943 los tenientes generales pidieron la restauración de la monarquía. En 1945, el conde de Barcelona, Juan de Borbón, solicitó públicamente a Franco que se retirara para restaurar la monarquía. El maquis, una guerrilla de inspiración comunista, mantuvo la lucha en las montañas, nutriéndose de antiguos milicianos republicanos y nuevos combatientes. Aunque lograron algunas acciones, el aislamiento, la represión y el rechazo a revivir la guerra condujeron a su fracaso. En los años 50, la oposición interior abandonó la violencia y se centró en actividades en universidades y sindicatos, las acciones más frecuentes de la oposición era la convocatoria de huelgas, aunque eran ilegales, en las que se reivindicaban mejoras económicas. En el exterior, muchos líderes políticos republicanos se exiliaron y mantuvieron instituciones republicanas, como las Cortes en México en 1945 donde los diputados se reunieron y nombraron a Diego Martínez Barrio como presidente de la república en el exilio.

La Oposición durante el Segundo Franquismo (1959-1975)

En 1962 durante el Congreso del Movimiento Europeo en Múnich, donde grupos de oposición de dentro y fuera de España exigieron a la Comunidad Económica Europea no aceptar a España como miembro sin un sistema democrático comparable. El régimen, considerándolo una conspiración, lo llamó el "contubernio" de Múnich y muchos participantes fueron arrestados al regresar. Durante las décadas de 1960 y 1970, la oposición se fortaleció gradualmente, extendiéndose las críticas a toda la sociedad, lo que se conoce como oposición social. Surgió también una creciente oposición nacionalista en Cataluña y el País Vasco. Esta fase, marcada por acciones terroristas FRAP y de ETA y protestas de trabajadores y estudiantes, combinó demandas económicas y políticas, como la libertad sindical y política. El PCE y el PSOE se consolidaron como los principales partidos clandestinos, con Santiago Carrillo liderando el PCE y Felipe González asumiendo la secretaría general del PSOE en 1974. La Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática, creadas por el PCE y el PSOE mostraron una alianza antifranquista que unió diversas clases sociales. Aunque persistieron las movilizaciones, la sociedad esperaba la muerte del dictador para plantear alternativas políticas que restablecieran la democracia.

El Papel de la Cultura

El final de la Guerra Civil supone el fin de la Edad de Plata de la cultura española, la mayoría de los artistas e intelectuales se exiliaron, dejando una situación cultural desoladora en España. Desde el inicio, el régimen franquista mostró una profunda desconfianza hacia los intelectuales y artistas, imponiendo una estricta censura que controlaba toda publicación, cerrando periódicos de izquierda y apartando a profesionales de sus trabajos. Se crearon nuevos medios de comunicación al servicio del Estado, propagando la ideología del régimen. La enseñanza también fue controlada, dirigida por la iglesia, que difundió valores muy tradicionalistas de la moral. Sin embargo, este control comenzó a debilitarse gradualmente desde finales de los años cincuenta y durante la década de 1960, coincidiendo con una mayor apertura en otros aspectos de la sociedad. La Ley de Prensa de 1966 permitió una tímida crítica al régimen en los medios de comunicación y la publicación de libros anteriormente prohibidos.

Constitución Española de 1978

Naturaleza del Texto

El texto corresponde a la Constitución española de 1978, por tanto, se trata de un texto jurídico y fuente primaria. Fue aprobada por las Cortes, ratificada por el pueblo español y sancionada por el rey. Entró en vigor el 29 de diciembre de 1978.

Idea Principal

España se define como un Estado social y democrático de derecho, se establece la soberanía nacional, la monarquía parlamentaria, la indisolubilidad de la nación española, garantiza el derecho de autonomía de nacionalidades y regiones, el pluralismo político, la igualdad ante la ley, etc. En definitiva, con esta Constitución, en España se instaura un régimen democrático como el del resto de los países europeos occidentales.

Contexto Histórico

A la muerte de Franco en 1975, se plantean en España varias alternativas: continuar con el régimen, una ruptura democrática o la reforma del sistema político existente, a partir de las leyes y las instituciones franquistas. El rey Juan Carlos I optó por la vía reformista. Su primera función fue tranquilizar a todos los que aún apoyaban el régimen anterior, para ello continúa de presidente del Gobierno, Arias Navarro, un convencido franquista, que incorporó a su gobierno algunos políticos aperturistas, pero se vio desbordado por una fuerte oposición social y política. Ante la falta de iniciativas, el 1 de julio presentó su dimisión. Dos días después, el rey nombró presidente a Adolfo Suárez, para la oposición, demasiado ligado al régimen anterior. En su elección fue clave la figura de Fernández Miranda, presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, dos instituciones franquistas. Sin embargo, Suárez comenzó a desmantelar la dictadura siguiendo sus propias leyes, serán las Cortes franquistas las que aprueben el proyecto de Ley para la Reforma Política, el 15 de diciembre de 1976. La Ley de Reforma Política, aprobada el 15 de diciembre de 1976, fue una pieza clave para lograr el cambio. Acababa con el franquismo utilizando su propia legalidad. Establece un sistema bicameral elegido por sufragio universal. El camino hacia la democracia encontró importantes obstáculos, en el País Vasco por el tema de los presos y el terrorismo de ETA; en Cataluña por el sentimiento nacionalista; acciones de la ultraderecha, como el asesinato de cinco abogados laboralistas del PCE en la calle Atocha de Madrid. Otro paso importante era la legalización de los partidos políticos, llevada a cabo en febrero de 1977, a excepción del PCE, que despertaba más resistencia. En la Semana Santa de ese año, Suárez lo legaliza por decreto-ley, a pesar de la resistencia de las fuerzas armadas. El hecho de que su líder, Santiago Carrillo, aceptara la monarquía, la bandera de España y actuara con moderación, ante los asesinatos de Atocha, allanaron el camino. El 15 de junio de 1977 se celebran las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República. El triunfo correspondió al centro político, a la UCD, partido recién creado, liderado por Adolfo Suárez, mientras el PSOE, dirigido por Felipe González fue el segundo más votado. A la derecha quedó Alianza Popular y el Partido Comunista, también obtuvieron representación los partidos nacionalistas. El nuevo gobierno buscó el consenso para enfrentar los graves problemas que tenía España: crisis económica, para ello se aprobaron en 1977, los Pactos de la Moncloa; Ley de Amnistía que permitió salir a la calle a los encarcelados por delitos políticos, incluyendo los presos de ETA, a pesar de seguir utilizando la vía terrorista; establecimiento de preautonomías para comenzar a encauzar el tema territorial y, por último, elaborar y aprobar una constitución. La Constitución de 1978 fue elaborada por siete miembros que representaban a los principales partidos: UCD, PCE, PSOE, AP, y CiU. A pesar de las diferencias ideológicas, prevaleció el espíritu de consenso, había que evitar la imposición de una sola idea. Tras pasar el debate parlamentario, fue aprobada el 31 de octubre de 1978 y en referéndum por el pueblo español el 6 de diciembre. Se considera como la “Constitución de la Concordia”, sin imposiciones por parte de ninguna ideología.

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