Fracturas dentales: diagnóstico y tratamiento

Fracturas de los tejidos dentarios o de la pulpa

Fisura coronaria: fractura incompleta que afecta al esmalte, rompiendo su continuidad. Generalmente pasan desapercibidas; tratamiento se puede aplicar flúor o resina en la superficie dañada, con el objetivo de fortalecer el esmalte que queda, y laserterapia. Se realizarán controles periódicos trimestrales durante un año.

Fractura coronaria

Origen traumático en dentición permanente. Las piezas más afectadas son los incisivos anteriores, aunque por lo general suele afectar a un solo diente, principalmente el incisivo central en los bordes mesial o distal.

• Exclusivamente al esmalte: se pierde una pequeña porción del esmalte, El tratamiento variará según el caso, pero en general se puede utilizar laserterapia, reconstrucción del diente o restauración temporal (utilizando hidróxido de calcio) en aquellos dientes que no se reconstruyen inmediatamente.
• Esmalte y dentina (amelodentarias), sin afectación pulpar: pérdida de un fragmento de esmalte con afectación de la dentina. Se puede diagnosticar igual que el caso anterior. El tratamiento se puede restaurar la corona utilizando composite, si se dispone del fragmento, o se puede reconstruir en el caso contrario.
• Esmalte y dentina con afectación pulpar: se produce la pérdida de una porción del esmalte, con afectación de la dentina y exposición pulpar. el paciente experimenta dolor ante las variaciones de temperatura. El tratamiento es variable según la lesión:
  • Si el ápice está cerrado: protección pulpar y restauración de la corona
  • Si el ápice está abierto: recubrimiento de la pulpa dentaria, control de la vitalidad y restauración.
  • Sin signos de vitalidad: apicoformación, tratamiento de conductos cuando el ápice se cierre y restauración.

Fracturas radiculares

Representan un pequeño porcentaje del cómputo total de fracturas dentales. Frecuencia se producen fracturas horizontales del tercio medio de la raíz. No obstante, también se dan casos de fracturas que afectan al tercio apical de la raíz. Del mismo modo, pueden producirse fracturas verticales. . El tratamiento La mayor parte de los dientes se desvitalizan inmediatamente tras sufrir una fractura radicular. Consta de una confrontación de los fragmentos, con inmovilización mediante férulas durante tres meses y controles periódicos trimestrales durante un año si no hay necrosis pulpar. En caso contrario, se debe realizar una pulpectomía seguida de una obturación.

Luxación

Se produce una separación parcial entre el diente y su alveolo, como consecuencia de un traumatismo, que lo desplaza fuera de su posición fisiológica. Puede ser:

• Intrusiva: se produce un desplazamiento del diente dentro de su alveolo.tratamiento se puede esperar a la reerupción espontánea de la pieza y, en el caso de que no se produzca, realizar una tracción mediante ortodoncia. Se debe aplicar un tratamiento antibiótico, antiinflamatorio y realizar una endodoncia.
• Extensiva: se produce un desplazamiento del diente con salida parcial del mismo de su alveolo. El cuadro clínico se caracteriza por dolor al mínimo contacto, movilidad dentaria y sangrado gingival En el tratamiento se reubicará el diente en su posición normal mediante presión digital y se feruliza. Antes de retirar la férula se comprobará su curación mediante una radiografía. Si se sospecha de pérdida de la vitalidad se realizará una endodoncia + antibiótico.

Avulsión

Es un desplazamiento forzado completo de una pieza dental fuera de su alveolo debido a un impacto traumático. Los dientes avulsionados constituyen una urgencia dental, puesto que deben implantarse inmediatamente en su alveolo para evitar la pérdida de la pieza dentaria y, a ser posible, de su vitalidad (lo ideal para tener un mayor éxito es realizarlo antes de 30 minutos).Si se sobrepasan las dos horas se debe endodonciar. Se administrará un tratamiento antibiótico y antiinflamatorio.Si se sufre una avulsión, lo ideal es conservar la pieza dentaria en un medio húmedo. Se recomienda introducir el diente en leche, saliva (del paciente o de los padres en el caso de que el afectado estuviese inconsciente) o suero fisiológico.