Formas de Gobierno y Virtudes Cívicas: De Platón y Aristóteles a la Ciudadanía Moderna

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Ciencias sociales

Escrito el en español con un tamaño de 7,48 KB

Tipos de Gobierno según Platón y Aristóteles

Clasificación de las Formas de Gobierno

Formas de gobierno, composición, causas de ilegitimidad y desarrollo:

  • Timocracia:
    • Gobierno de castas guerreras.
    • Utilizan el poder para enriquecerse.
    • Da lugar a la oligarquía.
  • Oligarquía:
    • Gobierno de pequeños grupos de alto rango social.
    • No distribuyen bien los recursos.
    • La protesta social da lugar a la democracia.
  • Democracia:
    • Gobierno de muchos.
    • No todos los ciudadanos están bien preparados.
    • Alguien audaz podría tiranizar la asamblea.
  • Tiranía:
    • Un individuo con apoyo de la fuerza.
    • Solo se busca el interés personal.
    • Acaba por convertirse en una timocracia.
Gobiernos LegítimosGobiernos Ilegítimos
Monarquía: Gobierno de uno en interés de la comunidadTiranía: Gobierno de uno ejercido en interés propio
Aristocracia: Gobierno de los mejores en pro de la polisOligarquía: Gobierno de unos pocos a favor del grupo dominante
Democracia: Gobierno de la mayoría a favor de la comunidadDemagogia: Gobierno de la mayoría atendiendo a sus apetitos

Definiciones Clave

Pragmatismo: El pragmatismo es una escuela filosófica creada en los Estados Unidos. Se caracteriza por la insistencia en las consecuencias como manera de caracterizar la verdad o significado de las cosas. El pragmatismo se opone a la visión de que los conceptos humanos y el intelecto representan el significado real de las cosas, y por lo tanto se contrapone a las escuelas filosóficas del formalismo y el racionalismo.

Derechos Imprescriptibles: El término imprescriptible se usa para definir la condición que pueden tener algunos delitos, reclamos o circunstancias específicas de no perder sus características principales ni siquiera con el paso del tiempo. Este concepto, extraído del ambiente jurídico y legal, significa que una persona puede reclamar por un delito cometido hace muchos años, así como también puede sostener que algunos derechos no cambian ni se pierden con el tiempo.

Isegoría: Es un concepto griego que expresa el derecho que poseía todo ciudadano a poder ser escuchado en el ágora. Tener voz en los foros de gobierno y poder participar efectivamente en la toma de decisiones es también fundamental para la legitimidad democrática.

La Legitimidad del Poder Político

Los mecanismos de violencia del Estado no son suficientes para garantizar la obediencia de los miembros que componen la comunidad. Lo que verdaderamente garantiza la obediencia es el hecho de que esos mismos sujetos acepten a la persona o personas que ejercen el poder. No todas las personas son aceptadas para dirigir los designios de un grupo social. Solo ciertas personas obtienen reconocimiento social para hacer uso del poder político, por lo que son aquellos individuos que gozan de legitimidad. Cómo y por qué estos sujetos obtienen esta legitimidad puede ser entendido desde tres posturas fundamentales:

  • Dependiendo de su origen: La legitimidad proviene de las cualidades que deben tener de forma obligada aquellos que ostenten el poder.
  • Dependiendo de los fines: Será legítima la forma de poder político que garantice algún fin concreto, normalmente entendido como un bien común, y respete los derechos de los ciudadanos.
  • Dependiendo de las formas de dominio: En esta teoría postulada por M. Weber, la legitimidad del poder político varía según el tipo de sociedad y sus relaciones de dominio.

La Ciudadanía en la Edad Media

Tras la desaparición del Imperio Romano en Occidente, en Europa hubo un largo periodo de fragmentaciones e intentos de reunificación política. Aunque estos trataban de mantener el ideal de una comunidad unida, el surgimiento de los distintos reinos cristianos fue la base principal del posterior nacimiento de los estados modernos. El sistema político-social medieval se estructura en un conjunto de instituciones ordenadas jerárquicamente en torno a un único centro. El fin del mundo antiguo trajo consigo la transformación profunda de la idea de ciudadanía. A partir de ese momento se hizo fuerte el orden de la filiación como pilar principal de la organización feudal. El lugar que cada individuo ocupaba en la sociedad medieval venía señalado por el nacimiento. En este orden de filiación no cabe hablar de espacio público a cuya pertenencia se debe el hecho de ser ciudadano, pues lo único realmente público es la persona del rey. La comunidad política es entendida como un cuerpo, cuya cabeza es el monarca y donde el todo está presente en cada parte. Entre ser ciudadano y súbdito no se percibía ninguna contradicción, ya que un individuo es miembro de una sociedad a la que pertenecía estatalmente por nacimiento y súbdito sometido a la autoridad de un rey.

Las Virtudes Cívicas del Ciudadano

  • Tolerancia radical, respeto y reconocimiento: La tolerancia es uno de los supuestos de la libertad, que consiste en dejar hacer y sin el cual no es posible hablar de política democrática. El respeto y el reconocimiento aportan un tono más complejo y profundo a la vida en común.
  • La valentía cívica: Consiste en pronunciarse a favor de una causa justa. El buen ciudadano no debe ser una buena persona que guarda silencio. Así como la tolerancia necesita del respeto activo, la bondad personal ha de completarse con una comunicación activa.
  • La solidaridad: Esta virtud muestra la disponibilidad a plasmar el sentimiento de fraternidad humana mostrándose a favor de quienes luchan por aminorar o eliminar los niveles de opresión que existen en las instituciones sociales, políticas y económicas. El ciudadano que la practica sabe que es preciso superar la particularidad del grupo.
  • La prudencia: Es la virtud que se moviliza en la aplicación de la norma. Antes de comprometerse en la acción, hay que descubrir qué norma se aplica a un caso concreto y de qué modo la acción puede llevarse a cabo. Se ejercita la capacidad de juicio, pues habrá casos en los que la inexistencia de normas generales obligue a extraer una norma de conducta de la propia situación o circunstancia.
  • La participación: Es la virtud propia de aquellos ciudadanos que se muestran dispuestos a colaborar o que forman parte activa del discurso racional público.
  • La capacidad de juzgar: La valentía cívica y la solidaridad pueden pervertirse en causas erróneas y perder su objetivo si se desentienden de la justicia y de la verdad.
  • La memoria compasiva: La afectación por el sufrimiento padecido en el pasado ha de servir para dotar de experiencia crítica a la construcción de la actualidad. Una ciudadanía democrática no debe ser auto complaciente, sino forjarse en la autoconciencia de las injusticias en las que se ha apoyado su edificación.

Entradas relacionadas: