Formación de la Polis Griega: Ciudadanía, Política y Filosofía

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La Formación de la Polis Griega

La polis era una comunidad de personas que habitaban un territorio de extensión no muy grande, constituido por la ciudad, las aldeas y las granjas, las tierras de labor y bosques. Disfrutaba de independencia política, estaba sometida a las mismas leyes y se regía por una forma de gobierno. Las polis aparecieron en la época griega arcaica; en sus cercanías se construía una ciudad fortificada donde los habitantes encontraban refugio en caso de guerra. Cuando el lugar destinado al comercio y la ciudad fortificada se unían en un núcleo urbano amurallado y sus habitantes decidían darse unas mismas leyes y una constitución política, aparecía la polis como estado.

La condición de ciudadanos hacía que todos fuesen iguales bajo una ley común (Isonomía) y permitía la participación de todos en el gobierno de la ciudad (Isegoría). Este bien común de la ciudad era entendido como:

  • a) Libertad, entendida como independencia frente al dominio de un poder extranjero.
  • b) Autarquía, entendida como autosuficiencia económica, necesaria para preservar la autonomía política.
  • c) Autogobierno de los ciudadanos.

Los ciudadanos debían considerar como una obligación patriótica la participación en la vida pública. En Atenas, la participación ciudadana alcanzaría su máxima expresión durante el siglo V a.C. Se construye un estado democrático en la Asamblea que se celebra en el ágora; los ciudadanos, haciendo uso del logos, colaboran juntos para lograr decidir cuál es el bien común.

A Platón le corresponderá experimentar la crisis y la decadencia del orden democrático que se fue produciendo durante y después de la guerra del Peloponeso. Esa comunidad ideal de ciudadanos que era el sustento de la polis griega no incluía ni a esclavos ni a mujeres, alejados los dos grupos de la condición de ciudadanos. Esto sucedía también en Atenas. Los extranjeros, aunque llevasen viviendo muchos años en la ciudad, no tenían derecho de ciudadanía.

Influencias Filosóficas en Platón y Aristóteles

Platón recibe sobre todo la influencia de:

  • Pitágoras, en su consideración de la relación alma-cuerpo y en su valoración de las matemáticas.
  • Parménides, Heráclito y Anaxágoras.

El filósofo que ejercerá una mayor influencia en Platón será Sócrates, con quien comparte la preocupación por los temas éticos y políticos. De él recibirá también la creencia en la posibilidad de encontrar el conocimiento verdadero y la oposición al relativismo y escepticismo de los sofistas. La filosofía de Aristóteles parte, en ocasiones, de las teorías platónicas.

A lo largo de la historia de la filosofía, la influencia de Platón seguirá siendo patente. En el primer pensamiento cristiano, en Agustín, el dualismo platónico se adaptará a la concepción de la realidad y del ser humano derivada de la visión cristiana.

La Teoría Hilemórfica y el Motor Inmóvil en Aristóteles

En lo alto de la escala sitúa al motor inmóvil, el ente supremo: Dios. Aristóteles estudia a Dios en la filosofía primera, la metafísica, que es ontología y teología. Él denominó filosofía primera al estudio de si existe algún tipo de sustancia más allá de los seres físicos. Su respuesta es afirmativa.

Dividía el universo en dos regiones:

  • La sublunar: bajo la esfera de la luna, donde están los seres corruptibles.
  • La supralunar: los entes pertenecientes a la región celeste, sometidos a un movimiento perfecto, el movimiento circular y uniforme.

Para Aristóteles, el movimiento de las esferas celestes solo se puede explicar si hay una causa motriz externa, un primer motor inmóvil. Para él, todo lo que se mueve es movido por otro. Junto con la tesis que establece la imposibilidad de una cadena infinita de causas, llevará a Aristóteles a postular que la causa última de todos los movimientos del universo es un ser que mueve sin estar él en movimiento. El motor inmóvil mueve el Universo por atracción. Es una forma pura.

El Dios aristotélico es un viviente feliz. Su vida consiste en la pura actividad contemplativa, en el ejercicio del pensamiento, el cual se piensa a sí mismo. Eternamente ensimismado, mueve como objeto de deseo y aspiración. En conclusión, más allá de la región celeste se sitúa, en la jerarquía piramidal de entes, la sustancia suprema de Dios.

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