Formación de palabras en español: procedimientos morfológicos
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Formación de palabras en español: procedimientos morfológicos
Existen dos tipos generales de procedimientos materiales o formales: la adición (se incrementa la base con elementos externos a ella) y la modificación (la base resulta alterada de algún modo).
Dentro de los procesos de adición, el español utiliza la afijación y la composición. A su vez, usa predominantemente la afijación bajo las modalidades de prefijación, sufijación y circunfijación (parasíntesis).
Dicho de otro modo, el español utiliza principalmente dos tipos de procesos: la derivación mediante afijos (prefijos y sufijos) y la composición. Así, releer deriva de leer, mediante la adición del prefijo re-, y constitución, de constituir, mediante el sufijo -ción.
Tradicionalmente se ha denominado parasíntesis al procedimiento de formación de palabras que participa de la derivación y de la composición. Son, pues, formas parasintéticas: centrocampista, cuentacorrentista o quinceañero.
Como la prefijación se asimilaba tradicionalmente a la composición, también se consideran parasintéticos los verbos que contienen un afijo discontinuo formado por prefijo y sufijo como la formación del verbo en-trist-ec-er, donde el prefijo en- y el sufijo -ec- rodean (circunfijo) al adjetivo triste para crear un verbo derivado.
El español puede utilizar bases cultas, heredadas generalmente del latín, o bases patrimoniales para la formación de palabras complejas (herr-ería/ferr-ería, agu-oso/acu-oso, lech-oso/lác-tico, hech-ura/fact-ura, rot-ura/rup-tura), lo mismo que afijos cultos y populares (sobre-alimentar/super-valorar, bon-dad/leal-tad).
Para formar palabras compuestas, la ciencia y la técnica recurren con frecuencia a temas cultos griegos y/o latinos: puericultura/pediatría, biblioteca, telescopio, mamografía…
Pero como, además de los recursos a los sufijos, prefijos y circunfijos, el español utiliza también otros afijos: El término interfijo se suele aplicar a los morfemas derivativos o flexivos sin significado que se intercalan entre la raíz y otro sufijo (polv-ar-eda, cant-urr-ear, café-l-ito, pon-g-o…) mientras que el término infijo se ha empleado, entre otros usos, para designar los morfemas que se insertan en la palabra y aportan algún significado, generalmente apreciativo (Carl-it-os, azuqu-it-ar, lej-it-os…).
Entre los procesos de modificación en español tiene relevancia la sustitución para la creación de nombres deverbales de acción o resultado (gobernar>gobierno, “acción o efecto de gobernar”; despegar>despegue; acosar>acoso…), aunque también encontramos en este mismo tipo derivacional los fenómenos de sustracción (retener>retén, sostener>sostén, deslizar>desliz..) y los de conversión (dónde la vocal temática es formalmente idéntica, pero en un caso es índice de sustantivos femeninos y el otro es formadora de verbos: marchar> marcha, comprar>compra, lija>lijar)