Formación y evolución del relieve costero: erosión, transporte y sedimentación
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Formas de acumulación eólica en la costa de Cantabria
Cantabria, situada en la costa, experimenta la fuerza del viento, que ejerce una acción erosiva a través de dos mecanismos principales:
- Corrasión: Desgaste producido por el choque de partículas transportadas por el viento contra las superficies rocosas.
- Deflación: Arrastre de partículas sueltas por el viento.
El viento también es un importante agente de transporte de materiales. En zonas costeras, como Cantabria, es común la formación de:
Dunas
Son acumulaciones de arena depositadas y transportadas por el viento. En particular, las dunas parabólicas se forman cuando fuertes vientos provenientes del mar soplan hacia el interior, arrastrando gran cantidad de arena.
Acantilados
Son costas donde predominan los procesos de erosión, principalmente causados por las olas generadas por el viento. Este proceso provoca un continuo retroceso de la línea de costa. Los acantilados presentan los siguientes elementos:
- Plataforma de abrasión: Superficie plana y de escasa pendiente.
- Talud del acantilado: Zona de fuerte pendiente con alta erosión.
- Rasa litoral: Superficie plana, a veces una plataforma de abrasión emergida.
Con el tiempo, el talud se derrumba, y sus restos contribuyen a la formación de la plataforma de abrasión y al golpeteo del acantilado, intensificando la erosión. Así, el acantilado retrocede gradualmente por el efecto de las olas.
Playas
Son acumulaciones de materiales finos, generalmente arena. El oleaje produce un movimiento en zigzag que mantiene los granos de arena en constante movimiento.
Llanuras de marea o marismas
En estas zonas, la marea se canaliza y se produce una distribución de sedimentos por tamaños, principalmente arcillas y limos.
Fenómenos clave en la morfología costera
Los principales fenómenos que modelan la costa son:
Oleaje
Es el movimiento ondulatorio de las masas de agua superficial debido al viento. Al acercarse a la costa, las olas son frenadas por el fondo, proyectando grandes masas de agua (zona de rompiente) que impactan contra las rocas, generando un potente efecto erosivo. Además del oleaje eólico, terremotos, erupciones volcánicas o grandes desplazamientos marinos pueden generar olas gigantes, conocidas como tsunamis, con efectos potencialmente catastróficos. El oleaje puede causar importantes daños durante temporales y también puede aprovecharse como fuente de energía.
Mareas
Son variaciones periódicas del nivel del mar causadas por la atracción gravitatoria de la Luna y el Sol. Se clasifican en mareas altas (pleamar) y bajas (bajamar), y su amplitud depende de la posición relativa de la Luna, el Sol y la Tierra. Cada 24 horas se producen dos pleamares y dos bajamares. Las mareas han tenido una gran importancia en la evolución biológica.
Corrientes de deriva litoral
Estas corrientes arrastran y redistribuyen sedimentos. Se producen cuando el oleaje, impulsado por el viento, incide en la línea de costa, arrastrando materiales sueltos en la dirección de las olas. El sedimento asciende por la playa siguiendo la dirección de la ola, pero desciende siguiendo la línea de máxima pendiente por gravedad. Este reflujo arrastra materiales mar adentro.
Corrosión y abrasión marina
El mar, debido a la composición del agua (salinidad, acidez e ionización), ejerce un efecto meteórico y erosivo de naturaleza química sobre las rocas, denominado corrosión. La abrasión, por otro lado, es un proceso de desgaste mecánico causado por el choque de partículas transportadas por el agua. La reiteración de estos impactos fragmenta tanto la roca como los sedimentos.