Fomento del Desarrollo Afectivo y Emocional en la Infancia: Estrategias Educativas Esenciales
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Fomento del Desarrollo Afectivo en la Infancia
¿Cómo favorecer el desarrollo afectivo?
Cualquier actividad que se realice, sea cual sea la situación o el ámbito en que se trabaje, incidirá en el desarrollo afectivo de los niños y niñas. Disponemos de diferentes estrategias para llevarlo a cabo:
- La calidad de la relación afectiva en las intervenciones educativas del día a día.
- La inclusión de recursos para trabajar con las emociones y el desarrollo afectivo en la programación de actividades.
- La intervención en el período de adaptación, en la cual el aspecto afectivo es fundamental.
- La intervención específica ante problemas derivados del desarrollo afectivo o relacionados con él: celos, rabietas, pérdida de familiares, etc.
- La intervención específica en trastornos del espectro autista, casos en los que el componente afectivo está especialmente afectado.
Actividades relacionadas con el desarrollo afectivo
En la escuela infantil, los componentes afectivo y emocional se encuentran en todos los momentos del día y en todas las actividades, aunque algunas se programan específicamente para trabajar estos contenidos.
Todas las actuaciones (cotidianas y programadas) deberían discurrir en el marco de una relación afectiva de calidad, en un clima que aporte seguridad y confianza y favorezca la expresión emocional de los niños y niñas. Esto incluye respetar la manifestación de las emociones negativas y acompañar al niño y niña que las muestre, pues todo esto es necesario para afianzar su desarrollo afectivo.
La programación de recursos y actividades
Actividades de la vida cotidiana
Todas las actividades destinadas a la satisfacción de las necesidades básicas (alimentación, higiene, sueño, etc.) y a la adquisición y consolidación de hábitos de autonomía llevarán implícito un componente afectivo, que será imprescindible para que la intervención se desarrolle con éxito.
Por ejemplo, los momentos del cambio de pañales o de dar el biberón, por citar algunos, constituyen espacios privilegiados de relación en los que los componentes afectivos son determinantes.
Actividades de juego
En todas las actividades del juego infantil, el aspecto afectivo y emocional es fundamental.
Ya en el juego sensoriomotriz, el factor afectivo de la persona que cuida al bebé le dará confianza y contribuirá a su desarrollo.
También lo será en las demás modalidades del juego, especialmente en el juego simbólico. El tiempo que los niños y niñas dedican a este juego constituye un espacio propicio para el ensayo de emociones propias y ajenas.
Actividades que dan prioridad al componente afectivo
Además de aparecer implícitamente en cualquier actividad, los componentes afectivos y emocionales de los niños y niñas también podremos trabajarlos de manera prioritaria mediante el planteamiento de actividades específicas con esta finalidad o intención.
Para la mayoría de ellas, será necesario que los niños y niñas superen los dos o tres años.
También se pueden plantear algunas dinámicas orientadas a facilitar la expresión de emociones o a fortalecer el contacto afectivo entre los pequeños.