Flores de Mango: Armonía Tahitiana en la Obra de Gauguin (1899)
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Muchachas con flores de mango de Gauguin (1899)
Se trata de una obra en la que los contornos de las figuras están claramente delimitados por líneas negras y donde los trazos curvilíneos (de vestidos, pechos y bandeja) predominan en el cuadro. Dos muchachas ocupan gran parte de la superficie del cuadro; se muestran relajadas y naturales, lo cual ayuda a fijar la mirada en la bandeja de flores de mango, situado en el centro del cuadro. La ausencia de motivos decorativos en el fondo contribuye a destacar las figuras de las chicas y confiere un cierto aire de intemporalidad a la escena.
Una muchacha tahitiana sostiene una bandeja de flores de mango, mientras otra lleva en sus manos un puñado de flores. Esta obra no es una simple representación de dos mujeres sino la plasmación de la armonía y la sencillez de la vida de su pueblo y de todos los que viven de acuerdo con la naturaleza. Gauguin huyó de la sociedad parisina con el objetivo de encontrar otra que estuviera integrada en la naturaleza, donde la gente fuera más autentica y no estuviera adulterada por el progreso. No tardó en darse cuenta de que lo que buscaba sólo estaba en sus deseos.
Influencias en la Pintura de Gauguin
Las combinaciones de colores y fuertes contornos de las estampas japonesas, las toscas esculturas de piedra de las iglesias bretonas, el estatismo y la solemnidad del arte egipcio y las esculturas precolombinas de América Central, están igualmente en la base de su pintura, pues en ellas la necesidad expresiva tenía prioridad sobre la mera representación. Cézanne y Degas también dejaron una huella importante en el desarrollo de su estética, y se sirvió de ellos para abandonar los caminos del naturalismo.
En su primera pintura completamente simbolista, *La visión después del sermón*, de 1888, las formas aplanadas de contornos oscuros y las zonas de puro color nos indican la tentativa del artista por alcanzar una síntesis en donde la complejidad de la idea se expresa a través de la simplificación de la forma. En Bretaña trabajó estrechamente con el pintor Émile Bernard.
El Cloisonnisme y la Técnica de Gauguin
Éste dibujaba a base de contornos fuertemente delimitados, un estilo al que llamaba *cloisonnisme*, porque las oscuras delineaciones entre los colores se parecían a las divisiones metálicas de esmalte cloisonné. Su peculiar técnica influyó notablemente en las principales obras de tema bretón que Gauguin pintó durante el verano y el otoño de 1889. Aunque por su color, tamaño y tema las obras realizadas en Tahití sean más espectaculares que los cuadros de Bretaña, no son enteramente nuevas.
Su problema consistió en la búsqueda de temas y fórmulas expresivas que simbolizaran dichas sensaciones.