La Flaca: Revista satírica y política en Barcelona

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Revista La Flaca nº 48. Barcelona 16 de enero 1873.

Las ligas de mi morena.

Clasificación:

Nos encontramos ante una fuente gráfica, una caricatura publicada en 1873 por la revista barcelonesa, La Flaca, en el contexto de la Guerra de los diez años de Cuba y del debate por la abolición de la esclavitud. Se trata, por lo tanto, de una fuente primaria, un documento periodístico de contenido político con connotaciones económicas y sociales. La Flaca fue una revista satírica de tendencia republicana y federal publicada durante el Sexenio Democrático amparándose en la libertad de prensa. No obstante, fue suspendida en diversas ocasiones y para evitar la censura cambió varias veces su título (La Risotada, La Carcajada, El Lío).

Contexto histórico:

La imagen nos muestra una alegoría, una mujer negra con el tórax desnudo portando la bandera de la Libertad que nos recuerda claramente a la imagen de Delacroix. Pero la figura no guía al pueblo en esta ocasión, representa a la esclavitud. A su izquierda, figuras progresistas y republicanas le rompen los grilletes de la esclavitud, a su derecha, figuras anacrónicas entre las que identificamos un carlista, el ejército y un guerrero medieval, la encadenan. Los elementos que remarcan el paisaje, una palmera, el mar, identifican el entorno caribeño, aludiendo a Cuba claramente. La fuente se contextualiza en el reinado de Amadeo de Saboya durante el Sexenio Democrático, más concretamente se refiere a los debates sobre la Ley de vientres de Segismundo Moret y a la Guerra de Cuba de los Diez años. Las Leyes Nuevas de Indias que protegían a la población autóctona americana fue uno de los grandes valores humanísticos de la tradición hispana, sin embargo, no se tuvo la misma consideración con los afrocubanos que empezaron a llenar las plantaciones caribeñas. El volumen de esclavos creció exponencialmente desde 1762, cuando los ingleses abrieron la isla a la trata de esclavos africanos. Los ingenios azucareros cultivados con mano de obra negra hicieron de Cuba una pieza codiciada por todas las potencias. Mientras, Haití se liberaba en medio de la masacre de la población blanca y la destrucción de su economía. La independencia de Haití sirvió para justificar la esclavitud. Las revueltas en Cuba protagonizadas por esclavos liberados fueron siempre duramente reprimidas por los gobiernos liberales, pero en 1868, la caída de Isabel II lo cambiaría todo. En 1868, un golpe militar, con Prim, Serrano y Topete al frente, pretende derrocar a la reina y convocar elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. El golpe militar se convierte en revolución, La Gloriosa, cuando los partidos entregan armas al pueblo y se forman Juntas Locales y Provinciales. Pero en la revolución se contraponen muchos intereses: los de los demócratas y las clases populares, los de los partidos políticos y los de las oligarquías. Así, la revolución fue traicionada. El Gobierno provisional prescindió de los demócratas. Quiere establecer una sociedad burguesa dominada por hombres de negocios vinculados al poder político. El programa revolucionario se limitó a pedir libertades civiles y políticas, secularización del Estado, libertad económica y rechazo de los Borbones. La Constitución de 1869, monárquica, entrega la Corona a Amadeo de Saboya. Este reinaría entre diciembre de 1870 y febrero de 1873, con la oposición de los republicanos, los carlistas, los alfonsinos y la difusión de los principios de la I Internacional. La Guerra de Cuba que estalla en 1868 tampoco facilita las cosas. La Guerra de Cuba estaba motivada por cuestiones económicas (tributos y rígido control comercial de la metrópoli), políticos y sociales entre las que pesaba la esclavitud. En 1870, la esclavitud solo sobrevivía en el Caribe español. Los políticos conservadores temen que el fin de la esclavitud traiga la pérdida de Cuba y acusan a los republicanos de mantener relaciones con los rebeldes. Desde 1917 una ley prohibía la trata, de manera que el único medio legal de proveerse de esclavos era mediante la reproducción. Se necesitaba entonces, una Ley de Libertad de Vientres que se aprobará en julio de 1870. Famoso fue el discurso de Castelar condenando la esclavitud y en esa línea se sitúa el autor de la viñeta. Finalmente, durante la I República se abolió la esclavitud en Puerto Rico, pero en Cuba, la abolición aún tardaría diez años. Al terminar la Guerra, la Paz de Zanjón, ya durante la Restauración, prometía la abolición de la esclavitud, pero la promesa tardaría en cumplirse. Cánovas del Castillo era partidario de la abolición de un modo gradual y lo paralizaban las élites de la isla que financiaban el sistema de la restauración. Tras la abolición, en 1880, subsistió hasta 1886 un patronato que ligó a la población negra a sus antiguos propietarios como pago de una compensación. Pero la emancipación llegó demasiado tarde. El malestar de los negros liberados, el cuantioso capital estadounidense a favor de la independencia y la torpe política de la restauración provocaría la guerra definitiva en la que Cuba quedaría conquistada y tutelada por los EE.UU.

Idea Central:

La defensa de la abolición de la esclavitud en Cuba por los republicanos frente a los conservadores y reaccionarios.

Manifiesto de “España con honra”

1. clasificación.

Nos encontramos ante una fuente primaria o histórica. Se trata de una proclama que pretende poner al país contra el gobierno y la reina Isabel II. El motivo de esa rebeldía es la defensa de la ciudadanía y de sus derechos y libertades, pues los principios fundamentales del liberalismo han sido hollados por la corrupción del reinado de Isabel II. Al frente de la sublevación se sitúa la ciudad de Cádiz y su provincia.

2. Contexto:

El texto viene firmado por el colectivo de generales sublevados que darían origen a la revolución conocida como La Gloriosa. Entre ellos debemos recordar a Prim, Serrano y Topete. Para comprender los motivos de esta sublevación hay que insistir en los problemas del reinado de Isabel II. El régimen se basaba en una alianza entre la Corona y los moderados que imposibilitaba, merced a las leyes electorales, a las otras opciones políticas llegar al poder de una manera legal. Ante esta situación, esas otras opciones recurrían al pronunciamiento militar. En 1868 algo muy importante había cambiado: En el Pacto de Ostende de 1866 se habían aliado los progresistas y demócratas, no para cambiar el gobierno sino para derrocar a la reina. Se trataba de Convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal que decidirían el futuro de la nación. La alusión al sufragio está presente en el texto. Por lo tanto, los progresistas habían buscado su alianza con un partido como el demócrata que estaba fuera del sistema. Las causas de este cambio de escenario hay que buscarla en los últimos gobiernos de la reina. Desde 1863, los gobiernos son inestables y autoritarios. Hay además una durísima crisis económica relacionada con el ferrocarril y el algodón que salpicará a todos los sectores productivos. Además, los diferentes gobiernos, incluidos los progresistas, habían favorecido a la oligarquía con su política económica, sin dar respuesta a las demandas sociales más acuciantes, especialmente a las que se referían a las quintas y a los consumos. La revolución estalló en septiembre de 1868. El almirante Topete sublevaba la escuadra en Cádiz, Prim pasaba por mar a Cataluña y en el Puente de Alcolea (Córdoba), Serrano derrotaba a los gubernamentales. ). El golpe se convirtió en una revolución, La Gloriosa, auspiciada por los partidos implicados que entregaron armas al pueblo y formaron juntas locales y provinciales. Pero en esa revolución confluyen muchos intereses: los de las oligarquías que ya no creen en la capacidad de la reina para garantizar el orden social y superar la crisis económica, y los de las clases populares que esperan en las promesas de los conspiradores. En el texto se distinguen tres partes principales: La declaración en rebeldía de la ciudad de Cádiz y su municipio y la justificación de esa rebelión: la defensa de la soberanía nacional ante un gobierno que no la representa a ella, sino a los intereses de la oligarquía. La defensa de esa soberanía se expone en términos que aluden a unos valores auténticamente democráticos: . Así, se insiste en la necesidad de un gobierno que sea leal intérprete de los ciudadanos y en que la voluntad expresada por la nación se cumpla. Se describe la corrupción del gobierno que se quiere derrocar. Se alude fundamentalmente a la violación de los derechos de los ciudadanos, una política que practicaron siempre los moderados al restringir los derechos expresados en la Constitución mediante el desarrollo de leyes ordinarias. Junto a la denuncia a la corrupción electoral, presente ya en el Manifiesto de Manzanares, se resalta la falta de garantías procesales. Asegurar esas garantías será uno de los puntos clave de la Constitución de 1869 con la que se inaugurará el nuevo régimen. En la tercera parte se pide al pueblo todo que acuda a las armas en defensa de los principios señalados sin ira, como el que pone su fuerza al servicio de la justicia. Es interesante señalar cómo la proclama intenta lograr el apoyo de todos los grupos: de los liberales, las clases acomodadas, los ministros del altar y el pueblo todo. La realidad fue que la revolución fue falseada, pues las juntas fueron perseguidas desde que el general Serrano estableció el Gobierno Provisional. Ese Gobierno que prometía el manifiesto en el que se representarían todas las fuerzas vivas. El interés que se impuso fue el de establecer una sociedad burguesa apoyada en un sistema capitalista dominado por hombres de negocios vinculados al poder político. Así, el programa revolucionario se limitó a pedir libertades políticas y civiles, secularización del Estado, reforma de Hacienda, libertad económica y rechazo de los Borbones. A cambio, se preservó la propiedad sin demandas radicales. Finalmente, la muerte de Prim, el resurgir de la guerra carlista, el estallido del conflicto en Cuba y la revolución cantonalista acabaría haciendo fracasar los gobiernos del sexenio.

3. Idea central.

Anuncio al país de que Cádiz se ha levantado con su armada y se hace un llamamiento al resto de los españoles para que se unan a la sublevación. Se incorpora el compromiso de establecer un gobierno provisional que incorpore a todas las fuerzas del país, a la espera de convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal.

Abdicación de Amadeo de Saboya

1. clasificación.

Nos encontramos ante una fuente primaria o histórica. Se trata del discurso de Amadeo I de Saboya para justificar las razones de su abdicación: los enemigos de España son los propios españoles que dicen amarla y entre tantas ideas contradictorias, el rey no sabe hallar la solución dentro de la ley, pues fuera de la ley se niega a encontrarla.

2. Contexto

El autor es Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Católico y de profundas convicciones liberales, Amadeo fue elegido rey con una amplia mayoría de las Cortes, en virtud de la Constitución de 1869, que establecía como forma de gobierno la monarquía constitucional. La Constitución de 1869 plantea la búsqueda de un rey que acepte los principios de la Carta Magna emanada de la Revolución de 1868, que sea católico, liberal y no suponga una amenaza para los intereses de las potencias europeas. En consecuencia, sólo era viable la opción de Amadeo de Saboya, fuertemente defendida por Prim. Pero la situación de España no era fácil, pues incluso entre los diferentes grupos que habían encabezado la revolución se barajaban distintas tendencias solo contenidas por la fuerza de Prim. Precisamente a la existencia de todas esas posturas irreconciliables que pretende cada una estar en la razón absoluta, se refiere el rey en su discurso y dice sentirse sobrepasado por ellas. El asesinato de Prim, sólo días antes de la llegada del nuevo rey, dejaba a éste sin su principal valedor. Las fuerzas de oposición al monarca son muchas y variadas: Los republicanos por su propia ideología; los monárquicos divididos en carlistas (que no tardarían en iniciar una nueva guerra civil) y los alfonsinos liderados por Cánovas del Castillo; el ejército que aunque no se oponía directamente, no apoyaba al monarca; la iglesia, enemistada por la política laicista del sexenio y que era además enemiga de la casa de Saboya; la rebelión en Cuba y la propia sociedad española. Las oligarquías descontentas con el régimen que favorecía las asociaciones obreras y limitaba el poder oligárquico de los terratenientes, transmitían al pueblo el desprecio al monarca. Es acertada la afirmación del rey de que todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles. En el texto se distinguen tres partes: En la primera, el rey expresa la honra que significó para él asumir la corona de España tanto más por mi apreciada cuanto se me ofrecía rodeada de las dificultades y peligros. En la segunda parte, el rey constata tras dos años de reinado que la paz y la ventura que tan ardientemente anhela está cada día más lejana. Los enemigos del país son los propios españoles: militares, escritores, los partidos políticos, todos ellos se creen poseedores de la verdad haciendo imposible encontrarla. En la tercera parte, el rey decide abdicar al no encontrar solución para el país dentro de las leyes y al negarse a emplear medios que vayan contra esa legalidad. La consecuencia inmediata de esta abdicación fue la proclamación de la república ese mismo día, 11 de febrero de 1873, en sesión conjunta del Congreso y el Senado que contravenía la propia Constitución. La I República apenas durará 11 meses, pues constituirá un periodo de gran inestabilidad en el que se pondrá de manifiesto la división del republicanismo en varias tendencias: federales, unitarios y cantonalistas, y sin que se solucionen los problemas ya planteados durante el reinado de Amadeo: la guerra carlista y el conflicto de Cuba. Todo este caos permitirá a Cánovas del Castillo restaurar la monarquía borbónica

3. Idea central.

Amadeo I subraya en su discurso la división interna del liberalismo español en el último tercio del siglo XIX. Todo esto genera una gran debilidad en el sistema liberal y en la institución monárquica, por lo que el rey prefiere abdicar antes de gobernar dictatorialmente.

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