Finanzas Públicas y Política Fiscal: Presupuestos, Impuestos y su Impacto Económico
Enviado por Chuletator online y clasificado en Economía
Escrito el en español con un tamaño de 11,25 KB
1.1 El Sector Público y los Presupuestos Generales
El sector público nacional lo integran:
- Las Administraciones Públicas: Entre ellas se distinguen: la Administración Central (el Estado), las Administraciones Territoriales (Comunidades Autónomas), y la Seguridad Social. Las Administraciones Públicas se financian principalmente a través de los impuestos, y el Estado es el recaudador más importante. Por su parte, la Seguridad Social se financia sobre todo con las cotizaciones sociales que aportan trabajadores y empresas.
- Las Empresas Públicas: Intervienen en los mercados para conseguir objetivos fundamentales para la economía del país, como el control de los sectores productivos estratégicos o el fomento y desarrollo de zonas deprimidas.
- Las Instituciones de la Unión Europea: Afectan a España como Estado miembro tanto en el terreno de las regulaciones como en el de la financiación.
1.3 Los Presupuestos Públicos
Las Administraciones Públicas determinan anualmente cuánto gastarán el año siguiente y en qué, y deben prever los ingresos necesarios para financiar ese gasto. Es decir, calculan los recursos económicos que precisan para financiar los bienes y servicios que necesitan los ciudadanos. Estos cálculos sobre ingresos y gastos constituyen los presupuestos públicos:
- El Gobierno elabora anualmente los Presupuestos Generales del Estado que incluyen los gastos e ingresos del sector público estatal.
- Las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos proponen también cada año los presupuestos autonómicos y municipales, respectivamente.
1.4 El Equilibrio Presupuestario y el Déficit
Cuando existe déficit, el Estado puede o subir los impuestos o bien recurrir al endeudamiento, es decir, pide a los particulares que inviertan su dinero en préstamos al sector público. Estos préstamos se materializan a través de títulos (bonos del Estado), por los que el Estado se compromete a devolver en su día las cantidades recibidas, además de pagar los intereses correspondientes.
La deuda pública refleja lo que debe el Estado en un momento determinado como consecuencia de los déficits acumulados de años anteriores.
3. Los Ingresos Públicos
El sector público necesita recursos suficientes para poder financiar los gastos públicos. Estos recursos constituyen los ingresos públicos y se obtienen mediante las cotizaciones sociales, los tributos y otras fuentes de ingresos.
- Las Cotizaciones Sociales: Son pagos que se hacen a la Seguridad Social y por los que se adquiere un derecho a percibir determinadas prestaciones. En España, las cotizaciones se calculan tomando como base el salario de los trabajadores, y las pagan tanto las empresas como los trabajadores.
- Tributos: Se clasifican en tres grandes apartados: los impuestos, las tasas y las contribuciones especiales.
Los impuestos son pagos que los ciudadanos están obligados a hacer por ley, y cuya finalidad es financiar el conjunto de los bienes y servicios que ofrece el sector público. Representan más de la mitad de los ingresos públicos.
Dentro de los impuestos, se distinguen dos tipos: los impuestos directos y los impuestos indirectos.
- Impuestos Directos: Gravan la renta o la riqueza de las personas y empresas en función de sus circunstancias económicas y familiares. Permiten, por tanto, que quienes ganan o tienen más dinero paguen más que quienes tienen menos ingresos o riqueza. Por ejemplo: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
- Impuestos Indirectos: Gravan hechos concretos (el consumo, por ejemplo), independientemente de la identidad y de las circunstancias de la persona que los realiza. Afectan a todo el mundo por igual, se gane o se tenga más o menos dinero. Como por ejemplo el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
- Otros Ingresos: (Pagan nuestros padres) Por último, existen otras fuentes de ingresos, como las transferencias corrientes (que obtiene el Estado mediante, por ejemplo, loterías y apuestas); los ingresos patrimoniales (como los beneficios de las empresas públicas) o las operaciones de capital, que incluyen tanto la enajenación de inversiones reales (por ejemplo, la venta de empresas públicas) como las transferencias de capital (por ejemplo, fondos estructurales que provienen de la Unión Europea para financiar proyectos de inversión).
- Tasas: Son tributos por el uso de un bien o servicio ofrecido por la Administración. Se pagan tasas por la recogida de basura, el alcantarillado, el permiso de conducir, los estudios académicos, etc.
- Contribuciones Especiales: Son tributos que pagan quienes se benefician de una obra o servicio público, por ejemplo, la pavimentación de una calle o la construcción de una acera, que beneficia especialmente a los vecinos que la habitan.
4. Progresividad y Solidaridad en los Impuestos
Aunque todos los ciudadanos tienen la misma obligación de contribuir a los gastos comunes pagando tributos (Principio de Justicia), no deben hacerlo en la misma proporción, porque no todos disponen de los mismos recursos económicos (Principio de Capacidad Económica).
La capacidad económica de una persona se manifiesta a través de sus ingresos (renta), su riqueza (patrimonio) o sus gastos (consumo). Es decir, la capacidad económica, en sus distintas formas, es un indicador de la capacidad contributiva, porque revela lo que un ciudadano puede y debe pagar en impuestos: el que tiene mayor capacidad económica tiene mayor capacidad contributiva y, por ello, abonará más impuestos.
4.2 El Valor de la Solidaridad
El principio de progresividad, es decir, se grava con más impuestos a quienes más tienen y con menos a los que tienen menos. Esto significa que los impuestos cumplan una función redistributiva.
El pago de los impuestos tiene un sentido ético y solidario mucho más amplio que el simple acatamiento de una obligación legal. Si unos han contribuido con más impuestos que otros, porque tienen mayor capacidad económica, se está aplicando el valor de la solidaridad, que es fundamental para vivir en sociedad.
El IRPF es un impuesto directo que grava las rentas de los ciudadanos, y que aporta al Estado más de un tercio de lo que se recauda en impuestos. A través de él se busca la aplicación de los principios de capacidad económica y progresividad.
El IRPF tiene en cuenta las circunstancias personales y familiares de los ciudadanos para conocer su verdadera capacidad económica. Para ello se establecen "descuentos" (reducciones y deducciones), por ejemplo, por trabajar fuera de casa y tener hijos pequeños, o por los gastos de mejora de la vivienda habitual, etc.
5. Presión Fiscal
El IVA es un impuesto indirecto que se paga al comprar un producto o contratar un servicio. A diferencia del IRPF, en el IVA no se contemplan las circunstancias personales y familiares del contribuyente, de modo que todos pagamos igual cantidad por el mismo bien o servicio. Después del IRPF, el IVA es el tributo más importante, con el que se recauda casi un tercio del total de los impuestos.
El tipo impositivo del IVA no siempre es el mismo. Existe un IVA general del 21 % que se aplica a la mayoría de los productos de consumo. Hay un IVA reducido del 10 % para los artículos de uso corriente, como alimentos en general, vivienda, restaurantes, espectáculos o transporte. Y, finalmente, el IVA superreducido, que es del 4 %, grava los bienes más necesarios, como pan, leche, frutas, huevos, medicinas, libros, etc. Además, hay bienes que por su importancia no pagan IVA, es decir, están exentos (servicios sanitarios, educativos o de asistencia social, etc.).
Práctica: Cálculo de la Presión Fiscal
Para calcular la presión fiscal de un salario, se sigue el siguiente esquema:
SALARIO BRUTO - retenciones IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social = SALARIO NETO - declaración de la renta = Consumo o ahorro. Lo que quede de consumo, se le quita el 10% de IVA y se suman todos los gastos incluyendo el IVA, para luego calcular el porcentaje de la presión fiscal de su salario.
5.3 ¿Pagamos muchos Impuestos?
El indicador que mide la incidencia que tienen los impuestos en un país es la presión fiscal, que expresa la proporción del PIB que los contribuyentes dedican al pago de impuestos.
Presión fiscal = Ingresos por impuestos y cotizaciones sociales.
6. La Política Fiscal
6.1 La Naturaleza de la Política Fiscal
El Estado no solo ofrece bienes y servicios y redistribuye la renta; también influye en la economía a través de la demanda agregada (DA), que, como sabemos, es la suma del consumo (C), la inversión (I), el gasto público (G) y las exportaciones netas (X-M).
El equilibrio de una economía exige que la producción (oferta agregada) coincida con la demanda agregada de bienes y servicios.
La política fiscal está constituida por las medidas que los gobiernos llevan a cabo sobre el gasto público y los impuestos con objeto de facilitar el crecimiento económico y el empleo, la estabilidad de los precios y el control del déficit público.
6.2 Tipos de Política Fiscal
6.2.1. La Política Fiscal Expansiva:
Cuando la demanda agregada es escasa y caen la actividad económica y el empleo, el Gobierno tiene dos instrumentos para estimular la economía:
- Aumentar el gasto público.
- Bajar los impuestos.
6.2.2. La Política Fiscal Contractiva o Restrictiva:
Cuando hay un exceso de demanda y existe riesgo de subida de precios, el Gobierno puede contraer la demanda utilizando los mismos instrumentos, pero en sentido inverso, es decir, reduciendo el gasto público y subiendo los impuestos.
6.3 La Polémica sobre el Déficit Público y la Deuda
La política fiscal expansiva es un buen remedio para salir de las crisis, pero tiene algunas contraindicaciones. Aumentar el gasto público o reducir impuestos llevan al déficit público y al crecimiento de la deuda pública, cuyos intereses serán nuevos gastos de próximos años. Por ello, los economistas monetaristas entienden que la política del Gobierno debe buscar el equilibrio presupuestario. Si hay recesión, según estos economistas, la economía de mercado tiene mecanismos autocorrectores suficientes para restablecer el equilibrio, por lo que la intervención del Gobierno debe limitarse a contener el gasto.
Las políticas de austeridad (reducción de gasto público) que se impusieron después de la crisis de 2008 en países muy endeudados, entre otros, en España. Otros economistas, sin embargo, plantean que la caída del crecimiento es la causa y no la consecuencia de una deuda elevada.
Un punto de vista bien distinto plantean los economistas keynesianos. Para esta corriente, cuando una economía está en recesión y crece el paro, el Gobierno debe intervenir aumentando el gasto para reactivar la economía y generar empleo, aunque se incurra en déficit. Este déficit debe equilibrarse