Filosofía de San Agustín y Platón: Metafísica, Dios y Teoría del Conocimiento

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El Pensamiento Filosófico de San Agustín

El pensamiento de San Agustín sobre Dios es central en su filosofía, predominantemente teológica. Para él, Dios no solo es la verdad, sino el fin último al que aspira el ser humano. La existencia divina se manifiesta a través de diversos argumentos:

  • Argumento Epistemológico: Señala que las ideas eternas y universales presentes en la mente humana provienen de un ser eterno, Dios.
  • Argumento desde el Alma: El anhelo innato por la verdad y la felicidad en el ser humano apunta a la existencia de un Ser superior que puede satisfacerlo.
  • Argumento Cosmológico: El orden, la belleza y la armonía del mundo reflejan la existencia de un Creador supremo.
  • Argumento del Consenso General: La creencia universal de los pueblos en la existencia de Dios refuerza esta idea.

La Creación y la Huella Divina

Respecto a la creación, San Agustín defiende la doctrina del ejemplarismo, según la cual las esencias de todas las cosas creadas existían previamente en la mente divina como modelos o arquetipos perfectos. Además, introduce la teoría de las razones seminales, principios activos que Dios implantó en la materia desde el inicio, permitiendo el desarrollo gradual y posterior de todos los seres vivos y fenómenos naturales.

San Agustín considera que toda la creación lleva una doble huella de Dios: las criaturas reflejan las ideas ejemplares de su creación y contienen las razones seminales que manifiestan la acción divina continua. En el ser humano, esta imagen de Dios se hace aún más evidente, consolidando su lugar como la obra cumbre del Creador, dotado de razón y voluntad para buscar la verdad y la felicidad en Dios.

La Filosofía de Platón: Dualismo y Conocimiento

El pensamiento de Platón se articula en torno a un profundo dualismo, tanto en la esfera de la realidad (ontología) como en la del conocimiento (epistemología).

Dualismo Ontológico: El Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible

Platón propone un dualismo ontológico que distingue entre dos realidades fundamentales:

  • Mundo Inteligible (Cosmos Noetós): Es la esfera de las Ideas, esencias inmateriales, eternas, inmutables y perfectas. Estas Ideas son la verdadera realidad y sirven como modelos o arquetipos de todo lo que existe. La Idea del Bien es la suprema, fuente de toda verdad y perfección.
  • Mundo Sensible: Es el mundo que percibimos a través de los sentidos, compuesto por copias imperfectas, cambiantes y perecederas de las Ideas. Este mundo material es una realidad secundaria y derivada.

En este esquema, el Demiurgo actúa como un artesano divino que, observando las Ideas del mundo inteligible, organiza y da forma a la materia preexistente para crear el mundo sensible, buscando imitar la perfección de los modelos eternos.

Teoría del Conocimiento: De la Opinión a la Ciencia

En su teoría del conocimiento, Platón establece una clara distinción entre dos niveles:

  • Conocimiento Sensible (Dóxa o Opinión): Basado en los sentidos, es un conocimiento imperfecto y cambiante, propio del mundo sensible. Comprende dos grados:
    • Imaginación (Eikasía): El nivel más bajo, que se ocupa de las sombras y apariencias.
    • Creencia (Pístis): Se refiere a los objetos sensibles mismos, a las cosas materiales.
  • Conocimiento Inteligible (Episteme o Ciencia): Alcanzado mediante la razón, es un conocimiento verdadero, universal y necesario, propio del mundo de las Ideas. También se divide en dos grados:
    • Razonamiento (Diánoia): Se ocupa de las entidades matemáticas y los conceptos abstractos, sirviendo como puente hacia las Ideas.
    • Intuición Intelectual (Nóesis): Es el grado más elevado, donde el alma contempla directamente las Ideas y su relación con la Idea del Bien, alcanzando la verdad absoluta.

A través del célebre Símil de la Línea, Platón ilustra cómo el conocimiento progresa desde lo más imperfecto (las sombras y apariencias del mundo sensible) hasta lo más perfecto (la contemplación directa de las Ideas y del Bien absoluto en el mundo inteligible), marcando un ascenso gradual del alma hacia la verdad.

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