Filosofía Política y Ciencia Política: Conceptos Clave y Evolución Histórica

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Filosofía Política y Ciencia Política

Diferencias Conceptuales

La Filosofía Política es un saber teórico, abstracto o apriorístico que procede únicamente mediante conceptos y nunca recurre a la experiencia ni la contrastación material. La Politología, en cambio, es una ciencia social, es decir, un saber concreto y empírico. La Ciencia Política es fundamentalmente inductiva, mientras que la Filosofía Política es deductiva.

La Filosofía Política tiene un claro componente normativo: prescribe una serie de normas de actuación para toda la sociedad que concuerden con su particular concepción de la misma. Por eso, la Filosofía Política está directamente emparentada con la Ética. Ni la Ética ni la Filosofía Política pueden ignorar o permanecer al margen de la evidencia experimental.

¿Qué es lo Político?

Política es lo perteneciente o relativo a la Polis (ciudad-estado). Aristóteles se refería al hombre como un “animal político”: la vida en y para la Polis estaba implícita en su naturaleza. Otros muchos animales son sociales, pero el hombre es el único específicamente político.

Este ámbito institucional perdurable, así como las normas que lo regulan, es a lo que llamamos política. Nuestra tendencia a la asociación y a la cooperación es previa a la política: pertenece al ámbito de la Sociedad Civil. Sólo cuando algunos vínculos de asociación y de cooperación dejan de ser privados y voluntarios (como ocurre en la familia, o en el comercio) para ser públicos y obligatorios, es entonces cuando podemos hablar de una comunidad política, es decir, de un Estado o de una Res Publica. Lo público y lo estatal pueden aquí considerarse sinónimos.

La comunidad política exige obediencia incondicional a una legislación, y por tanto requiere la existencia de un poder coactivo —el Estado— que asegure su cumplimiento. El acuerdo es obligatorio, afecta a todos por igual y nunca se extingue. Las instituciones políticas constituyen la esfera de lo público o de lo estatal.

Es tarea de la Filosofía Política determinar cuál es la naturaleza, el fundamento, la finalidad y los límites del Estado. Que el Estado responda adecuadamente a las expectativas de los ciudadanos que están sometidos a él dependerá de la teoría que le haya dado fundamento. Por eso la política es inseparable de la Filosofía. La política no es más que la puesta en práctica de unas ideas que alguien ha pensado previamente. Corresponde a la Filosofía establecer la lógica y el sentido de la política.

La Filosofía Política adopta una perspectiva teórica y general sobre problemas que, sin embargo, están estrechamente relacionados con nuestra experiencia concreta.

Nación y Estado

La sociabilidad es condición necesaria de lo político, pero no condición suficiente. Se pueden dar entre nosotros vínculos de cooperación libres y voluntarios, basados en el interés o en la afinidad particulares. Éste es el dominio de la Sociedad Civil, que se manifiesta en instituciones de carácter privado.

La nación es un concepto intermedio entre la sociedad y el Estado. La nación es anterior al Estado y establece sus condiciones de posibilidad, al proporcionar a los distintos y heterogéneos grupos sociales la conciencia de unidad.

a) La nación histórico-cultural: sus miembros tienen la conciencia de pertenecer a una misma unidad. La existencia de la nación no dejará de ser más que una hipótesis imposible de demostrar.

b) La nación jurídico-política: sus miembros comparten la voluntad de pertenecer a una misma sociedad de ciudadanos. Los límites territoriales de la nación serán los mismos que los del Estado, de forma que la existencia de la nación no necesitará demostrarse.

El Estado es la nación que cristaliza políticamente. Es lo que llamamos Estado-nación. Una vez que la nación se dota de un Estado, queda constituida como sujeto político.

Soberanía

Poder que ostenta quien tiene la autoridad para tomar las decisiones en nombre de la nación o el sujeto político. Es el Estado quien ejerce ese poder. El Estado, en vez de estar encarnado por una persona, está integrado por los representantes que la nación elige. En este caso hablamos de soberanía nacional.

Ese poder que el Estado ejerce tiene tres divisiones: el poder legislativo (quien hace las leyes), el ejecutivo (quien las pone en práctica) y el judicial (quien decide cuándo no se han cumplido). Cuando la soberanía es nacional y reside en el pueblo, y no en el gobernante, la división de poderes es el mecanismo que sirve para garantizar que el Estado no usurpe dicha soberanía.

Un Estado es de Derecho cuando el gobernante no está por encima de las leyes, cuando el poder legislativo y el judicial son independientes del poder ejecutivo.

Legalidad y Legitimidad

La legitimidad es el reconocimiento de la autoridad de los gobernantes por parte de los gobernados.

  • La legitimidad carismática se origina en el sentimiento, en la devoción hacia un personaje.
  • La legitimidad tradicional se funda en la preservación de una estirpe, familia o tradición venerable. Es típica de los regímenes tribales.
  • La legitimidad legal-racional es característica de las democracias.

Un gobierno ilegítimo es aquel que ha perdido el favor de los gobernados. A diferencia de la legalidad, que es simplemente la cualidad de lo que es conforme a la ley desde un punto de vista relativo, la legitimidad es sinónimo de legalidad desde un punto de vista universalista. Legitimidad sería sinónimo de licitud ética.

Derechos Humanos

Derechos individuales inalienables: “derechos humanos”. La persona los posee por el mero hecho de serlo, con independencia del lugar y el tiempo en el que viva, o de la legislación positiva que rija en su país. Estos derechos han perdurado como derechos fundamentales a defender por encima de cualquier consideración.

A los derechos positivos se les llamó Derechos de segunda y tercera generación. Pero sólo los primeros derechos, los derechos negativos, exigen ser universalizados desde el punto de vista moral, con independencia de lo que diga la legislación de cada país.

Régimen Político

Son los distintos tipos de Estado:

  • Regímenes autoritarios: Los miembros de la comunidad política no tienen capacidad de participar ni de influir en las decisiones del Estado, cuyo ámbito predomina sobre el de la sociedad civil.
  • Regímenes totalitarios: Además de no existir participación, no existen garantías jurídicas. El Estado es profundamente ideológico. El individuo no puede decidir ni siquiera sobre sí mismo.
  • Regímenes democráticos: Existen garantías jurídicas, además de participación de los ciudadanos en las decisiones políticas. Hay separación de poderes, la ley está por encima del gobernante y existe separación entre lo público y lo privado.

El Convencionalismo de los Sofistas

Los Sofistas eran sabios de la sociedad griega. Su reputación fue decayendo y el apelativo acabó teniendo connotaciones despectivas. Se consideraban a sí mismos portadores y difusores del conocimiento. La retórica era su disciplina predilecta, como medio indispensable para todo el que quisiera abrirse paso en la política.

Eran conocidos por su defensa del relativismo moral, del escepticismo y del convencionalismo político. Tales posiciones les valían el desprecio y las críticas de muchos filósofos griegos.

La tesis fundamental del convencionalismo sofístico era que todas las leyes tenían carácter convencional: eran invenciones humanas. Llegaron a la conclusión de que las instituciones políticas no eran ni una manifestación de la voluntad de los dioses ni la manifestación de una naturaleza humana.

La política no es un saber unívoco. Cada cultura se organiza políticamente en función de su propio carácter. Las únicas tendencias que permanecen constantes y que podemos llamar universales son la búsqueda del placer y el dominio del fuerte sobre el débil. Por lo demás, la naturaleza humana es dinámica y depende de los hábitos aprendidos.

Platón y Aristóteles

A la tesis opuesta al convencionalismo la llamaremos naturalismo político. Las normas son el reflejo de la naturaleza humana y no el producto de la decisión o el acuerdo de cada sociedad. Sócrates, Platón y Aristóteles defendieron la existencia de la verdad y de nuestra capacidad para conocerla mediante la razón.

Platón (427-347 a.C.) establece un paralelismo prácticamente exacto entre lo ético y lo político, entre el Alma y el Estado:

  • Alma intelectiva o racional: Prudencia o Sabiduría
  • Alma irascible: Fortaleza o Valentía
  • Alma tendencial o concupiscible: Templanza o Moderación

Y definiendo la Justicia como la armonización de los tres vértices de la sociedad:

  • Sabios y filósofos: Prudencia o Sabiduría
  • Guerreros: Fortaleza o Valentía
  • Productores: Templanza o Moderación

La Justicia como virtud política consiste en la armonización de estas tres partes constituyentes del Estado.

Aristóteles (384-322 a.C.) entendía la política como resultado natural de la sociabilidad, que colocaba a los seres humanos en una posición intermedia entre los animales y los dioses. La Justicia, que consiste en saber dar a cada uno lo que le corresponde, es entendida por Aristóteles como la virtud política por excelencia.

Aristóteles dividió en tres las posibles formas de gobierno: Monarquía (gobierno de uno), Aristocracia (gobierno de una minoría) y Democracia o República (gobierno de la mayoría).

El Contractualismo Moderno

En la época moderna (s. XVI-XVIII), el contractualismo es la corriente que predomina entre las teorías que tratan de explicar el origen y la legitimidad del poder. También asume el carácter convencional del Estado y añade un elemento definitorio del que toma su nombre: la fundación del Estado es el resultado de un contrato social antecedido por un estado de naturaleza primigenio. Se trata de una hipótesis que permite proporcionar un fundamento racional al orden político que está instituido.

  • T. Hobbes: Absolutismo
  • J. Locke: Liberalismo democrático
  • J-J. Rousseau: Comunitarismo democrático

Thomas Hobbes y la Legitimación Contractualista del Estado Absoluto

Estado de naturaleza: Para Hobbes, es un estado de guerra permanente. En ausencia de Estado, los hombres se guían por un derecho natural que les autoriza a emplear todos los medios posibles para la preservación de su vida. Todos tienen derecho a todo para buscar su bien particular.

Pacto social: Orientado a evitar la guerra a toda costa y garantizar la paz y la seguridad.

John Locke y la Legitimación del Liberalismo Democrático

La teoría contractualista de Locke da origen a un Estado de corte liberal y democrático.

Estado de naturaleza: El estado de naturaleza no es sinónimo de guerra, como en Hobbes, pero sí puede desembocar en ella. El conflicto surge de la infracción de esos derechos.

Pacto social: La sociedad surge a partir del pacto por el que la justicia se centraliza. En ningún caso se puede renunciar a la libertad individual, ni a la propiedad privada, ni a la vida, porque son derechos naturales y se da origen a un Estado liberal democrático.

Jean-Jacques Rousseau y el Comunitarismo Democrático

A diferencia del Estado liberal de Locke, la voluntad del pueblo o voluntad general tiene total preferencia sobre las voluntades individuales.

Estado de naturaleza: Rousseau parte de un optimismo antropológico absoluto: todos los hombres son por naturaleza buenos. Al no existir la propiedad privada, no hay desigualdad ni competencia entre las personas. Al no existir el poder político, no hay encarcelados ni perseguidos. El origen de la guerra se encuentra en la sociedad. Rousseau no propone mejorar la propia libertad civil mediante una revisión del pacto social.

El pacto social: La nueva sociedad debe restablecer la igualdad original. Pasar de la sociedad antigua a la sociedad nueva, a una sociedad verdaderamente igualitaria mediante la instauración de un Estado democrático similar al que describía John Locke pero orientado al “interés general” y al “bien común”.

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