Filosofía Platónica: El Viaje del Alma hacia el Conocimiento y la Belleza Eterna

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El Rey Filósofo: Gobernante Ideal en la Ciudad Platónica

En la ciudad ideal diseñada por Platón, el gobernante debe dirigir la mirada al mundo inteligible y obrar según las formas puras y perfectas del mundo ideal. Los filósofos son preparados por el Estado con una educación muy cuidada y con disciplinas como la gimnasia, la música, las matemáticas o la astronomía, hasta los 30 años, y luego la dialéctica, para llegar finalmente al conocimiento de las Ideas. No pueden poseer familia ni riquezas para evitar la tentación de actuar por el bien particular del mundo sensible, en lugar de la justicia y el bien común ideal, y serán elegidos entre los guerreros más inteligentes y capaces para el conocimiento.

La Opinión (Doxa): El Conocimiento Sensible

Platón distingue dos géneros fundamentales de conocimiento: la opinión (doxa) y la ciencia (episteme). La opinión es la forma de conocimiento que se fundamenta en la percepción (mundo sensible) y se divide en dos especies o tipos de conocimiento: la eikasia, que es la capacidad de captar imágenes, y la pistis, que es el conocimiento sensible de las cosas.

La Dialéctica: Ascenso al Mundo de las Ideas

La dialéctica es una ciencia puramente inteligible. Tiene un uso racional sin el empleo de los sentidos, porque no se refiere a un mundo sensible, sino inteligible, al igual que quien ha mirado el sol ha llegado al límite de lo visible. Esta no se enfoca en lo bueno ni lo malo de forma superficial; simplemente se dirige al mundo inteligible para discernir lo que es bueno en sí y para sí mismo, buscando alcanzar el Bien en sí y no meramente su imagen. Solo el método dialéctico saca el ojo del alma y lo eleva para contemplar las Ideas. Tiene la obligación de sacarnos de la oscuridad (doxa) y llevarnos a la evidencia de la ciencia. La dialéctica sirve para dar razón de lo que algo es en sí mismo. La dialéctica es la cima y el coronamiento de todas las demás ciencias; no hay ninguna que pueda superarla. Cuando se la conoce, ya no es necesario conocer nada más.

La Reminiscencia: Recordar las Ideas Innatas

Según Platón, nosotros tenemos cuerpo y alma. El cuerpo es material y mortal, pero el alma es inmaterial y eterna, y pertenece al mundo inteligible, donde vive entre las Ideas y las contempla. El alma se encarna en un cuerpo y así desciende al mundo sensible. Al encarnarse, olvida las Ideas, todo lo que ya conocía lo olvida. Por ello, Platón afirma que el conocimiento es reminiscencia, ya que conocer consiste en recordar. Esas Ideas son innatas en nosotros, duermen en el alma desde que nacemos; conocer consiste en despertarlas, reflexionando internamente y dialogando con los demás.

El Conocimiento como Amor: La Búsqueda de la Belleza Eterna

Quien quiera conseguir el conocimiento de la Idea de Bien, tiene que pensar desde joven, fijándose o dejándose llevar por la belleza. El amor es la tensión que mueve al amante hacia el objeto amado. Este objeto amado es la belleza, y no la Idea de Bien como en la dialéctica. La Idea de Belleza es de la cual participan todas las cosas bellas. Para llegar a ella, iremos amando objetos bellos cada vez más elevados.

El camino hacia la Belleza en sí se desglosa en varios pasos:

  1. El primer paso consiste en encontrar la belleza de un cuerpo.
  2. Luego, se debe comprender que hay una única belleza, la cual poseen todos los cuerpos bellos. Por tanto, el segundo paso es enamorarse de todos los cuerpos bellos.
  3. El tercer paso consiste en considerar más noble la belleza del alma que la belleza corporal, y pasar del amor a todos los cuerpos al amor de las almas.
  4. El cuarto paso indica que debemos pasar de las almas bellas con conductas bellas al conocimiento de las Ideas, a la ciencia.
  5. El quinto paso es el conocimiento verdadero de los seres verdaderos.

El saber, la ciencia, es uno solo. El conocimiento es el conocimiento ideal y el conocimiento de la esencia de la Belleza. Cuando se llega a saber lo que es la Belleza en sí, no se siente atracción por lo que participa de la belleza; una vez aquí, solo se querrá conocer lo que es la Belleza en sí. La Belleza es bella para todos; no es bella para uno y no bella para otro. En definitiva, todo esto es un camino de amor. Lo único que tiene sentido en nuestra vida es enamorarse de la Belleza en sí, por lo que el alma que llega al conocimiento de la Belleza es un alma enamorada.

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