La Filosofía de Nietzsche: De la Muerte de Dios a la Afirmación del Superhombre
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La Crítica Nietzscheana a la Cultura Occidental y la Muerte de Dios
Nietzsche critica la tradición occidental por confiar en la razón para alcanzar verdades absolutas. Su célebre frase “Dios ha muerto” simboliza el fin de esa ilusión metafísica. Desde Platón hasta Hegel, la filosofía ha buscado una verdad profunda y objetiva. Sin embargo, Nietzsche sostiene que no existe tal verdad, sino solo interpretaciones o “mentiras útiles” nacidas del miedo al cambio y a la muerte.
Esta “voluntad de verdad” llevó al establecimiento de una moral racional y estable (el principio apolíneo), que sistemáticamente negó el impulso vital y dionisíaco. Incluso la ciencia, heredera de esta tradición, no puede reemplazar al Dios muerto, evidenciando la profunda crisis del humanismo.
Utilizando la genealogía, Nietzsche demuestra que la moral y los valores establecidos esconden, en realidad, deseos de poder y resentimiento. Por esta razón, junto con Marx y Freud, es considerado un “maestro de la sospecha”. Además, revela, desde la filología, cómo el cristianismo invirtió los valores originales, exaltando la debilidad y creando una moral de rebaño que niega la afirmación plena de la vida.
Voluntad de Poder, Eterno Retorno y el Superhombre
La Voluntad de Poder: Una Ontología Irracional
El concepto de Voluntad de Poder (Wille zur Macht) es, ante todo, ontológico, refiriéndose a la sustancia última de lo real como algo irracional, que se opone a las categorías tradicionales para comprender el ser. Schopenhauer ya insinuó esta idea con sus conceptos de “mundo como voluntad” y “mundo como representación”, sugiriendo que tras la razón se oculta una fuerza irracional que la impulsa.
Nietzsche, sin embargo, se distancia del pesimismo de Schopenhauer —al que califica de “budista” y “nihilista”— y busca detener la “nirvanización de Occidente” creando nuevos valores que devuelvan a la existencia su carácter lúdico y trágico, en contraste con el optimismo teórico de los racionalistas y el pesimismo vital de Schopenhauer. La Voluntad de Poder postula que el ser es una pluralidad de impulsos e instintos en un devenir incesante, interpretando la realidad como un juego en el que la vida se manifiesta de formas diversas (fuerte, débil, etc.).
Esta visión crítica rechaza la ontología tradicional, que pretendía fundar una metafísica y moral en la razón, despreciando lo sensible. Para Nietzsche, la verdad es simplemente una interpretación o “mentira útil” que debe evaluarse según si favorece o no la afirmación de la vida.
El Eterno Retorno: La Afirmación Incondicional de la Vida
No hay forma de vida más fuerte que aquella que acepta el ser sin culpa, restableciendo la “inocencia del devenir” y afirmando la vida con tal intensidad que desea su repetición, lo que se expresa en el concepto del Eterno Retorno. Esta idea representa la unión de necesidad y libertad en un “sí” incondicional a la vida terrenal, rechazando cualquier sentido transmundano. En esta perspectiva, la Voluntad de Poder se convierte en una fuerza lúdica, de creación y destrucción sin finalidad.
El Superhombre y las Tres Metamorfosis del Espíritu
Esta misma voluntad es la que caracteriza al Superhombre (Übermensch), idealizado por Nietzsche en “Las tres metamorfosis del espíritu”. La figura del niño simboliza la inocencia, la alegría y el juego, elementos que el ser humano debe recuperar para trascender. Las tres metamorfosis representan:
- El Camello: Simboliza el “espíritu de pesadez”, la carga de la moral tradicional platónico-cristiana, que encarna el nihilismo al negar el valor de esta vida a favor de una supuesta existencia transmundana.
- El León: Representa el gran negador que rechaza la moral establecida, pasando del “yo debo” al “yo quiero”, pero que aún no crea nuevos valores, evidenciando el estancamiento del “último hombre”.
- El Niño: Simboliza el Superhombre, la transformación que sustituye la visión moral limitada por una perspectiva estética y afirmativa, que ve la vida como un juego y un experimento, marcando el “nuevo sentido de la tierra”.