Filosofía de Nietzsche, Kant y Marx: Crítica a la Metafísica, Ética y Capitalismo

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Nietzsche y la Crítica a la Metafísica Tradicional

Nietzsche se inscribe en la corriente filosófica del vitalismo, predominante a finales del siglo XIX y principios del XX. Para él, la realidad, que es la vida, posee un carácter dinámico y múltiple, lo que imposibilita una comprensión fija y definitiva de la misma. Además, esa comprensión objetiva es imposible porque el ser humano forma parte de esa realidad, estando también sujeto al devenir y a las distintas perspectivas desde las que la interpreta.

La Crítica a Sócrates y Platón

Por esta razón, Nietzsche critica la metafísica y la teoría del conocimiento tradicional, señalando a Sócrates y a Platón como los precursores del error en la comprensión de la realidad. Estos filósofos concebían el ser verdadero como inmutable y eterno, mientras que el ser irreal o ilusorio era mutable y finito. Para Nietzsche, sin embargo, lo único real es el devenir constante. Tacha a estos filósofos de dogmáticos, ya que sus teorías se basan en la especulación, en una divagación que pierde el contacto con la realidad.

Cuatro Aspectos de la Crítica a las Filosofías Dogmáticas

Nietzsche critica estas filosofías dogmáticas en cuatro aspectos:

  1. Afirma que la filosofía tradicional es resultado de una necesidad de seguridad y reposo frente al devenir.
  2. Sostiene que las propiedades del ser de estas filosofías son en realidad las propiedades del no-ser, lo que conduce al nihilismo.
  3. Considera que inventar otro mundo distinto es una actitud de resentimiento hacia la vida, por no poder aprehenderla en su devenir.
  4. Las ve como un síntoma de decadencia por no aceptar la realidad en sus contradicciones.

Crítica a la Ciencia Positiva y al Conocimiento Conceptual

Por estas razones, también critica la ciencia positiva de su época, que pretende reducir la realidad a lo cuantificable, afirmando que solo hay conocimiento si hay un proceso de matematización de la realidad. Nietzsche señala que al cuantificar las cosas se anulan las diferencias cualitativas existentes entre ellas, y que no todo es cuantificable, lo cual no hace que aquello que no se puede medir y fijar sea menos real.

Para criticar la teoría del conocimiento de la filosofía tradicional, ataca el conocimiento conceptual. El proceso de formación de conceptos va desde la sensación hasta el concepto mediante la abstracción de las diferencias individuales. Según esa filosofía, el concepto expresa la verdad de la esencia de las cosas. Sin embargo, para Nietzsche, el concepto es una simple generalización. No puede fijar ninguna esencia porque la realidad no tiene esencia, sino que deviene en el tiempo en lo individual.

El Lenguaje de la Imaginación y la Voluntad de Poder

Frente al lenguaje de la razón, basado en el concepto, Nietzsche propone el lenguaje de la imaginación, basado en la metáfora. La metáfora es una interpretación de lo real, hecha desde la individualidad y que respeta la pluralidad de aspectos de las cosas y su devenir. Por lo tanto, no pretende ser eterna y verdadera como el concepto; si lo pretendiera, volvería a caer en el dogmatismo. Este lenguaje es el del arte y expresa la libertad de la voluntad.

Por esto, frente a la voluntad de verdad de la filosofía tradicional, afirma la voluntad de poder, mediante la que el ser humano asume la realidad cambiante afirmando una perspectiva individual de forma temporal para potenciar la propia vida, ya que la vida es plural y cambiante.

Kant y la Ética del Deber

Kant, como ilustrado, plantea una moral basada en la razón, donde sea esta la que determine qué debe hacerse para ser moralmente bueno. Además, propone una moral universal y necesaria, válida para todos los hombres en todas las circunstancias, y que se cumpla por el mero hecho de cumplirla, y no como medio para alcanzar otra cosa. Para que la moral sea universal y necesaria, debe estar fundada en elementos a priori.

Éticas Materiales vs. Ética Formal

Kant distingue entre el sistema moral a priori, que es formal, y los sistemas morales materiales. Las éticas materiales identificaban el bien con un hecho, como la felicidad, la contemplación o un sentimiento. Son a posteriori porque tienen como centro el objeto al que tiende el sujeto moral. Además, las normas de estas éticas son hipotéticas, condicionales, es decir, señalan como buenas o malas las acciones en función de si con ellas se consigue alcanzar el fin propuesto. Como son hipotéticas, las normas se cumplirán por el interés de alcanzar el fin propuesto. Por último, estas éticas son heterónomas, es decir, reciben la ley moral desde fuera de la razón.

La ética que Kant propone para que sea universal y necesaria es una ética formal. Esto significa que no puede establecer ningún bien o fin de la conducta, ni puede decirnos cómo actuar, sino que ha de ser a priori. Además, sus imperativos han de ser categóricos y no hipotéticos, es decir, han de cumplirse por sí mismos, y no por interés o para alcanzar otra cosa. Por último, esta ética será autónoma, ya que la voluntad no obrará por inclinación o sentimiento, sino por obediencia pura a la razón.

El Imperativo Categórico

Por estas razones, Kant señala que la ética debe fundarse en el deber. Este deber se cumplirá por el puro hecho de cumplir el deber moral, por respeto a la razón. Actuar moralmente será actuar por deber, y esto lo hará una buena voluntad. La fórmula en la que se expresa ese deber y que cumple la buena voluntad es lo que Kant llama imperativo categórico. Kant formula este imperativo de tres maneras distintas:

  1. "Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal".
  2. "Obra como si la máxima de acción hubiera de convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza".
  3. "Obra de tal manera que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca como un medio".

Postulados de la Razón Práctica

Para que esta ética esté bien fundamentada, necesita postular la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

  • Postula la libertad porque la exigencia de obrar por deber supone la libertad como algo previo para poder vencer nuestras inclinaciones e intereses.
  • Postula la inmortalidad del alma porque el cumplimiento del deber al que nos sentimos obligados moralmente nunca acaba.
  • Postula la existencia de Dios porque nuestra razón establece una identificación entre la virtud y la felicidad que no se da en nosotros, por lo que dicha unión se afirma como realizada en Dios.

Para articular una ética formal, es decir, universal y necesaria, Kant se vio obligado, como dice en la introducción de la "Crítica de la razón pura", a suprimir el saber para dejar paso a la fe.

Marx y la Crítica al Capitalismo

Según Marx, el ser humano no tiene naturaleza, sino que se realiza como tal al transformar la realidad natural por medio del trabajo. Sin embargo, en el sistema capitalista, el trabajo no es fuente de realización, sino fuente de explotación y alienación.

La Plusvalía y la Explotación del Trabajador

En la sociedad capitalista, donde los medios de producción son propiedad de la clase capitalista, la única mercancía que el trabajador desposeído tiene para vender para poder sobrevivir es su fuerza de trabajo. Esa fuerza de trabajo, al trabajar, le reporta al capitalista una ganancia económica, dado que es una mercancía peculiar, que puede producir más de lo que ella misma consume en esa producción. Esta ganancia, de la que se apropia la clase capitalista, es la plusvalía. De esta manera, el trabajador en el capitalismo solo puede aspirar a sobrevivir, empobreciéndose cada vez más, mientras que la clase capitalista se enriquece a costa de los trabajadores. Por esto, Marx ve el sistema capitalista como un sistema que genera desigualdades radicalmente injustas.

La Alienación del Trabajo

Por otra parte, el obrero no trabaja para sí mismo ni el producto de su trabajo le pertenece; solo es un medio para que el capitalista, poseedor de los medios de producción, consiga su fin: aumentar su capital. Esto produce la alienación del trabajador. Marx tomó el concepto de alienación de Feuerbach, un filósofo de la izquierda hegeliana crítico con la filosofía de la religión. Estar alienado significa estar sometido a otro, estar escindido, dividido, porque se ha arrebatado una parte de sí. Feuerbach estudió la alienación religiosa, que se da cuando el ser humano olvida que Dios es una creación suya y ve a Dios como algo exterior y extraño que le exige adoración y obediencia.

Crítica a Feuerbach y la Alienación Ideológica

Marx criticó a Feuerbach porque, según él, no entendió que la alienación religiosa, que pertenece a la alienación ideológica, responde en último término al mantenimiento del dominio de la clase capitalista sobre la obrera. Según Marx, la alienación religiosa se produce a partir de las propias condiciones miserables de existencia: el individuo se refugia en un mundo trascendente para escapar de la miseria económica real. Por esto, Marx afirma que "la religión es el opio del pueblo". En la alienación ideológica también estaría la aceptación del sistema capitalista por parte del trabajador, viendo como legítimo que el capitalista posea los medios de producción, y también la aceptación del derecho, creyendo que las leyes son justas, aunque en la realidad esa supuesta igualdad no se dé.

Además de la alienación ideológica, la principal forma de alienación es la alienación del trabajo. El obrero no puede contemplar el trabajo como actividad que le es propia, sino ajena. Al ser los medios de producción de la clase capitalista, el obrero no puede decidir nada acerca de la producción. Asimismo, también se halla alienado al final del trabajo: el producto de su trabajo no es suyo, sino de aquel para el que trabaja, volviéndose por esto extraño y ajeno para el obrero su propio producto. La superación de todas las alienaciones vendrá cuando el proletariado haga una revolución, cuyo objetivo será abolir la propiedad privada de los medios de producción, de tal manera que el obrero pueda ser dueño de la organización del trabajo y del producto del trabajo.

El Materialismo Histórico de Marx

El objetivo de Marx fue analizar críticamente la sociedad burguesa capitalista, su modo de producción y la interpretación teórica que dicha sociedad hace de la realidad, del ser humano y de su historia, para poder así transformarla. En primer lugar, dirigió su crítica a la filosofía idealista heredera de la Ilustración, representada por Hegel. Aunque tomó ideas de esta filosofía para construir la suya, critica del idealismo la idea de que es el sujeto el que construye la realidad gracias a la razón, a su pensamiento. Para Marx, esto es entender el conocimiento y la realidad de manera abstracta, especulativa, es decir, es reducir el conocimiento y la realidad a la reflexión puramente teórica.

La Praxis y la Definición del Ser Humano

Para Marx, el conocimiento y la verdad no surgen solo de la conciencia que contempla la realidad, también surgen gracias a la interacción del hombre y la realidad mediante la praxis, la actividad humana. Conocemos la realidad al relacionarnos con ella mediante la praxis, transformándola. Por influencia de la economía política inglesa, Marx afirma que el ser humano se define no tanto por su razón, sino por ser un productor que transforma la naturaleza mediante el trabajo para poder garantizar la supervivencia de la sociedad. Por esto, el interés de Marx será estudiar economía para poder entender cómo se articula el trabajo en el modo de producción capitalista y así entender la sociedad capitalista y el origen de la desigualdad.

Materialismo y Estructura Social

Por todo esto, Marx tendrá una concepción materialista de la realidad. La sociedad y su historia son resultado de la actividad productiva del hombre, que produce medios para poder satisfacer las necesidades materiales.

En su análisis de la actividad productiva, afirma que todo modo de producción tiene tres elementos estructurales:

  • La infraestructura económica.
  • La superestructura jurídico-política.
  • La superestructura ideológica.

La infraestructura económica está compuesta por las fuerzas productivas (la materia transformable en objeto, la fuerza de trabajo y los medios de producción) y por relaciones de producción (determinadas por la propiedad de los medios de producción, siendo colaborativas si todos los agentes de la producción son propietarios o siendo relaciones de explotación y dominio si solo algunos son los propietarios). La superestructura jurídico-política será el conjunto de leyes, normas e instituciones (como el Estado), que ejercen un control social para garantizar el dominio económico de las clases dominantes a través del dominio político y jurídico.

La Ideología como Falsa Conciencia

La ideología queda definida en la superestructura ideológica como el conjunto de ideas y representaciones que forman la conciencia social (como la religión, la filosofía o la cultura). La ideología dominante es la ideología de la clase dominante, por lo que la función de la ideología es también garantizar el dominio económico de las clases dominantes a través del dominio social. Por esto, Marx afirma que la ideología es una falsa conciencia de la realidad que la sociedad tiene para poder justificar la estructura económica vigente.

Así, la infraestructura determina la superestructura. Por ello, no es la conciencia del hombre (la superestructura ideológica) la que determina la realidad material (la infraestructura), sino la realidad material la que determina su conciencia. La tarea de la filosofía será analizar la realidad social capitalista, tanto su infraestructura como su superestructura, para poder transformarla mediante la acción política, dado que Marx sostiene que el modo de producción capitalista es un modo de producción basado en la explotación.

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