Filosofía de Nietzsche: Explorando la Voluntad de Poder y el Eterno Retorno
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La Voluntad de Poder y el Eterno Retorno de lo Mismo en Nietzsche
La Voluntad de Poder
La libertad resulta incompatible con la existencia de Dios. El ser humano solo se desarrolla en este mundo, en el mundo natural, sin necesidad de recurrir a mundos sobrenaturales. Cuanto mayor y más fuerte sea la voluntad de vivir, más evidente será la desigualdad entre las personas. La vida se parece a una enorme torre en constante proceso de crecimiento, en el que cada ser vivo va ascendiendo de grado a medida que la torre va creciendo, de tal forma que cada ser pueda llegar al mayor grado posible. La vida, que es puro cambio, domina el flujo constante de la realidad. Los conceptos resultan de gran valor para someter y dominar la realidad. Ahora bien, en realidad no hay verdades absolutas; la vida es puro y constante cambio.
Las características principales de la voluntad de poder son que cada uno se estime lo más posible y que los individuos crean verdaderamente en la extraordinaria potencialidad de la vida. Solo aquel que se sepa fuerte, poderoso y seguro de sí mismo deseará que los demás desarrollen igualmente esos mismos sentimientos. Los que reniegan, sin embargo, de la voluntad de poder acaban siendo envidiosos y resentidos, impidiendo que otras personas alcancen el poder y queriéndoselo quedar todo para ellos.
El Conocimiento y la Voluntad de Poder
Lo que nos impulsa al conocimiento es la necesidad de hacer descubrimientos puntuales, el hecho de que la sociedad humana tenga que sobrevivir. El factor clave de la evolución humana no es la inteligencia, sino la voluntad de poder. El dios Dionisos rompe con las normas sociales, liberando los deseos y la voluntad del ser humano, para celebrar la grandeza de la vida. Sin embargo, la filosofía racional antepuso, ya a partir de Sócrates y Platón, el alma al cuerpo, siendo desde entonces la propia mente el objetivo final del conocimiento. Contraponiendo cuerpo y espíritu, Platón señaló que debíamos perseverar en la búsqueda del ser eterno, único e inmutable.
El Eterno Retorno de lo Mismo
El superhombre acepta la vida tal como esta se le aparece; la repetición de los sucesos más insignificantes es incesante. El imperativo categórico en Nietzsche es: “Desea y vive la vida hasta el punto de querer que lo vivido se repita infinitamente”. En la teoría nietzscheana del eterno retorno, la realidad que se repite una y otra vez se contrapone a la opinión según la cual la realidad sería un continuo trazado a semejanza de una recta. Todos los sucesos han ocurrido ya. Lo que vaya a venir se va a repetir una y otra vez; todo intento por crear algo nuevo resultaría imposible. En consecuencia, es igualmente imposible que el superhombre se realice. Dos conceptos contrapuestos.
La teoría del eterno retorno niega la hipótesis de Dios. El mundo físico no se halla abierto a ningún otro mundo que no sea este. El mundo es aquello que está contenido en él; más allá, no cabe hablar de vías de escape. Nietzsche convoca a aquellos que quieran escucharle para que acepten la vida tal como realmente es. El ser humano debe afrontar la vida con alegría y coraje (el espíritu dionisíaco obliga a ello).