La Filosofía de Nietzsche: Crítica a los Conceptos Supremos y Afirmación de la Vida

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Conceptos Supremos y la Crítica a Dios

Nietzsche utiliza el término conceptos supremos para aludir a aquellos conceptos que toda la filosofía, desde Sócrates, ha utilizado para referirse a lo que en teoría consideraban verdades. Sin embargo, según Nietzsche, estos no son más que falsedades, al estar referidos a un mundo que no existe, que es falso y creado debido a la debilidad del hombre para enfrentar el mundo sensible con una actitud trágica, propia de la Grecia arcaica.

El error de los filósofos de carácter dogmático, dirá Nietzsche, se encuentra en basar sus teorías en conceptos falsos, a partir de los cuales elaboran sus sistemas de pensamiento que, en consecuencia, también serán falsos.

Dios es identificado con el concepto supremo por excelencia. Nietzsche, al referirse a Dios, deja entrever que se refiere principalmente al cristianismo, pero además, también alude a todos los falsos ídolos, tales como la ciencia o la razón, sobre los cuales el hombre ha concebido un sentido a la vida, pero que es totalmente erróneo.

Cuando Nietzsche pronuncia su famosa frase "Dios ha muerto", se refiere a que el hombre se ha percatado de su error y ya no confía más en esta serie de "ídolos", comenzando de este modo un nihilismo pasivo, que deja desorientado al individuo.

El Arte Trágico y lo Dionisíaco

Nietzsche adopta de la Grecia arcaica su carácter de afrontar la vida y los sucesos con una actitud y determinación trágica. A la vez, esta actitud trágica se puede apreciar en el arte arcaico griego, que tiene su máximo exponente en la tragedia, de aquí que se le llame arte trágico griego.

En este contexto, cabe destacar que la fundamentación de este arte es la fusión de dos elementos: lo apolíneo y lo dionisíaco.

  • Nietzsche identifica lo apolíneo con el orden, la forma y la belleza serena.
  • Lo dionisíaco se identifica con la fuerza vital, la pasión por vivir y la aceptación de la totalidad de la existencia, incluyendo el sufrimiento y el caos.

Esta actitud dionisíaca se basa en apreciar todo lo de la vida, lo bueno y lo malo. Ambas actitudes se complementan y son necesarias para poder llevar una existencia plena.

Sin embargo, esta concepción trágica de la vida se trunca con la llegada al panorama filosófico y cultural de Sócrates, el cual coloca a la razón por encima de la vida, o lo que es lo mismo, lo apolíneo por encima de lo dionisíaco. Esta actitud, a partir de Sócrates, se convierte en la base de gran parte de la filosofía y cultura occidental.

La Reivindicación de los Sentidos y el Cuerpo

En toda su obra, Nietzsche enuncia una reivindicación de la vida sobre la razón, o lo que es lo mismo, reivindicar los sentidos frente a la razón. Estos sentidos habían sido rechazados desde Sócrates por muchos filósofos, exponiendo que toda la información dada por ellos debía ser descartada. En contraposición a esta actitud, Nietzsche expondrá que la experiencia sensorial es la única manera de obtener un conocimiento veraz sobre el mundo sensible.

En consecuencia de esta negación de la veracidad de la información sensorial, la filosofía de Nietzsche da un vuelco a esta concepción de depreciación del cuerpo. Nietzsche expone que se produce una devaluación del cuerpo precisamente porque los sentidos residen en él. Sin embargo, él llegará un punto más lejos, concibiendo el cuerpo como el centro fundamental del ser humano.

En lo referente a su confrontación con otras filosofías, cabe resaltar una dura crítica especialmente contra el cristianismo, en el cual se hace una separación radical entre el cuerpo y el alma, siendo esta última considerada infinitamente superior al primero.

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