Filosofía Medieval: Agustín de Hipona y Guillermo de Ockham sobre Fe, Razón y Poder
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Agustín de Hipona: Fe, Razón y la Ciudad de Dios
La Relación entre Fe y Razón
Agustín de Hipona no trazó fronteras claras entre la fe y la razón. Con el objetivo de comprender la verdad cristiana, la razón y la fe colaboran. La fe nos conduce a la verdad revelada, y las Sagradas Escrituras nos proporcionan los contenidos del conocimiento que la razón, posteriormente, debe esforzarse en hacer comprensibles. Así pues, la razón y la fe participan conjuntamente en la búsqueda de la verdad, que nos conduce a la sabiduría y, con ella, a la felicidad.
La Naturaleza de la Verdad
Agustín sostiene que las ideas o esencias perfectas existen en la mente divina. Para conocer esas ideas, el ser humano debe buscar la verdad dentro de sí mismo, en su espíritu. Agustín afirma que Dios ilumina el espíritu de los seres humanos.
La Voluntad y el Amor
El ser humano posee también voluntad. Aunque nuestra voluntad tiende hacia la felicidad —que solo puede encontrarse en Dios—, su naturaleza pecadora la impulsa a dirigirse hacia los bienes materiales, los cuales, lejos de proporcionar la felicidad, esclavizan. Más importante aún es el amor que impulsa al ser humano a buscar a Dios.
La Historia de la Humanidad y la Ciudad de Dios
En La ciudad de Dios, Agustín expuso su visión de la historia, que se inició con la creación del mundo y culminó con el Juicio Final. En ningún Estado se pueden realizar plenamente la justicia y la paz, porque no existe una justicia humana perfecta. La Ciudad de Dios es el modelo ideal para toda sociedad. Agustín defiende la primacía de la Iglesia sobre el Estado. La Iglesia debe dirigir moralmente al Estado.
Guillermo de Ockham: Nominalismo y Separación de Poderes
La Separación de la Fe y la Razón
Para Ockham, las verdades de la fe quedan fuera del alcance de la razón. En consecuencia, la teología deja de ser una ciencia, pues no puede demostrar sus afirmaciones. Para Ockham, fe y razón son fuentes de conocimiento distintas y poseen contenidos diferentes; por tanto, no es posible la colaboración entre ellas. La fe se justifica por sí misma y no necesita de la razón, porque esta no puede aportar nada.
La Separación de Religión y Política
Es necesario abordar la teoría política de Ockham en el contexto de las polémicas en las que participó: la discusión entre los franciscanos y el papa Juan XXII en torno a la pobreza evangélica; y la participación en la disputa entre el emperador Luis de Baviera y el papa Juan XXII. Así pues, la obra política de Ockham tiene como objetivo separar lo espiritual de lo temporal. Ockham también se opuso al poder absoluto del papa en lo espiritual, defendiendo que se debía limitar su poder. Para él, el papa constituía la negación del ideal cristiano de la Iglesia.