Filosofía de la Libertad y Justicia Social: Desafíos Éticos y Políticos Actuales

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Disertación sobre el Tema 7: Ética

La Libertad y la Responsabilidad Moral en la Sociedad Contemporánea

La ética, como reflexión sobre la acción humana, gira en torno a la libertad y la responsabilidad. Kant afirmó que la verdadera moralidad reside en la autonomía: la capacidad de darnos normas universales mediante la razón. Sin embargo, en la sociedad actual, esta autonomía se ve amenazada por condicionamientos externos, como la manipulación mediática o las desigualdades económicas.

La libertad negativa (ausencia de coacción) no basta para garantizar una vida ética; necesitamos libertad positiva (recursos para actuar). Por ejemplo, una persona sin acceso a educación difícilmente ejercerá su autonomía plenamente. Aquí, la ética se conecta intrínsecamente con la filosofía política (Tema 8): si el Estado no asegura condiciones básicas, la libertad moral se vuelve abstracta.

Además, el utilitarismo de Bentham y Mill nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias colectivas. Un acto egoísta (como evadir impuestos) puede perjudicar el bien común. Así, la responsabilidad individual adquiere dimensión social. Hoy, desafíos como la inteligencia artificial o el cambio climático exigen una ética global, donde principios como la justicia (Tema 8) y la sostenibilidad guíen nuestras decisiones.

En conclusión, ser moralmente libres implica asumir responsabilidades no solo ante nosotros mismos, sino ante la sociedad. Como propone Habermas, el diálogo racional es clave para armonizar la libertad individual y la justicia colectiva.

Disertación sobre el Tema 8: Filosofía Política

El Contrato Social y los Derechos Humanos: ¿Garantías Reales o Ideales Utópicos?

Las teorías contractualistas (Hobbes, Locke, Rousseau) explican el origen del Estado como un pacto para superar el "estado de naturaleza". Sin embargo, en el mundo actual, este contrato parece fracturado: mientras algunos disfrutan de derechos plenos, otros enfrentan exclusión. Los Derechos Humanos (DDHH), universales en teoría, chocan con realidades como la pobreza o la discriminación.

Locke defendió que el Estado debe proteger la vida, la libertad y la propiedad, pero hoy vemos que sin justicia distributiva, estos derechos son formales. Rawls intentó corregirlo con su "velo de ignorancia", proponiendo instituciones que prioricen a los más vulnerables. No obstante, el neoliberalismo y la concentración de poder económico cuestionan su viabilidad.

La sociedad civil (ONGs, movimientos sociales) emerge como contrapeso, exigiendo transparencia y equidad. Pero sin un Estado fuerte que regule el mercado y garantice servicios esenciales —como salud y educación—, el contrato social se reduce a una promesa incumplida.

En definitiva, los derechos humanos requieren más que declaraciones: exigen políticas públicas basadas en la ética del bien común (Tema 7). Como advirtió Rousseau, la soberanía popular debe ser activa, no delegada. Solo así el contrato social dejará de ser una utopía para convertirse en una realidad justa.

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