Filosofía de Kant: Conocimiento, Ética y Esperanza en la Historia

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1. La Motivación Fundamental de la Filosofía Kantiana: La Crítica como Búsqueda de Validez

La filosofía de Kant se destaca por su enfoque crítico, que cuestiona el dogmatismo y busca establecer los límites y fundamentos del conocimiento humano. Kant se opone a aceptar ideas sin cuestionar su validez previamente, abordando aspectos como la naturaleza del conocimiento, la ética y la política. Argumenta que la razón humana tiene límites que deben respetarse, ya que trascenderlos implicaría ir más allá de las capacidades humanas y entrar en terrenos irracionales.

Kant estructura su análisis crítico en torno a cuatro preguntas fundamentales: ¿qué podemos conocer?, ¿qué debemos hacer?, ¿qué podemos esperar? y ¿qué es el hombre?. Estas interrogantes se exploran en obras clave como la Crítica de la razón pura, la Crítica de la razón práctica y la Crítica del Juicio. Su objetivo es establecer los límites de la razón humana y definir los principios que rigen diferentes aspectos de la experiencia humana.

En resumen, la filosofía de Kant se caracteriza por su enfoque rigurosamente crítico y su búsqueda de los fundamentos y límites del conocimiento humano, la ética y la experiencia en general. Su lema, "Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto... el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí", resume su visión de la dualidad entre el mundo natural y el mundo humano, y la importancia de la razón y la moral en la experiencia humana.

2. ¿Qué Puedo Conocer? El Uso Teórico de la Razón

La primera interrogante en la crítica de la razón plantea: ¿qué puedo conocer? Esta cuestión engloba dos tareas esenciales: identificar los principios que permiten el conocimiento científico y establecer sus límites. Kant aborda este desafío en su obra magna, la Crítica de la razón pura, donde busca superar tanto el dogmatismo racionalista, que considera única la razón para el verdadero conocimiento, como el escepticismo empirista, que lo limita a la experiencia. Esta lucha filosófica cuestiona la viabilidad epistemológica de la metafísica, ya que mientras los racionalistas la ven como una ciencia basada en la razón, los empiristas la niegan al afirmar que todo conocimiento proviene de la experiencia. La incertidumbre persiste sobre si la metafísica puede ser una ciencia genuina.

Para responder a esta incógnita, es crucial discernir las condiciones que hacen posible la ciencia y, solo si la metafísica las cumple, puede considerarse una ciencia. Por tanto, Kant comienza su investigación analizando los juicios, los elementos constitutivos de la ciencia. Dado que la ciencia se construye sobre juicios, la interrogante sobre sus condiciones se reduce a: ¿cuáles son las condiciones de los juicios científicos? Investigar los tipos de juicios que emplea la ciencia y las condiciones que los hacen viables resulta esencial.

Kant distingue entre juicios analíticos, donde el predicado está contenido en la naturaleza del concepto, y juicios sintéticos, donde el predicado no está contenido en el concepto. Estos últimos, a su vez, se dividen en juicios sintéticos a posteriori, dependientes de la experiencia, y juicios sintéticos a priori, independientes de ella, lo que los hace universales y necesarios. Solo estos últimos, al ofrecer conocimiento y ser universales, son propiamente científicos. Por lo tanto, el enfoque de Kant radica en dilucidar cómo son posibles los juicios sintéticos a priori, lo que le permitiría superar la postura escéptica de Hume, que deriva del hecho de que la experiencia no garantiza verdades universales y necesarias.

Kant propone una solución aparentemente paradójica al plantear la noción de juicios sintéticos a priori, que fusiona lo empírico y lo racional. Cambia el enfoque filosófico, pasando del objeto a las facultades del sujeto. Este "giro copernicano" establece que son las estructuras subjetivas las que determinan las condiciones del conocimiento, no la realidad externa. Kant investiga las facultades de la sensibilidad, el entendimiento y la razón para comprender cómo se posibilita el conocimiento. Su obra adopta una estructura tripartita, correlacionada con estas facultades.

3. ¿Qué Debo Hacer? El Uso Práctico de la Razón

La segunda pregunta de Kant nos adentra en una experiencia humana cuya validez la filosofía trascendental kantiana debe examinar. Al igual que la Crítica de la razón pura indagaba en las condiciones del conocimiento para distinguir lo conocimiento de lo no conocimiento, la Crítica de la razón práctica y la Fundamentación de la metafísica de las costumbres buscan determinar las condiciones necesarias para que una conducta sea moralmente válida. Este enfoque revela dos usos distintos de la razón: mientras que la razón teórica busca comprender la realidad, la razón práctica se ocupa de cómo debe ser la conducta humana.

Esta diferencia se manifiesta en la forma en que cada una se expresa: la razón teórica en juicios (por ejemplo, "el calor dilata los metales") y la razón práctica en imperativos (por ejemplo, "no matarás").

Por lo tanto, nuestro primer objetivo es definir qué constituye una conducta moral. ¿Qué entendemos cuando afirmamos que alguien se ha comportado moralmente? Si una persona dice la verdad solo por temor a las consecuencias, sin un verdadero compromiso con la honestidad, su acción no puede considerarse moral. Del mismo modo, si alguien se abstiene de cometer un acto nocivo solo por evitar las consecuencias negativas, su comportamiento carece de moralidad. La verdadera conducta moral no se guía por intereses personales o beneficios, sino que es independiente de los deseos individuales. La auténtica moralidad se manifiesta cuando una acción va en contra de los intereses del agente.

Para determinar si una norma es verdaderamente moral, debe ser universal y necesaria, aplicable a todos los seres racionales independientemente de sus circunstancias o preferencias. Kant propone una ética formal que no prescribe fines específicos ni acciones concretas, sino que se centra en la forma de la acción moral. El criterio para distinguir entre acciones morales e inmorales radica en si se pueden universalizar sin contradicción. El principio fundamental de la moralidad, según Kant, es el imperativo categórico: "Actúa de tal manera que puedas querer que tu máxima se convierta en ley universal".

Una acción es moral solo si se realiza por deber y no por inclinación. La buena voluntad es intrínsecamente valiosa y es lo único que puede considerarse bueno sin restricciones. Kant establece tres postulados necesarios para la moralidad: la libertad para elegir entre acciones, la inmortalidad del alma para que las acciones reprobables no queden impunes, y la existencia de Dios como garante de la distribución justa de la felicidad. Estos postulados proporcionan el marco necesario para entender la moralidad según Kant, justificando así la inclinación humana hacia la metafísica como una búsqueda natural de fundamentos incondicionados.

4. ¿Qué Puedo Esperar? Religión e Historia

Relacionado con los últimos principios (la perpetuidad del espíritu y la existencia divina), es crucial entender la visión de Kant sobre la historia y la espiritualidad, pues implican el desarrollo total de nuestra razón: debemos suponer que la ley moral del ser humano alcanzará su plenitud. Así, Kant aborda la tercera pregunta: ¿Qué podemos esperar (si actuamos correctamente)? La moral no es cómo buscar la felicidad, sino cómo merecerla. De la moral a la religión, nos preguntamos si podemos aspirar a la felicidad al ser dignos de ella. En "La religión dentro de los límites de la mera razón", Kant rechaza la religión dogmática, limitada a rituales sin valor moral; solo la acción moral complace a Dios. Kant restringe la religión a la razón pura, donde la felicidad es el bien supremo del ser humano, requerida con la intervención divina. Así, se alinea con el deísmo ilustrado. Sin embargo, el propósito humano no se limita a lo religioso, sino a la interacción social y política para menos intolerancia y más paz. Es vital que los Estados tengan una constitución republicana y formen una federación para una comunidad pacífica global. De este modo, Kant aborda las tres preguntas centrales de su filosofía: la cognición, la conducta y la esperanza en la realización moral en la historia.

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