La filosofía de Hume: Crítica al Conocimiento y a la Metafísica
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Edad Moderna: El Problema de Dios en Hume
Negación de las Pruebas a Priori y a Posteriori de la Existencia de Dios
Hume niega la sustancia infinita de Dios al no tener ninguna impresión sensible de él. Dios podría ser un hecho de la imaginación humana. La religión y el sentir religioso provienen de las pasiones: el miedo a la muerte, las incertidumbres de la vida, el temor a lo desconocido y la necesidad de esperanza.
Para Hume, no son válidas las pruebas tradicionales de la existencia de Dios, ni a priori ni a posteriori:
* Rechazo del argumento ontológico: No tenemos conocimiento de la sustancia divina ni de su esencia, puesto que no hay impresiones sensibles de Dios. * Rechazo de la idea innata de un ser perfecto: Hume no creía en ideas innatas. * Rechazo de las pruebas a posteriori: Estas pruebas se basan en la aplicación del principio de causalidad, el cual Hume critica. El vínculo causal solo puede establecerse en la experiencia, y nadie ha visto a Dios creando el mundo.
En resumen, desde la razón, Hume no cree posible demostrar la existencia de Dios.
El Problema del Conocimiento en Hume: La Crítica del Principio de Causalidad
Para Hume, solo conocemos de la realidad nuestras propias percepciones. Estas se dividen en:
* Impresiones: Proceden de la experiencia externa (sensaciones) o interna (emociones, pasiones). Son más intensas que las ideas, con mayor fuerza y vivacidad. * Ideas: Son copias débiles de las impresiones. Toda idea simple procede de una impresión.
Las impresiones son prioritarias en el conocimiento. Aquellos términos filosóficos en los que no es posible encontrar una impresión en su origen carecen de verdadero significado y solo son ideas falsas.
Hume investigó las leyes de asociación de las ideas:
* Ley de semejanza: Nuestro entendimiento asocia ideas similares. * Ley de contigüidad espacial y temporal: Cosas vividas juntas en el pasado reaparecen juntas en el pensamiento. * Ley de causa y efecto: Tendemos a evocar la causa al ver el efecto y viceversa.
La imaginación combina nuestras ideas. Nuestro conocimiento deja de ser seguro para convertirse en algo meramente probable.
Hume distingue entre:
* Conocimiento matemático o lógico: Consiste en relaciones entre ideas abstractas. Su verdad se conoce a priori, sin necesidad de experiencia. Su negación implica contradicción. * Cuestiones de hecho: Necesitan de la experiencia para demostrar su verdad. Su negación puede ser falsa, pero no implica contradicción.
Hume critica la idea de causalidad al negar la posibilidad de conocerla a priori. Afirma que la ciencia natural y la vida cotidiana se basan en la relación causa-efecto. Desde Aristóteles, se hablaba de cuatro causas: material, formal, eficiente y final. En la época moderna, la principal era la causa eficiente. Se consideraba que el principio de que"todo lo que existe tiene su caus" era una verdad evidente, y que el vínculo causal se daba tanto en el pensamiento como en la realidad. Se suponía que la causa tenía una fuerza o poder que daba lugar a efectos necesarios.
Para Hume, la relación causal entre las cosas no se puede conocer a priori, al margen de la experiencia. El único fundamento para establecerla es la costumbre de ver que a una causa le sigue siempre una consecuencia. Sin embargo, solo percibimos contigüidad espacial o temporal. Conocemos el presente y el pasado como recuerdo, pero no el futuro.
Si el principio de causalidad carece de fundamento ontológico y solo se basa en la creencia o costumbre psicológica de esperar que el futuro sea igual al pasado, entonces nuestro conocimiento del mundo real es ilusorio, y la ciencia solo puede ser probable, no necesaria.
El Problema de la Realidad en Hume: La Crítica de las Sustancias
Locke definió la sustancia como una idea compleja que nace de la abstracción. La consideraba un soporte"desconocid" con valor objetivo: certeza intuitiva del yo, certeza demostrativa de Dios (causa de nuestra existencia y del mundo) y certeza sensible del mundo exterior (sustancia material).
Berkeley negó la necesidad de la sustancia material. Para él, las sustancias mentales o espirituales de Dios y los hombres, junto con sus ideas, explicaban la realidad. Tampoco creía en la distinción entre cualidades primarias y secundarias; el color o el tamaño eran ideas percibidas por la mente.
Hume, el más radical y coherente de los empiristas, negó la existencia de todas las sustancias, espirituales o materiales. Si la idea de sustancia no se basa en ninguna impresión, entonces no existe. Del mundo exterior, solo tenemos impresiones discontinuas, no una impresión de sustancia material permanente. La constancia y coherencia de nuestras percepciones sobre el mundo exterior fundamentan nuestra creencia en la permanencia de la realidad. Así distinguimos el sueño de la realidad.
Desde su fenomenismo, Hume afirma que solo podemos conocer nuestras propias percepciones. De las sensaciones, solo podemos decir que desconocemos su origen. Tras la crítica al principio de causalidad, no podemos asegurar que las sensaciones sean el efecto de las cosas sobre nuestros sentidos.
El Problema del Ser Humano en Hume
Podemos percibir nuestro dolor, alegría, deseos, sensaciones, sentimientos y recuerdos, pero no tenemos una impresión aislada del yo. El yo es el conjunto de sus pensamientos. Somos conscientes de nuestras dudas y pensamientos, pero no de ser una sustancia.
Tanto del cuerpo como de la mente, solo tenemos percepciones. El hombre es un haz de percepciones sucesivas, y nuestra mente es el lugar donde estas tienen lugar. Solo conocemos nuestras propias percepciones.
Hume lleva al conocimiento a una situación sin fundamento. El fenomenismo escéptico es la única actitud coherente a partir de la radicalización de los presupuestos empiristas.