Filosofía Esencial: Política, Ética y Dios en Platón, San Agustín y Descartes
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Filosofía Política de Platón
Las virtudes se desarrollan en sociedad. El gobierno debe pensar en el bien común y conseguir la justicia social. El orden perfecto de la sociedad se generará a través de la educación.
Platón distingue tres funciones sociales. Para él, la mejor forma de gobierno es la Aristocracia, el gobierno de los mejores, que son los filósofos, quienes poseen la episteme y, por tanto, la verdad. Después, y por orden descendente, se encuentran la Timocracia, la Oligarquía, la Democracia y la Tiranía.
San Agustín: Teología, Conocimiento y Ética
La Concepción de Dios en San Agustín
San Agustín entiende a Dios como un ser perfecto, sin defectos, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Es una persona divina, y los seres humanos hemos sido creados a su imagen y semejanza.
Defiende el creacionismo: Dios crea el mundo y el tiempo desde la nada (ex nihilo) por amor, sin mala intención. Según la teoría del ejemplarismo, Dios crea a partir de los modelos eternos (ideas o arquetipos) que existen en su mente. También deposita en la materia las razones seminales para que los seres aparezcan progresivamente.
Todo ser creado está compuesto de materia (corpórea o espiritual) y forma, que es su esencia. Dios no abandona su creación, sino que la cuida y la gobierna con la ley eterna. Todo lo que crea es bueno; el mal no es algo real, sino una falta de bien. El mal solo lo es desde lo individual, pero en el conjunto de la creación siempre conduce a un bien mayor. El mal moral viene del libre albedrío que Dios nos da, lo cual nos permite actuar por amor. El mal físico también forma parte de ese plan.
Dios es amor, siempre perdona, no es rencoroso ni vengativo, y enseña a amar al prójimo.
El Conocimiento en San Agustín
Sobre el conocimiento, San Agustín dice que no es posible sin Dios: las verdades eternas están en el alma gracias a la iluminación divina. Él es la fuente del conocimiento, y solo con su luz accedemos a la verdad interior.
Aunque su existencia se acepta por fe, San Agustín también da razones para demostrarla: el orden del mundo, el consenso universal y, sobre todo, la presencia en el alma de ideas eternas que solo pueden venir de un ser eterno. Razón y fe se ayudan mutuamente, aunque la fe debe guiar. Por eso dice: «Cree para comprender y comprende para creer».
Ética Agustiniana: La Búsqueda de la Felicidad
La ética de San Agustín se basa en la felicidad, entendida como la salvación del alma, un objetivo que, aunque trascendente, es la meta última. Para alcanzar esa meta, la razón juega un papel fundamental. Sin embargo, la virtud no es posible sin la gracia divina. Hereda el eudemonismo griego.
Amor y Libertad
San Agustín distingue entre dos tipos de amores y, además, muestra una distinción entre tipos de libertades.
El Problema del Mal
En cuanto al problema del mal, para él el mal no es real, sino una privación del bien. Distingue entre el mal físico y el mal moral. La libertad es un bien en sí mismo y Dios no es responsable del mal moral que surge del mal uso de esta libertad.
Descartes: La Existencia de Dios como Fundamento de la Certeza
Para Descartes, Dios ocupa un lugar central en su sistema filosófico. Aunque su filosofía parte de la duda metódica, Dios se convierte en un paso imprescindible dentro de su pensamiento.
Una vez afirmada la existencia del cogito (el "yo pienso"), Descartes busca otras certezas. Entre estas últimas identifica la idea de Infinito, es decir, la idea de Dios. Según él, esta idea no puede proceder de la mente finita del ser humano. La idea de un ser infinito debe haber sido causada por otro ser igualmente infinito, por lo que concluye que Dios existe. Esta argumentación refleja su convencimiento de la necesidad de Dios como garante de la verdad.
Además, Descartes refuerza esta demostración con una versión del argumento ontológico. Según este, si la idea de Dios implica la perfección absoluta, y la existencia es una perfección, entonces Dios debe existir. Si Dios no existiera, no sería perfecto. Por tanto, la existencia de Dios queda afirmada desde su misma definición. También sostiene que Dios es la causa del cogito.
Lo más relevante de la postura cartesiana es que, una vez demostrada la existencia de Dios, este se convierte en la base de toda certeza. Si Dios es perfecto y bueno, no puede engañar al ser humano, por lo que nuestras ideas claras y distintas pueden considerarse verdaderas.