Filosofía de Descartes: Conceptos Clave sobre el Ser Humano, Ética y Dios

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 3,09 KB

Descartes: Líneas del Pensamiento

El Ser Humano en Descartes

Descartes defiende un dualismo antropológico, según el cual el hombre está formado por dos principios independientes:

  • El alma o res cogitans (sustancia pensante).
  • El cuerpo o res extensa (extensión y movimiento).

Duda de las cualidades secundarias de las cosas, admitiendo solo las primarias, que pueden someterse a medida. El hombre es el único ser con ambas, ya que los animales son puras máquinas (res extensa). La separación entre el alma y el cuerpo solo es concebida por el entendimiento. Por último, explica satisfactoriamente la unión cuerpo-alma en la glándula pineal, planteándose el problema de la comunicación de las sustancias.

La Ética Cartesiana

Descartes no elabora un sistema ético explícito, pero propone una moral provisional que consta de cuatro máximas:

  1. No pretender cambiar nada ni en política ni en religión.
  2. Necesidad de tomar decisiones y actuar en consecuencia.
  3. “Vencerse a sí mismo” más que al orden establecido.
  4. Dedicar la vida al cultivo de la razón y buscar el método adecuado.

El libre albedrío es el máximo bien que podemos tener; lo define como la experiencia interior de que tenemos una voluntad libre. En cuanto al bien, hay que acercarlo a Dios. Entiende la generosidad como grandeza o elevación del ánimo, y analiza las pasiones desde un punto de vista fisiológico, pues la mayoría se producen en el cuerpo afectando al alma.

Las Pruebas de la Existencia de Dios

Descartes establece tres tipos de ideas:

  1. Innatas: que parecen haber nacido conmigo.
  2. Adventicias: que provienen del exterior.
  3. Facticias: inventadas por mi imaginación.

Sobre esta base, Descartes establece la primera prueba de la existencia de Dios: la Prueba de las Ideas Innatas.

Primera Prueba: La Prueba de las Ideas Innatas

La idea de Dios es innata en mí. ¿Cómo yo, ser finito, puedo tener la idea de un ser infinito? Es evidente que debe tener más realidad la causa que el efecto; por tanto, Dios (la causa) ha de tener más realidad que el efecto (la idea de Dios en mi mente). Luego, Dios existe.

Segunda Prueba: La Prueba de la Perfección

No hay duda de que yo existo; pero si no debo mi existencia a Dios, tengo que deberla:

  1. A mí mismo.
  2. A haber existido siempre.
  3. A causas menos perfectas que Dios.

Yo no soy, pues, causa de mí mismo. Ha de llegarse a una causa última que es causa de su propia existencia, esto es Dios; por tanto, Él existe.

Tercera Prueba: El Argumento Ontológico de San Anselmo

“Tengo la idea en mi mente de un ser más perfecto que el cual nada pueda pensarse. Sería contradictorio pensar que este ser careciese de existencia. Por tanto, como no puedo concebir a Dios sino como existente, se infiere que la existencia es inseparable de Él. Luego, Dios existe verdaderamente.”

Entradas relacionadas: