Filosofía de David Hume: Conceptos Clave del Empirismo y la Moral
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La filosofía de David Hume es fundamental para comprender el empirismo y el escepticismo en la filosofía moderna. A continuación, se exploran sus principales aportaciones en la teoría del conocimiento y la moral.
Elementos del Conocimiento: Impresiones e Ideas
En el problema del conocimiento, Hume distingue dos tipos de percepciones:
- Impresiones: Son las percepciones más vivas e intensas que conocemos directamente por medio de los sentidos (sensaciones, pasiones, emociones).
- Ideas: Son representaciones o copias más débiles y menos vivas de las impresiones en el pensamiento. Las ideas proceden siempre de las impresiones.
Las ideas son más débiles y menos vivas que las impresiones, y proceden de estas últimas.
Clases de Conocimiento: Relaciones de Ideas y Cuestiones de Hecho
Hume también diferencia entre dos tipos de conocimiento:
- Conocimiento de Relaciones entre Ideas: La verdad de una proposición no tiene nada que ver con los hechos, sino que se refiere a la relación que existe entre las ideas a priori. Este conocimiento es intuitivo o demostrativo (ej. matemáticas, lógica).
- Conocimiento Factual (Cuestiones de Hecho): Se refiere a hechos y no puede tener otra justificación que la experiencia, es decir, las impresiones. Este conocimiento es contingente y probable.
Al clasificar los elementos del conocimiento en impresiones e ideas, Hume sienta las bases del empirismo más absoluto. Para saber si una idea es verdadera, debemos comprobar si procede de alguna impresión.
Límites del Conocimiento Humano: La Idea de Causa
Hume defiende que nuestro conocimiento de los hechos queda limitado a las impresiones actuales y a los recuerdos actuales de impresiones pasadas. Nuestra certeza sobre lo que acontecerá en un futuro se basa en una inferencia causal.
La idea de causa es la base de nuestras inferencias acerca de hechos de los que no tenemos una impresión actual. Hume observa que esta relación se concibe comúnmente como una conexión necesaria, que no puede no darse, entre la causa y el efecto.
Sin embargo, Hume apunta que no tenemos ninguna impresión que corresponda a esta idea de conexión necesaria entre dos fenómenos, ya que nunca la hemos observado. Lo único observable es que tras lo primero sucede siempre lo segundo, es decir, que entre ambos se da una sucesión constante.
No sabemos, sino que creemos, que este conocimiento de los hechos futuros no es, en rigor, conocimiento, sino suposición y creencia. Sin embargo, esto no significa que no estemos absolutamente ciertos de estos hechos: esta creencia proviene del hábito y la costumbre.
La Idea de Sustancia: Yo, Mundo y Dios
Descartes deducía las sustancias infinita y extensa a partir de las ideas del sujeto. Por ejemplo, "Tengo la idea de infinito, pero como yo soy un ser finito, tal idea no puede proceder de mí; ha sido puesta en mí por Dios."
Según Hume, la sustancia es una colección de percepciones. Hume someterá a crítica la concepción racionalista y sustancialista de la realidad, incluyendo las ideas de yo, mundo y Dios. Su crítica se articula de la siguiente manera:
- Idea del Yo: Hume mantiene que los argumentos metafísicos son falaces y que la identidad personal es una presunción inválida. Puedo afirmar que "pienso", pero no puedo deducir que soy una "cosa" (alma) presente. El yo es un haz o colección de percepciones.
- Idea del Mundo: La creencia en la existencia de un mundo exterior y permanente no puede ser deducida de la experiencia (crítica del fenomenismo). Solo tenemos impresiones de cualidades, no de una sustancia subyacente.
- Idea de Dios: Carecemos de impresión alguna que justifique dicha idea. No es posible deducir su existencia a partir de su concepto. La idea de Dios queda científicamente invalidada desde una perspectiva empírica.
Sentimiento Moral: Juicios Morales, Razones y Pasiones
Hume considera que el conocimiento intelectual no es ni puede ser el fundamento de nuestros juicios morales. La razón no puede determinar ni impedir nuestro comportamiento; ahora bien, los juicios morales sí determinan e impiden nuestro comportamiento; por lo tanto, los juicios morales no provienen de la razón.
Nuestro conocimiento es, o de relaciones entre ideas, o de hechos, y en ninguno de estos casos el conocimiento define nuestra forma de actuar: el primero no nos determina ningún comportamiento práctico; y el segundo se limita a mostrarnos hechos, y los hechos no son juicios morales.
Estos juicios morales no se basan en la razón, se basan en el sentimiento. La razón es incapaz de determinar la conducta; son los sentimientos las fuerzas que realmente nos impulsan a obrar. El sentimiento moral es un sentimiento de aprobación o reprobación que surge al observar ciertas acciones o caracteres.