La Filosofía Crítica de Kant: Metafísica, Conocimiento y el Giro Copernicano
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La Metafísica Kantiana: De la Disposición Natural a la Teoría del Conocimiento
Kant distingue entre metafísica como disposición natural y como disciplina académica, en la que incluye tanto la metafísica general u ontología como la especial (del alma, el mundo y Dios). La metafísica crítica kantiana se convierte finalmente en teoría del conocimiento.
La Búsqueda del Conocimiento "En Sí Mismo" y el Límite del Noúmeno
La metafísica pretende un conocimiento de objetos “en sí mismos”, al margen de cualquier relación con el sujeto cognoscente. Pretende un conocimiento no de fenómenos, es decir, no de objetos de conocimiento o de objetos “para mí” (sometidos al espacio, al tiempo y a las categorías), sino de objetos “en sí”. Con ello, no se ajusta a la definición misma de conocimiento científico: no puede haber conocimiento del noúmeno.
Todo conocimiento se constituye como confluencia de dos grupos de elementos: los formales y los materiales o de contenido. Los elementos formales de la sensibilidad son las intuiciones puras (espacio y tiempo), y los elementos formales del entendimiento son las categorías. Dado que el alma, el mundo y Dios no son objetos sensibles, es imposible tener un conocimiento científico de ellos.
Las Ideas Trascendentales de la Razón: Alma, Mundo y Dios
Kant denomina al alma, al mundo y a Dios «ideas de la razón» y también «ideas trascendentales», y afirma que no es posible un conocimiento científico de las mismas. La Psicología racional ha incurrido en «paralogismos»; la Cosmología racional, en «antinomias»; y la Teología racional ha utilizado «argumentaciones lógicamente incorrectas» para afirmar la existencia de Dios.
La Persistencia de la Metafísica: Una Función Natural de la Razón
Si la metafísica no se puede elaborar racionalmente, si no puede ser una ciencia, ¿cómo es posible que los seres humanos lo hayan intentado a lo largo de tantos siglos? El motivo se encuentra, según Kant, en que la razón solo funciona legítimamente; es decir, la idea del alma no es sino la síntesis de todas las vivencias del ser humano, lo mismo que la idea de mundo es la síntesis de todos los fenómenos externos y la idea de Dios, la síntesis suprema.
La Ciencia Según Kant: Juicios Sintéticos a Priori
La Noción Newtoniana de Ciencia y la Metafísica
Kant parte de una noción de ciencia de influencia newtoniana, entendida como conocimiento universal regido por leyes. La cuestión es ver si la metafísica puede convertirse en ciencia. El conocimiento científico consta fundamentalmente de juicios universales y estos no son posibles en la metafísica.
Tipos de Juicios y su Rol en el Conocimiento Científico
Podemos decir de manera general que un juicio consiste en atribuir un predicado a un sujeto. Todos los juicios experimentales son sintéticos y, como tales, «amplían el conocimiento». Sin embargo, la ciencia no puede basarse en ellos porque, al depender de la experiencia, son todos a posteriori y, por lo tanto, no son universales.
La ciencia tiene que basarse en un tercer tipo de juicios que, siendo a priori, proporcionen a la vez una ampliación del conocimiento: los juicios sintéticos a priori. La matemática y la física se expresan en este tipo de juicios.
La Matemática como Ciencia A Priori
La matemática, en cuanto ciencia que determina a priori y no empíricamente su objeto, se constituyó como tal hace mucho tiempo; todas las operaciones aritméticas, por ejemplo, son síntesis a priori. El juicio «5+7=12» no es analítico, sino sintético.
La Física y la Permanencia de la Materia
En la física, el juicio «En todas las transformaciones del mundo corpóreo permanece invariable la cantidad de materia» demuestra que el concepto «materia» no contiene ninguna referencia a su permanencia o no en el tiempo.
El "Giro Copernicano" de Kant en la Teoría del Conocimiento
La solución que Kant cree haber encontrado consiste en dar al enfoque del conocimiento un «giro copernicano»: en lugar de imaginar que es el sujeto el que, al conocer, descubre las leyes del objeto, supone, al contrario, que es el objeto el que se adapta, al ser conocido, a las estructuras cognoscitivas (las leyes) del sujeto que lo recibe. Esto es lo que Kant quiere expresar con el uso del adjetivo trascendental.