La Filosofía del Conocimiento en Immanuel Kant
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La Búsqueda del Conocimiento en la Filosofía de Kant
La filosofía de Immanuel Kant se desarrolla alrededor de cuatro preguntas fundamentales: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar? y ¿Qué es el hombre? La primera de estas interrogantes encuentra su resolución principal en su obra cumbre, Crítica de la Razón Pura. En ella, Kant parte de la premisa de que la ciencia es un hecho innegable y que el conocimiento que esta proporciona es verdadero. A partir de esta base, se propone investigar cómo es posible el conocimiento científico, cómo es posible el conocimiento en general, y, finalmente, si la metafísica puede constituirse como una ciencia.
Crítica a las Corrientes Filosóficas Precedentes
Kant, sin embargo, identifica carencias fundamentales en las corrientes filosóficas precedentes:
- El racionalismo de Christian Wolff, al confiar plenamente en la razón e ignorar los sentidos para fundamentar la ciencia, desemboca en el dogmatismo.
- El empirismo de David Hume, por su parte, al considerar la experiencia como la única fuente y límite válido del conocimiento, conduce al escepticismo. Esta postura niega la posibilidad de principios universales, como el de causalidad, sin el cual la ciencia no sería posible y las predicciones y leyes se reducirían a meras probabilidades. Además, Hume no logra explicar la existencia de conceptos que no derivan de la experiencia, como los conceptos puros.
La Síntesis Kantiana: El Método Crítico
En contraste con las limitaciones de las corrientes anteriores, Kant propone una síntesis innovadora a través de su método crítico. Postula que el conocimiento genuino surge de la interacción de dos elementos fundamentales, siguiendo la distinción aristotélica entre materia y forma:
- Los conceptos puros (o formas a priori): Constituyen la forma del conocimiento. Son a priori, es decir, no derivan de la experiencia, y no son conocimiento en sí mismos, sino que lo posibilitan. Ejemplos clave son el espacio, el tiempo y las categorías del entendimiento.
- Los datos de experiencia (o materia sensible): Representan la materia del conocimiento, las condiciones trascendentales que nos llegan a través de los sentidos.
La Posibilidad del Conocimiento Científico: Juicios Sintéticos a Priori
A partir de esta síntesis, Kant aborda la crucial pregunta: ¿Cómo es posible el conocimiento científico? Él presupone que la ciencia es un hecho establecido y que se compone de juicios científicos que, por su naturaleza, aumentan nuestro conocimiento y poseen una verdad universal y necesaria.
Los juicios, entendidos como proposiciones o enunciados, pueden clasificarse de la siguiente manera:
- Juicios analíticos: Aquellos en los que el predicado ya está implícito en el sujeto. No aumentan el conocimiento (ej. "Todos los cuerpos son extensos").
- Juicios sintéticos: Aquellos en los que el predicado añade información nueva al sujeto, aumentando así el conocimiento (ej. "Todos los cuerpos son pesados").
- Juicios a posteriori: Aquellos cuya verdad depende de la experiencia (ej. "Esta mesa es de madera").
- Juicios a priori: Aquellos cuya verdad es universal y necesaria, ya que no dependen de la experiencia (ej. "Todo efecto tiene una causa").
El filósofo alemán concluye que, para que el conocimiento científico sea posible, es indispensable que los juicios científicos sean juicios sintéticos a priori. Para explicar cómo se forman estos juicios, Kant examina las tres facultades de nuestro conocimiento que los posibilitan:
Las Facultades del Conocimiento
1. La Sensibilidad (Estética Trascendental)
La sensibilidad es la facultad mediante la cual somos capaces de recibir representaciones al ser afectados por los objetos. En la Crítica de la Razón Pura, Kant la denomina Estética Trascendental. Distinguimos dos modos de sensibilidad, que no son conceptos, sino intuiciones puras: el sentido interno (tiempo) y el sentido externo (espacio). Estas intuiciones puras son las que posibilitan los juicios sintéticos a priori en las matemáticas (el espacio posibilita la geometría y el tiempo la aritmética).
La materia de la sensibilidad son las impresiones o sensaciones que recibimos, mientras que la forma son estas formas a priori (espacio y tiempo). El resultado de la unificación y ordenación de las sensaciones en el espacio-tiempo es el fenómeno, que constituye el objeto de nuestra experiencia. Es crucial entender que no conocemos la "cosa en sí" (Ding an sich), sino solo el fenómeno tal como se nos aparece.
En este punto, Kant introduce su célebre giro copernicano: en lugar de que nuestro conocimiento se adapte a los objetos, son los objetos los que deben adaptarse a las condiciones a priori de nuestra sensibilidad y entendimiento para poder ser conocidos. Este cambio de perspectiva es fundamental para explicar la posibilidad del conocimiento a priori.
2. El Entendimiento (Analítica Trascendental)
El entendimiento, estudiado en la Analítica Trascendental, es la facultad de pensar o juzgar el fenómeno que ha sido intuido en el espacio-tiempo. Su función es dotar de significado a estos fenómenos mediante conceptos.
Kant distingue entre:
- Conceptos empíricos: Generalizaciones que se derivan de la experiencia.
- Conceptos a priori (o categorías): Son conceptos puros del entendimiento, las leyes a priori del pensamiento. Nos permiten realizar juicios sobre los fenómenos de la sensibilidad. Es importante recalcar que las categorías se aplican únicamente a los fenómenos, no a las "cosas en sí" o noúmenos, que son pensables por la razón, pero no cognoscibles.
Gracias a la acción del entendimiento, la experiencia adquiere un carácter de necesidad y universalidad, lo que hace posible la física como ciencia.