Filosofía Clásica: De los Sofistas a Platón y Aristóteles

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1. Datos biográficos y contexto histórico de Aristóteles

Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.), nacido en Estagira, fue discípulo de Platón y tutor de Alejandro Magno. Tras estudiar en la Academia de Platón, fundó su propia escuela, el Liceo, en Atenas. Su obra abarcó múltiples disciplinas: lógica, ética, política, biología, y más. A diferencia de Platón, Aristóteles desarrolló un enfoque empírico basado en la observación de la naturaleza. Vivió en un contexto marcado por la hegemonía de Atenas y el ascenso de Macedonia. Tras la muerte de Alejandro, se exilió en Calcis, donde falleció en el 322 a.C. Su pensamiento sigue siendo fundamental en la filosofía occidental.

2. La doctrina de las causas según Aristóteles

Esta doctrina, propuesta por Aristóteles, identifica cuatro tipos de causas que explican el porqué de las cosas:

  • Causa material: de qué está hecho algo (la materia).
  • Causa formal: la forma o esencia de algo.
  • Causa eficiente: lo que produce el cambio o movimiento.
  • Causa final: el propósito o finalidad de algo.

Esta teoría fue crucial para su comprensión de la naturaleza y la explicación de fenómenos en el mundo.

3. El movimiento y el cambio: potencia y acto en Aristóteles

Es una de las principales contribuciones de Aristóteles a la filosofía. La potencia es la capacidad de algo para llegar a ser (lo que puede llegar a ser), mientras que el acto es la realización o actualización de esa capacidad. Por ejemplo, una semilla es potencialmente un árbol, y cuando crece, se convierte en un árbol en acto. Esta distinción es clave para entender el cambio y el movimiento en la naturaleza.

4. Crítica a la teoría de las ideas de Platón: el hilemorfismo de Aristóteles

Aristóteles criticó la teoría de las ideas de Platón, que sostenía que las formas o ideas existían separadas de la realidad material. En cambio, Aristóteles propuso el hilemorfismo, la doctrina que sostiene que todo ser está compuesto de materia (hyle) y forma (morphe). La materia es aquello de lo que algo está hecho, y la forma es lo que le da estructura y determina lo que es. Para Aristóteles, no hay formas separadas del mundo material, sino que están unidas a las cosas concretas.

5. Teoría del alma de Aristóteles

Aristóteles concebía el alma como el principio vital que da vida a los seres vivos. En su obra De Anima, distingue entre tres tipos de alma:

  • Alma vegetativa: presente en plantas, responsable de la nutrición y el crecimiento.
  • Alma sensitiva: presente en animales, responsable de la percepción y el movimiento.
  • Alma racional: presente en los humanos, responsable del pensamiento y la reflexión. Esta es la parte más elevada del alma humana.

6. Ética y felicidad en Aristóteles

En su obra Ética a Nicómaco, Aristóteles establece que el objetivo último de la vida humana es la felicidad o eudaimonía, que se alcanza viviendo de acuerdo con la virtud. La felicidad no es un estado pasajero, sino un logro que se alcanza viviendo una vida de virtud, equilibrada y de acuerdo con la razón. La virtud, para Aristóteles, es el punto medio entre dos extremos viciosos (por ejemplo, el coraje es el punto medio entre la cobardía y la temeridad).

7. Teoría política de Aristóteles: sociabilidad y regímenes políticos

Para Aristóteles, el ser humano es por naturaleza un animal político, lo que significa que necesita vivir en sociedad para realizar plenamente su naturaleza. En su obra Política, distingue entre diferentes regímenes políticos:

  • Monarquía (gobierno de uno para el bien común).
  • Aristocracia (gobierno de unos pocos, los mejores, para el bien común).
  • Democracia (gobierno de muchos, para el bien común).

Cada uno de estos regímenes tiene su forma corrupta: la tiranía, la oligarquía y la demagogia, respectivamente. La mejor forma de gobierno, según Aristóteles, es una mezcla de democracia y aristocracia, donde se busca el bien común y se mantiene el equilibrio de poderes.

1. Los sofistas: escepticismo, relativismo y convencionalismo

Los sofistas fueron un grupo de maestros y filósofos en la Grecia clásica que se destacaron por enseñar retórica y argumentación a cambio de dinero. Desarrollaron una postura de escepticismo epistemológico, sosteniendo que el conocimiento absoluto es inalcanzable, lo que los llevó a cuestionar la verdad objetiva. En el ámbito moral, propusieron un relativismo, afirmando que no existen principios universales de justicia o ética, sino que estas dependen de cada sociedad o individuo. También defendieron el convencionalismo en relación con las leyes, viendo estas como acuerdos arbitrarios creados por las sociedades para mantener el orden, pero sin una base en verdades universales o naturales. En resumen, los sofistas subrayaban la importancia del contexto y la persuasión en lugar de buscar una verdad objetiva.

2. Sócrates: antirrelativismo, definiciones universales, mayéutica e intelectualismo moral

Sócrates fue un filósofo ateniense que reaccionó contra las enseñanzas de los sofistas, defendiendo el antirrelativismo moral, es decir, la idea de que existen principios morales universales y objetivos que pueden descubrirse a través de la razón. Introdujo el concepto de definiciones universales, que consisten en buscar las características esenciales y comunes de conceptos como la justicia o la virtud. Su método de enseñanza, la mayéutica, implicaba hacer preguntas provocadoras para que sus interlocutores descubrieran por sí mismos verdades filosóficas. Para Sócrates, el intelectualismo moral sostenía que el conocimiento es clave para actuar moralmente: quien sabe lo que es bueno, necesariamente actuará bien, ya que la ignorancia es la causa de los malos actos.

3. La teoría de las ideas de Platón

La teoría de las ideas o teoría de las formas es una de las contribuciones más influyentes de Platón a la filosofía. Según esta teoría, el mundo sensible, que percibimos con nuestros sentidos, es solo una copia imperfecta del mundo de las ideas o formas. Las ideas son realidades inmateriales, eternas y perfectas, y son el verdadero objeto de conocimiento. Por ejemplo, todos los caballos que vemos en el mundo sensible participan de la "Idea de Caballo", que es perfecta y eterna, mientras que los caballos individuales son imperfectos y perecederos. Platón creía que solo a través de la razón se podía acceder al conocimiento de estas ideas, ya que los sentidos solo nos engañan al mostrarnos las apariencias.

4. Teoría del conocimiento de Platón: ciencia y opinión. La dialéctica

En la filosofía platónica, la teoría del conocimiento distingue entre dos niveles: opinión y ciencia. La opinión (doxa) es el conocimiento que tenemos del mundo sensible y cambiante, basado en las percepciones sensoriales, que es imperfecto y mutable. Por otro lado, la ciencia (episteme) es el conocimiento del mundo de las ideas, inmutable y eterno, que solo puede alcanzarse mediante el uso de la razón. El método para alcanzar este conocimiento es la dialéctica, un proceso de diálogo y reflexión racional que permite ascender desde el conocimiento sensible hasta las verdades más altas, culminando en el conocimiento del Bien, que para Platón es la idea suprema que ilumina todas las demás.

5. La noción de Bien en Platón

Para Platón, el Bien es la idea más elevada en su jerarquía de las ideas, y es la fuente de toda verdad y realidad. En su obra La República, Platón describe el Bien como aquello que da inteligibilidad y existencia a todas las demás ideas. Sin embargo, el Bien no se define con precisión, pues es algo que trasciende la comprensión humana directa, pero es lo que da sentido a la vida y a todo el orden del universo. En términos éticos, el Bien es lo que todas las acciones morales deben aspirar a alcanzar, y en el ámbito del conocimiento, es el principio último que ilumina la verdad. Platón lo compara con el sol en su alegoría de la caverna: así como el sol hace posible la visión y la vida en el mundo sensible, el Bien permite el conocimiento y la existencia en el mundo de las ideas.

6. Dualismo antropológico de Platón: cuerpo y alma. Teoría del alma

El dualismo antropológico es la idea de que el ser humano está compuesto por dos elementos distintos: el cuerpo y el alma. Para Platón, el cuerpo pertenece al mundo material y sensible, y es corruptible e imperfecto. El alma, en cambio, es inmortal y pertenece al mundo de las ideas, donde reside antes de encarnarse en un cuerpo. Según la teoría del alma platónica, el alma tiene tres partes: la racional, que busca la verdad y está relacionada con el intelecto; la irascible, que es responsable de las emociones y el coraje; y la concupiscible, que busca el placer y los deseos físicos. El objetivo de la vida filosófica es liberar al alma de las distracciones del cuerpo y permitir que regrese al mundo de las ideas, donde puede contemplar la verdad en su forma pura.

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