Filosofía Aristotélica: Virtud, Hábito y la Búsqueda de la Felicidad

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Introducción a la Virtud y el Hábito en Aristóteles

En el libro II de la Ética a Nicómaco, Aristóteles se pregunta qué es la virtud. Distingue entre virtudes éticas y dianoéticas, y destaca que la virtud ética se adquiere mediante el hábito.

La Virtud Ética y la Importancia del Hábito

En el capítulo IV, Aristóteles subraya que no basta con saber qué es lo justo por ser justo: hay que actuar justamente. Así, se opone al intelectualismo moral de Sócrates, que creía que conocer el bien era suficiente para hacerlo. Para Aristóteles, es necesario practicar actos justos hasta que se vuelvan un hábito. Por eso, insiste en formar buenos hábitos desde la juventud.

Definición Aristotélica de la Virtud

En el capítulo V, Aristóteles busca definir qué es la virtud. Señala que en el alma hay tres elementos: pasiones, facultades y hábitos.

Pasiones, Facultades y Hábitos

  • Las pasiones son emociones como la alegría o los celos, que van acompañadas de placer o dolor.
  • Las facultades son nuestras capacidades para experimentar esas emociones.
  • Los hábitos son disposiciones que nos hacen sentir y actuar de cierto modo, ya sea de forma buena (virtudes) o mala (vicios).

Aristóteles concluye que la virtud no puede ser ni una pasión ni una facultad, sino un hábito: una manera estable de actuar correctamente, adquirida mediante la práctica y el hábito.

La Virtud como Excelencia y Término Medio

Aristóteles explica qué tipo de hábito es la virtud, la define como una excelencia, es decir, la capacidad de cumplir una función de la mejor manera posible. Esta idea está en línea con su visión filosófica del ser, según la cual todo tiende naturalmente a realizarse plenamente. La virtud, entonces, es la realización óptima de nuestras capacidades racionales.

El Justo Medio y la Prudencia

También explica que la virtud es un término medio entre dos extremos: ni por exceso, ni por defecto. Sin embargo, este equilibrio no es igual para todos, sino que varía según la persona y la situación. Por eso, la prudencia, capacidad de juzgar correctamente, es esencial y característica del sabio.

Felicidad y Actividad Virtuosa

Aristóteles aborda el tema del placer y la felicidad.

La Felicidad como Bien Supremo

En el capítulo IV, retoma su teoría sobre la felicidad. Afirma que la felicidad no es un simple hábito, sino que está ligada a una actividad concreta. Distingue entre actividades necesarias y otras que realizamos por elección, es decir, voluntarias o involuntarias. Los actos voluntarios se realizan por sí mismos o como medio para otro fin. La felicidad, según Aristóteles, es una actividad que se basta a sí misma, ya que no depende de nada más: es el bien supremo. Por eso, los actos que elegimos libremente y que son virtuosos, son los que realmente nos conducen a la felicidad, porque los deseamos por su propio valor.

Virtud, Razón y Vida Plena

Aristóteles aclara que la felicidad no es mera diversión, ya que a menudo nos distrae de cuidar nuestra salud y bienes. Sostiene que solo la virtud y la inteligencia son fuente de buenas acciones.

Felicidad Genuina vs. Diversión

Mientras que las personas malas y buenas valoran cosas distintas, solo el hombre virtuoso actúa conforme a la virtud. Por eso, la felicidad no se encuentra en la mera diversión, sino en vivir de forma virtuosa. Dado que lo propio del ser humano es la razón, ejercerla es lo que nos lleva a una vida feliz.

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