Figuras retoricas en la casa de Bernarda Alba

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 8,97 KB

La casa de Bernarda Alba: un drama andaluz pp 69-100

Entendiendo el trayectoria teatral de Lorca, podemos entender lo que representa esta obra que no consideramos tragedia. Las dos obras Bodas de sangre y Yerma se conciben como tragedias y las dos tienen muchos elementos trágicos conscientes, sobretodo un sentido ritual. En La casa de Bernarda Alba no hay personajes sobrenaturales, no hay danzas simbólicas ni romerías ni nada ritual. Tampoco encontramos ningún verso.

Como no encontramos ningún elemento de tragedia griega ni diálogo versificado Lorca subtitula su obra como drama en vez de tragedia.

Existe una intención lorquiana de dejar fuera de la obra lo que había empleado en las obras anteriores. Es decir, es una descripción de la intención de cambiar de técnica y de género. Nos queda claro que La casa de Bernarda
Alba no tiene nada que ver con una trilogía trágica que completaría el ciclo empezado con Bodas de sangre y Yerma. No podemos negar que La casa de Bernarda Alba tenga mucho en común con estas dos obras pero en un teatro tan estilizado y tan definido en cada pieza, existe un problema porque tiene muchos elementos en común pero Lorca no crea una tragedia con la obra de La casa de Bernarda Alba, entonces no completa la trilogía.

La casa de Bernarda Alba representa la culminación del teatro lorquiano y al mismo tiempo un camino nuevo, es decir, otro estilo, otro experimento, algo nuevo. Significa haber dejado la tragedia, para escribir, muy dentro del marco andaluz, pero sin ningún significado mítico, el drama.

Cada obra que hace Lorca o cada par de ellas representa un género distinto. Entonces Bernarda Alba viene a ser el primer drama andaluz, es decir, drama no como Doña Rosario, que si es “pieza de época”, sino drama del campo andaluz. Todo el fenómeno andaluz está allí menos en la celebración ritual que implica para Lorca el género de tragedia. Se cree que lo anticuado que puede tener la obra no es tanto,  sino más bien ese sentido del campo andaluz que puede parecer anticuado, es decir, no moderno en el sentido del siglo veinte, pero que en realidad es esa Andalucía inmóvil, fuera de tiempo. El pueblo de La casa de Bernarda Alba es la Andalucía de siempre pero sin elementos trágicos. Por eso puede parecer de épocas distintas cuando en realidad se trata de géneros distintos; dos tragedias y un drama que pintan tres pueblos andaluces, pero que, no forman una trilogía.

La crítica está muy dividida, porque unos opinan que tiene una intención política y otros creen que no. Unos creen que es una obra realista, otros poética. Unos ven que representa a todas las mujeres españolas y unos ven una clara predicción de la Guerra Civil.

La casa de Bernarda Alba es un drama andaluz altamente poético, aunque no emplea versos; es una obra sin intención política y tiene mucha intensión artística; es la escenificación de una familia extrema andaluza y es una obra maestra del teatro lorquiano, tanto estilísticamente, la culminación de una técnica cada vez más depurada que resulten un estilo nuevo, como temáticamente, la expresión más radical del tema lorquiano del conflicto entre el individuo y la sociedad. Es su obra teatral más universal.

Entonces calificamos La casa de Bernarda Alba como drama andaluz poético.

Muchos críticos han querido justificar y probar el Realismo de la obra que Lorca afirmó tras cada escena, es decir, tras cada acto, puesto que no hay división en escenas.

Lorca se refiere no a un Realismo literal, sino a un Realismo relativo. Es decir que La casa de Bernarda Alba no contiene ni elementos líricos ni elementos trágicos. Es la obra más realista que escribíó Lorca pero hay que entenderlo como un sentido relativo de Realismo. No hay que olvidar que se trata de una obra no terminada.

No hay color en Bernarda Alba solo ha blancos y negros, una perfecta estilización no realista de Andalucía. Los únicos colores que aparecen en la obra son el abanico de colores de Adela que rechaza su madre como impropio, el vestido verde de la ilusión frustrada también de Adela, la choza del coral en la playa de la que canta María Josefa con intención obvia de significado sexual y alguna mención de sangre. Todo lo demás es blanco y negro.

El lenguaje de La casa de Bernarda Alba es en prosa, menos en las dos canciones cortas. Para que el drama sea poético no hacen falta versos porque los personajes hablan poéticamente aunque no en versos. El lenguaje es el lenguaje andaluz llevado muchas veces a su esencia. El problema está en que el pueblo andaluz no emplea un lenguaje realista. Este lenguaje andaluz, cuando se emplea con la densidad dramática no puede ser realista. En cada acto hay un comienzo realista pero se abandona después para convertirse en lenguaje cargado de valores dramáticos. El lenguaje realista es aquel que no tiene más de un plano, donde las palabras no significan más de lo que dicen. El lenguaje poético tiene dobles valores, alusiones a otra cosa o múltiples significados que convierten las palabras en símbolos que existen dentro de la obra y funcionan solo en virtud del lenguaje, es decir, símbolos constructivos porque construyen una parte integral del tejido del drama. Son símbolos que no se expresan en poesía sino en drama.

La primera escena, por ejemplo, de La Poncia y la Criada el lenguaje es sobretodo realista y hacen uso de exageraciones. Todo el dramatismo está en el lenguaje, en lo que se dice y en lo que no se dice.

El símbolo del agua es un buen ejemplo de símbolo constructivo. Dentro de la obra el agua es algo que se manifiesta de manera especial y que no alude a otro contexto simbólico  fuera de ella. Construye una parte integral y poética de la obra. Por ejemplo, pueblo de pozos; que llegue Noviembre, los días de lluvia, la escarcha, todo lo que no sea este verano interminable que dice en el segundo acto Martirio; la sangre no llegará al río que dice la Poncia más tarde; yo dejo que corra al agua que comenta Prudencia… En definitiva el agua tiene muchos significados en la obra de Lorca.

La casa de Bernarda Alba no puede ser otra cosa que teatro poético. La integración poética de sus elementos extraídos de la realidad andaluza y estilizada en blanco y negro, no puede dar, como conjunto, una obra realista.

La obra es altamente poética y resulta imposible calificarla de obra política. Lorca se preocupaba mucho por los problemas sociales pero no podemos decir que la obra sea una obra política. Lorca se consideraba anarquista, es decir, artista, apolítico, por encima de la política. Lorca es un escritor social y también es un escritor que critica mucho su sociedad. En la obra hace un comentario sobre el odio y la represión de un impacto hondísimo y siempre vigente.

La casa de Bernarda Alba es la representación a propósito, no de la vida normal sino muy anormal de una familia andaluza. Existe un ambiente castellano.

Donde antes le interesaban a Lorca los mitos y ritos, ahora le interesa la vida moral de un pueblo que estudia críticamente en el drama.

La obra contiene crítica social, pero no tiene como blanco toda la sociedad andaluza. Bernarda es estricta, tradicional e intolerante hasta el máximo, pero no representa a España, no representa ni si quiera a su pueblo, solo representa lo que es, una mujer desgraciada cuya razón de ser es el odio y la represión que impone a otros, una mujer que emplea un código socio-moral de su sociedad. Bernarda es un ser malévoló en su manera de emplear su propia autoridad. Al otro extremo está Adela, ella representa la única posibilidad de amor que vemos en la obra, pero tampoco está exenta de culpabilidad.

Bernarda y Adela representan los extremos pero no son las únicas que entran en la lucha. También Angustias y Martirio juegan un papel muy importante.

Hay crítica social en la obra, pero la crítica no se dirige a todo el sistema socio-moral andaluz, sino contra la perversión y el abuso de ello.

La obra de Lorca es la expresión máxima de Andalucía y su estética es la ética de amor.

La casa de Bernarda Alba es netamente andaluz: es una casa cerrada al mundo, en un pueblo de pozos, ocurre una horrible repetición de una querella tan antigua como la angustia humana, que se presenta como un drama tan escueto y despojado como moderno y universal. Representa dentro del teatro de Lorca  el triunfo tanto de forma como de fondo: cuanto más depurado, más andaluz y cuanto más andaluz, más universal; es la obra maestra del escritor andaluz más auténtico que la expresión esencial y particular de un pueblo puede servir de analogía artística para vincularnos a la verdad más eterna y universal. Cada representación de La casa de Bernarda Alba equivale a una puesta en escena de una Andalucía trascendental.

Entradas relacionadas: