Ferrocarril y Demografía en España: Claves de la Transformación del Siglo XIX
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La Revolución de los Transportes y la Articulación del Mercado en España (Siglo XIX)
En el siglo XIX, el ferrocarril significó una auténtica revolución en los transportes terrestres, aportando: mayor rapidez, una capacidad de carga superior, el abaratamiento de los costos y la consecuente creación de mercados más amplios.
El Ferrocarril en España: De los Inicios a la Consolidación
En España, el tendido de la red ferroviaria se inició en 1855 con la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles. No obstante, los primeros precedentes se remontan a la Real Orden de 1844, que apenas trajo realizaciones significativas, limitándose a pequeñas líneas como:
- Barcelona-Mataró
- Madrid-Aranjuez
- Gijón-Langreo
La Ley General de Ferrocarriles de 1855 fue, en contraste, mucho más eficaz, ya que:
- Aseguraba una rentabilidad sobre la inversión.
- Autorizaba la importación de materiales libres de aranceles.
Gracias a esta ley, entre 1855 y 1865 se tendieron cinco mil kilómetros de vía, conectando importantes ciudades como:
- Madrid-Alicante
- Madrid-Irún
- Barcelona-Zaragoza
Esta legislación también determinó las características fundamentales de la red ferroviaria española:
- Una estructura radial con centro en Madrid.
- Un ancho de vía diferente (1,67 m) con respecto al europeo (1,44 m).
Es importante destacar que el tendido ferroviario se realizó con capital, materiales y maquinaria extranjera. De esta manera, a diferencia de lo ocurrido en otros países, el ferrocarril no provocó el despegue de la siderurgia nacional.
La Restauración y la Expansión Ferroviaria
Durante la Restauración, se inició una nueva fase constructiva al amparo de la Ley de Ferrocarriles de 1877. En esta etapa, el tendido existente se duplicó, alcanzando los doce mil kilómetros. Además, se incrementó la presencia de capital español y se generó un efecto de arrastre para la siderurgia hispana, evidenciado por la fabricación de la primera locomotora en 1883.
Evolución Demográfica en España (Siglo XIX y Primer Tercio del XX)
En el siglo XIX, la población española experimentó un crecimiento significativo, pasando de 10,5 a 18,5 millones de habitantes. Las causas principales de este aumento fueron la desaparición de algunas epidemias y el lento incremento de la producción agraria. Sin embargo, fue un crecimiento moderado, situándose entre los más bajos de Europa.
El Modelo Demográfico del Antiguo Régimen (Hasta 1860)
Hasta 1860, se mantuvo el modelo demográfico del Antiguo Régimen, caracterizado por tasas altas de natalidad y mortalidad. El descenso de la mortalidad fue lento debido a:
- Deficiencias sanitarias.
- La aparición esporádica de epidemias, siendo el cólera, la tuberculosis y la fiebre amarilla las principales enfermedades.
Durante este periodo, continuó aumentando la población de la periferia en detrimento de la España interior.
La Transición Demográfica (1870-1930)
Entre 1870 y 1930 tuvo lugar la transición demográfica en España. La población continuó creciendo, pasando de 18,5 millones en 1900 a 23,5 millones en 1930.
Descenso de la Mortalidad
La tasa de mortalidad descendió notablemente, del 30 al 21 por mil, gracias a:
- La mejora de la alimentación.
- El avance en las condiciones higiénicas y sanitarias.
En 1917, se registró la última mortalidad catastrófica importante, causada por la epidemia de gripe. Además, retrocedió la mortalidad infantil y la esperanza de vida aumentó significativamente, pasando de 34 a 50 años.
Descenso de la Natalidad y Urbanización
El descenso de la natalidad se inició más tarde, a partir de 1910, y fue más lento, con tasas que pasaron del 33,8 al 30 por mil. Este fenómeno estuvo vinculado a los mayores niveles de urbanización.
Desde 1860, se inició un lento éxodo rural y un consecuente aumento de la población urbana. En 1900, el 16,6% de la población ya residía en las capitales de provincia. Madrid y Barcelona fueron las ciudades que más crecieron, superando el millón de habitantes en 1930. Este crecimiento urbano impulsó:
- La demolición de murallas.
- Los planes de reforma urbana (ensanches).
Las ciudades industriales, así como los nuevos centros industriales y mineros, también atrajeron una considerable cantidad de población.
Emigración a Ultramar
Durante este periodo, cobró un gran auge la emigración a ultramar. Los principales focos de emigración fueron Galicia, Asturias, Cantabria y Canarias. El destino principal de estos emigrantes fue Latinoamérica, destacando países como:
- Argentina
- México
- Cuba
- Brasil