Fernando Pessoa: Heterónimos, Filosofía y la Profunda Cosmovisión de Alberto Caeiro
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La Obra Polifónica de Fernando Pessoa: Heterónimos y Cosmovisiones
La obra de Fernando Pessoa se concibe como un drama polifónico, en el que dialogan diversas voces o heterónimos que presentan diferentes cosmovisiones. Su producción es extensa, confusa e incompleta, abarcando tanto verso como prosa. Un aspecto clave es la relación entre poesía y prosa, donde la primera precede a la segunda en su pensamiento. La obra La rosa, por ejemplo, busca orientar a los lectores de poesía para una mejor comprensión de su pensamiento lírico.
Alberto Caeiro y El Guardador de Rebaños: Naturaleza y Destino
La figura central de Alberto Caeiro, el maestro, el sol, se explora en El Guardador de Rebaños. El mundo pagano al que se refiere Pessoa es el paganismo grecorromano, estableciendo un claro paralelismo entre las ideas de Naturaleza y Destino manejadas por los estoicos y las de Caeiro. De estos conceptos de Destino y Naturaleza se desprenden nociones fundamentales como el alma, Dios, la realidad y el tiempo.
La obra consta de cuarenta y nueve poemas unidos por el concepto de Naturaleza, entendida como todo lo existente. Trata sobre el hombre, su realidad y sus sentimientos, mostrando cómo el ser humano se conjuga con la Naturaleza y el Destino. Un tema recurrente es la angustia que la realidad causa en el hombre, al ser percibida como vaga, confusa, irreal u objetiva. Esta obsesión por la realidad es compartida por todos los heterónimos.
Influencias Filosóficas y Tendencias Poéticas en Pessoa
Fernando Pessoa fue un profundo conocedor de la cultura griega. Su angustia moderna, producto del desarrollo científico y la pérdida de fe, lo inclinó hacia las filosofías antiguas. Caeiro, en particular, representa una mezcla armónica de epicureísmo y estoicismo.
Ricardo Reis, otro de los heterónimos, describe la obra de Caeiro como pagana, una que renueva los ideales y valores de la antigüedad grecorromana. En la poesía de Pessoa se distinguen dos tendencias principales:
- Neopagana: Renueva los valores clásicos.
- Sensacionista: Explora la experiencia sensorial.
Álvaro de Campos llevará al exceso las ideas sensacionistas de su maestro Caeiro, mientras que Reis profundizará en las paganas, tanto en la forma como en el contenido, que versa sobre el sentido trágico del hombre, característico de los griegos. Reis es objetivo, Campos subjetivo, y Caeiro se presenta como un equilibrio entre ambos. Sin embargo, el paganismo de Caeiro es considerado "falso" en el sentido de que no puede ser totalmente pagano en la modernidad.
Tanto estoicos como epicúreos aspiran a la reconciliación del hombre con la Naturaleza, un ideal que también se observa en Reis y Campos. Caeiro, quien vive en el campo y se dedica a observar la Naturaleza, incluso recibe una fecha de fallecimiento ficticia por parte de Pessoa para convertirlo en leyenda.
La Perspectiva Estoica y la Angustia Existencial
El estoico cree en el mundo porque lo ve, sin buscar más allá del objeto. No se asombra de la realidad, pues la acepta tal cual es. La angustia de Pessoa radicaba en que el mundo no le ofrecía respuestas, precisamente porque las tenía todas allí, evidentes. En esta visión, el hombre pierde la esperanza y se abisma en lo mecánico y la monotonía. Pessoa sugiere que, al ver lo imaginario en la realidad, el hombre aliviará su vacío existencial.
Caeiro como el Fuego Estoico y la Tautología Poética
Los estoicos concebían el mundo compuesto por cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra. Caeiro es el fuego, la esencia íntima de las cosas en sí mismas y nada más. Su técnica poética distintiva es la tautología, la repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas maneras, buscando la claridad y la inmediatez de la percepción.
Filosofía de Caeiro: Unidad, Muerte y Desaprendizaje
Caeiro anhela ser un corderito o todo un rebaño para perder su individualidad y unificarse como una parte en el todo, que a su vez es otra parte. Al ser consciente de su existencia, el hombre aceptará todo lo que existe. Se considera al hombre un "ser para la muerte", mas esto no importa, ya que, al creer en el eterno retorno, la muerte no significa el final de la vida, sino una parte intrínseca de ella.
El ideal de Caeiro podría interpretarse como una inversión de la máxima de Descartes: "Existo, luego pienso" se transforma en "Pienso, luego existo" (o más bien, "Existo, luego pienso" como una consecuencia de la existencia pura, sin la primacía del pensamiento). No se puede alcanzar la sabiduría sin perder la inocencia, y de ahí que surja la angustia que recorre la obra de Pessoa. Existe una nostalgia por la infancia perdida, donde la infancia equivale a la felicidad.
Caeiro apela a desaprender lo aprendido, y por ello Pessoa lo describe como el fuego purificador. El primer poema de El Guardador de Rebaños presenta a un ser que es "guardador de los rebaños del alma", una metáfora que encapsula la esencia de toda la obra.