Fenomenología de la Religión: Un Enfoque Descriptivo
Enviado por Chuletator online y clasificado en Ciencias sociales
Escrito el en español con un tamaño de 7,13 KB
La Fenomenología de la Religión
El término “fenomenología” procede del campo de la filosofía. Aplicado al estudio de la religión se refiere a un método de interpretación del hecho religioso en su totalidad -estudia el hecho religioso en todos sus aspectos- y parte para su interpretación de todas las posibles manifestaciones del hecho religioso a lo largo de su historia. La interpretación fenomenológica se distingue, además, por su insistencia en una “comprensión” del hecho que, partiendo del respeto de su especificidad, renuncia a explicarlo por reducción a cualquier otro tipo de fenómeno.
El profesor Martín Velasco define la fenomenología de la religión como “una interpretación descriptiva y no normativa del fenómeno religioso a partir de sus innumerables manifestaciones que trata de comprender su estructura significativa y la ley que rige su desarrollo”. Como hermenéutica, la fenomenología de la religión es una ciencia de la interpretación. Los meros datos, inconexos, desarticulados, no nos hacen conocer el objeto de nuestro interés, la religión. Deben ser interpretados. La fenomenología de la religión, que se hace cargo de la realidad del fenómeno religioso tal y como viene dado en la experiencia humana, tiene voluntad de interpretarlo, pero cuidando de no “construirlo”. Lo que le interesa al fenomenólogo es sacar a la superficie las estructuras del fenómeno tal y como se “dan” en la experiencia y pueden ser “descifradas” y recibidas con el auxilio de la razón.
El método fenomenológico: presupuestos
La fenomenología toma la religión como un hecho específico e irreductible a ningún otro ámbito de la cultura, que se halla presente en la historia de la humanidad en una serie de manifestaciones que constituyen la historia de las religiones. Se trata de un procedimiento hermenéutico que cuenta con dos presupuestos fundamentales:
- la irreductibilidad de la religión como hecho humano específico;
- su complejidad significativa.
1. La religión como hecho humano específico
La fenomenología de la religión tiene que apoyarse siempre en hechos concretos localizables en el tiempo y en el espacio, que poseen características especiales que le distinguen de cualquier otro fenómeno humano. Son acontecimientos cuya historicidad está fuera de toda duda razonable. Por eso, el objeto de investigación no es su existencia propiamente dicha, sino su esencia. Para despejar esta incógnita, el investigador emplea el método fenomenológico en su sentido más amplio, esto es, se atiene al dato empírico auténtico y capta su peculiaridad. Realizada esta primera aproximación, el fenomenólogo establece una comparación sistemática de las diferentes formas del hecho religioso a lo largo de la historia y en los diversos contextos socioculturales. Se trata de una labor de síntesis o recogida de aspectos y características que el especialista estudia en su totalidad con la intención explícita de ofrecer una comprensión significativa.
2. La religión como hecho humano complejo y significativo
Es el segundo presupuesto con el que hay que contar es que se trata de un hecho humano complejo, ya que la estructura del hecho religioso lo es. Consta de una serie de elementos con significación específica según la intencionalidad del sujeto humano. La parte que corresponde al hombre y el elemento objetivo cualifican el hecho dándole un sentido propio. Descubrir esta significación -lo religioso- es obra de la fenomenología de la religión. Pero no hay que olvidar que en esta tarea de comprensión interviene siempre un factor subjetivo imprescindible, la empatía, que permite al intérprete entrar en comunicación con la intención que subyace en el dato estudiado. Tanto el observador como el autor del hecho son hombres cuyas vivencias personales sintonizan a pesar de su distancia en el tiempo y el lugar y sus diferencias ideológicas.
En resumen: el método de la fenomenología de la religión se caracteriza por estos dos puntos: la actitud mental que adopta y el concepto clave que emplea. La primera se cifra en el respeto a la significación de los datos; el segundo es la manifestación como base del conocimiento. Se trata, en definitiva, de intentar poner al estudioso ante el hecho tal y como existe en la realidad. No es competencia de la fenomenología de la religión discutir los fundamentos de las creencias o interrogarse sobre si los juicios religiosos tienen valor objetivo en relación a la verdad o a la salvación, lo cual sería objeto de la filosofía de la religión y de la teología de la religión.
El método fenomenológico: finalidad última
Para Husserl (iniciador de este método filosófico), la fenomenología es el análisis de algo que se muestra a la conciencia. De ahí la importancia de la intencionalidad que caracteriza las relaciones entre fenómeno-objeto y conciencia-sujeto, pues la intención es el modo de acceso de la conciencia a lo real, a la esencia de las cosas. En fenomenología de la religión, el objeto es lo sagrado y el Misterio, y el sujeto es la conciencia del hombre creyente. Pero el análisis fenomenológico sólo se ocupa de lo que se muestra, del fenómeno. Más allá de éste, para la fenomenología no existe nada. Dicho análisis no “ve” a Dios o lo divino, sino que solo puede “captarlo” a través del hombre que experimenta y vive unos fenómenos y unos hechos religiosos.
Teniendo en cuenta y sintetizando todos estos fenómenos, intenta llegar a establecer cuál es la estructura propia del hecho religioso y la ley que rige la organización de todos los aspectos, factores y elementos que constituyen el mundo de lo religioso. Unos elementos que se encuentran mutuamente conexionados de forma orgánica (quizá, en torno a un centro polarizador de todos ellos que les dota de unidad básica: Dios, dioses, el Misterio...).
Conviene remarcar que serán dos los núcleos centrales de su investigación: de un lado, los elementos materiales que componen este complejo hecho humano que llamamos religión y, de otro, el elemento intencional que el hombre religioso pone en ellos y que les confiere su cualidad específica de religiosos.
Es la persona la que dota de sentido a esa estructura y la que entra en relación con el Misterio (Dios) por medio de determinadas realidades (hierofanías) y actos mundanos (mitos, ritos, moral...). Un hombre sometido a la temporalidad que va cambiando su forma de ver, sentir y expresar la religión con el paso de los siglos siguiendo, quizá, una ley interna en su desarrollo.
Hay que agradecer a la fenomenología tres grandes aportaciones al estudio del mundo de lo religioso:
- En primer lugar, la afirmación de la especificidad y originalidad del hecho religioso en la historia y cultura humana.
- En segundo lugar, el reconocimiento de que la religión posee su propio campo de verdad, permitiendo así una salida al mutuo sometimiento a que se veían abocadas razón y fe.
- Por último, la formación de una tipología que ha permitido agrupar en conjuntos afines las diversas religiones