La Familia como Cimiento de Valores y Educación en el Desarrollo Humano

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Familia y Valores: Pilar Fundamental de la Educación

Muchos de nuestros desafíos en la educación actual no se encuentran tan solo en las aulas, sino de manera primordial en las familias. El valor de la familia, pues, nos proporciona la formación más básica. En el seno familiar se genera el primer aprendizaje de modo natural; este espacio afectivo hace posible la primera socialización del niño. La familia es nuestro espacio social originario porque es también nuestra primera posibilidad personal. Es el punto de partida, sabiendo que la socialización solo se posibilita desde el amor. Amar y sentirse amados es nuestra socialización y es, además, la experiencia radical, nuclear y básica del ser humano. En la familia se generan momentos educativos, en cuanto que se transmiten las valoraciones de forma natural. En ella se aprenden valores básicos, se viven afectos, se comprenden y se aceptan mejor los defectos.

La Paternidad Responsable

La paternidad responsable supone valorar la formación personal de cada progenitor, porque eso será lo que transmitirán a sus hijos. Esa herencia que dejarán serán actitudes, gestos y creencias.

Etapas en la Relación Familiar

La relación familiar atraviesa diversas etapas, cada una con sus particularidades:

  • 1. Etapa de la sobrevaloración: Se da en la infancia, donde los padres son figuras idealizadas.
  • 2. Etapa del distanciamiento: Característica de la adolescencia y la juventud, donde los hijos buscan su independencia.
  • 3. Etapa de la madurez: Se experimenta un mayor aprecio y cercanía con la familia, una vez superadas las fases anteriores.

En todas estas etapas se requiere de padres amorosos y con la autoridad de quien sabe el valor de lo que se trae entre manos.

La Excelencia en la Crianza

Los padres deben participar activamente del descubrimiento intelectual de sus hijos y compartir con ellos los primeros razonamientos. Lamentablemente, a menudo los padres no conocen el espacio escolar donde sus hijos viven tantas horas; no intercambian opiniones con los profesores, quienes tienen responsabilidades significativas en la formación de sus hijos; y no conocen ni los rostros ni los nombres de los amigos. El abandono actual de la excelencia, como virtud, es un claro retroceso en la educación.

Educar en Tiempos de Desafío

Venimos afirmando que la familia es el primer espacio generador de valores. Los padres transmiten valores con sus gestos, sus conversaciones, etc., y los hijos aprenden qué es el bien y el mal y cuál es la postura de sus padres. Los hijos no siempre tienen recursos para expresar su aceptación o rechazo de los valores que van recibiendo; es, sin embargo, el puente que les une a los padres o que les separa. Si al hijo no se le ha tenido en cuenta, cuando a los 12 o 13 años, los padres quieren sentarse con él, se encontrarán con alguien a quien verdaderamente no conocen.

La adolescencia pone al descubierto una adaptación difícil para los hijos, pero si esta viene arropada por el amor expresado de sus padres, entonces los conflictos de adaptación serán menores que si los hijos se han sentido solos, desprotegidos, etc. En este último caso, los conflictos se producen desde una situación más difícil de resolver. Los adultos han de vivir sus responsabilidades y, entre estas, han de enseñar a los hijos a cumplir las propias.

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