Factores que Condicionan la Adquisición y Desarrollo del Lenguaje

Schaffer (1979) distingue tres tipos de requisitos para la adquisición del lenguaje: biológicos, sociales y cognitivos. La adquisición y el desarrollo del lenguaje implican tres órdenes de hechos:

Factores Orgánicos

• Un sistema sensorial, en el cual la audición es el elemento netamente dominante.
• Un aparato motor fonador bajo las dependencias de la estructura del sistema nervioso central, cuyo desarrollo se deberá efectuar armoniosamente.

Órganos fonadores (3 grupos):

• Órganos de la respiración: pulmones, bronquios y tráquea.
• Órganos de la fonación: la laringe.
• Órganos de la articulación: labios, lengua, paladar, alvéolos, dientes y fosas nasales.

Órganos sensoriales:

• El oído. Fonéticamente los sonidos tienen sólo un margen de frecuencia determinado.
• El ojo. El niño que aprende a hablar está pendiente de los labios de la madre, del dedo que señala el objeto.
• Las estructuras nerviosas centrales. En el desarrollo del lenguaje tiene el dominio en el hemisferio izquierdo y, además del desplazamiento de funciones de derecha a izquierda, existe una polarización anteroposterior dentro del hemisferio izquierdo.

Capacidades psicológicas, intelectuales y afectivas. Es de dominio general que para que un niño pueda expresarse adecuadamente tiene que tener unas capacidades intelectuales adecuadas y unas necesidades afectivas suficientes. La comunicación requiere significados, o sea, generalización y signos (la actitud generalizadora es una etapa avanzada en el desarrollo del significado de las palabras).

Factores Ambientales

Están relacionados con el medio social y especialmente con la familia. Este medio posibilita las condiciones que permiten utilizar el conjunto de los mecanismos precedentes por la aportación de una lengua determinada y por los intercambios afectivos que motivan o estimulan las actividades del lenguaje.

Nivel Socioeconómico

Suele ir ligado al nivel de educación y cultura de los padres. Los que gozan de mejores condiciones económicas suelen seguir estudios más prolongados, poseen mejor conocimiento del lenguaje y pueden ofrecer al niño modelos más ricos y correctos en cuanto al uso de significaciones y al empleo de las reglas de sintaxis. En determinados niveles socioeconómicos se valora más el lenguaje y se anima al niño.

Debido a la gran repercusión y polémica de su obra, no podemos dejar de citar en este apartado al británico Basil Bernstein, sociólogo de la educación, que se interesa por el proceso de socialización que hace del niño biológico un ser social; dicho proceso se realiza dentro de la familia y del grupo social al que ésta pertenece. Durante este aprendizaje el niño adquiere no sólo una serie de reglas lingüísticas, sino fundamentalmente una determinada forma de comunicación, un tipo de discurso que diferirá de una familia y de un grupo social a otro. Estas formas de comunicación -que Bernstein denomina códigos-, determinan la orientación intelectual, afectiva y social del niño. Dichos códigos son, en sí mismos, función de una forma particular de relaciones sociales o, a nivel más general, son cualidades de la estructura social.

Familia

En muchos hogares modestos la madre favorece el lenguaje infantil: deja hablar y habla con el niño, disfruta de su espontaneidad, es tolerante, cálida, favorece la expresión, le anima, le acepta. El factor familiar parece desempeñar un papel tan notable en la evolución del lenguaje como el medio social, pero los grupos sociales más favorecidos van a utilizar estructuras más complejas.

El apoyo del adulto cumple diferentes funciones según la edad del niño:

• En el primer año, el lenguaje de los padres cumple funciones prelingüísticas y afectivas. Se caracteriza por la intención de llamar y mantener la atención del niño, se entona exageradamente, se emiten ruidos y exclamaciones, se habla alto, se gesticula. Todo ello contribuye a crear también lazos afectivos y a tejer la base motivacional de la adquisición lingüística posterior.
• Cuando el niño comienza a hablar y comprender la mayor parte del lenguaje adulto, sus padres se esfuerzan en enseñarle los rasgos formales de la lengua: cómo se pronuncia, la estructura correcta de la frase, etc.
• Hacia los cuatro años el niño adquiere esta competencia lingüística. Desde esta edad hasta el comienzo de la adolescencia, el lenguaje del adulto cuando se dirige al niño está lleno de instrucciones explícitas sobre el mundo. El lenguaje de la socialización indica al niño qué debe hacer, cómo debe pensar y sentir, qué peligros va a encontrar, cuándo debe hablar, etc.; es decir, le indican las conductas sociales adecuadas.
• Al comienzo de la adolescencia se produce otro cambio, el lenguaje de los padres pierde la función controladora e instructiva e incluso se hace temeroso en la comunicación, se intuye que se está ante un igual y que hay que buscar nuevas formas para esta comunicación.

Escuela

Dos funciones adquieren una gran importancia dentro de la escuela: mantener las relaciones sociales dentro y entre los miembros de la comunidad escolar y mantener las relaciones lógicas dentro y entre cada una de las frases.

Factores Cognitivos

Requieren una capacidad intelectual eficiente y una afectividad adaptada.