Las Fábulas Griegas: Origen, Características y Evolución
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Definición y Origen de la Fábula
La fábula se concibe comúnmente como “un relato alegórico en prosa o en verso con personajes animales”. Pretende enseñar un principio general de conducta mediante la presentación de un ejemplo específico de comportamiento. Es alegórica porque los animales protagonistas actúan como seres humanos y representan sus defectos y virtudes. En algunos casos, estos casos están tipificados: la astucia de la zorra, la laboriosidad de la hormiga, la voracidad del lobo, etc. Así pues, el mundo fantástico de los animales invita a una reflexión sobre el mundo humano. En este sentido, el retórico antiguo Elio Teón (sofista del siglo I d.C.) definía la fábula como un “relato fingido que da una imagen de la verdad”.
No obstante, esta concepción común de la fábula procede de las colecciones modernas de Jean de La Fontaine. Lo cierto es que un buen número de las fábulas grecolatinas conservadas no están protagonizadas por animales, sino que hallamos en ellas hombres de diversa condición y profesión (pescadores, labradores, caminantes, etíopes, homicidas…), dioses (como Zeus), plantas (plátano, vid…) e incluso personificaciones de ideas abstractas o fuerzas de la naturaleza (como la Verdad).
Desarrollo de la Fábula en Grecia
Aunque se ha discutido mucho acerca del origen de la fábula, se sabe que ésta tiene su origen en Mesopotamia, de donde se extendió a la India y a Grecia. La primera fábula de la literatura griega y por extensión de la literatura occidental, (El halcón y el ruiseñor) la hallamos insertada en Trabajos y días de Hesíodo. También hallamos fábulas aisladas en poetas líricos arcaicos como Arquíloco, Estesícoro.
El tipo clásico de la fábula se fija en torno a la figura de Esopo, un personaje casi legendario del siglo VI a.C. del que muy poco sabemos, y a quien se han atribuido todas las fábulas griegas que, en realidad, son anónimas y populares. Estas fábulas esópicas, transmitidas en un origen de forma oral, fueron recogidas posteriormente en colecciones en prosa. No se ha conservado, si bien de ella parten todas las colecciones posteriores. La mayor colección conservada es la “Recensio Augustana”, que contiene 236 fábulas, pero data ya de los siglos I-II d.C.
El carácter de la fábula griega se ha ido igualmente modificando con el tiempo: mientras que las fábulas más antiguas, las de Hesíodo y Arquíloco, poseen una fuerte crítica social, que atacan directamente el abuso de los poderosos frente a los débiles, y no tenían carácter general, sino que se referían a una persona o situación en concreto, poco a poco se fueron convirtiendo en transmisoras de enseñanzas morales generales y prácticas, y en época imperial se empleaban además como ejercicios en las escuelas de retórica.
Características de la Fábula Griega
El primero en teorizar sobre la fábula es Aristóteles, pero no la define. No la considera un género independiente, sino un medio o figura retórica con la que el orador puede conseguir la πίστις o persuasión. De ella señala dos rasgos, que es ficticia y alegórica. Parece que que las fábulas antiguas no están dedicadas a teorizar sobre las conductas humanas en general, sino que se aplicaban a un caso concreto (como la que narra Arquíloco, que va destinada a Licambes, padre de su novia, quien negó la mano de la muchacha al autor por su origen bastardo).
Otro autor importante es el griego Babrio (ss. I-II d.C.) y el romano Fedro (s. I d.C.). Ambos escriben fábulas esópicas en verso con una clara tendencia a un mayor desarrollo narrativo y estilístico. En la Edad Media, adquiere gran popularidad el elemento moralizador. Pero es el tipo de fábulas establecido por Fedro, en verso y de gran calidad literaria, el que continúa la tradición moderna de La Fontaine.
Esopo
Las Fábulas de Esopo
Se cree que vivió en el siglo VI a.C. y que era de origen tracio o frigio., “hacedor de fábulas” y esclavo de la isla de Samos. En el siglo I d.C. aparece una novela bizantina, “Vida de Esopo”, en la que es presentado como un esclavo de origen griego, de extrema fealdad (canijo, barrigudo, cabezón y bizco), pero con un ingenio fuera de lo común. Viaja de un lugar a otro viviendo aventuras y saliendo siempre airosos y ridiculizando a su amo o amigos, gracias a su sabiduría que se manifiesta mediante fábulas y dichos ingeniosos.
Según el carácter de su argumento se suelen dividir en:
- Agonales: en las que dos o más personajes disputan sobre alguna cosa. (La zorra y la pantera, La golondrina y la corneja)
- Fábulas situacionales: en las que se presenta a un personaje ante una situación concreta, lo que permite sacar conclusiones (La mosca, El viejo y la muerte)
- Fábulas etiológicas: en las que se intenta explicar la causa de algo (El caminante y la verdad)
Epimitio:
Es lo que comúnmente se conoce como moraleja. Suele ser de tipo negativo, es decir, pretendiendo que no se actúe como lo hace el personaje protagonista.