Fábulas clásicas: sabiduría y moralejas de la antigüedad

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La zorra y la máscara

Una zorra que había entrado en casa de un citarista e investigado cada uno de sus aparejos, encontró una máscara bellamente fabricada. Y, habiéndola tomado con sus propias manos, dijo: "¡Oh, qué cabeza y no tiene seso!". La fábula (es) para hombres magníficos en su cuerpo, pero insensatos con relación a su mente.

La mujer y la gallina

Una mujer viuda que tenía una gallina que ponía un huevo cada día, supuso que, si le echaba más alimento, pondría incluso dos veces al día. Y haciendo precisamente eso, sucedió que la gallina, habiéndose puesto gorda, ya no puso ninguna vez. La fábula muestra que muchos hombres, deseando más cosas, pierden incluso las cosas presentes (lo que tienen).

La gallina de los huevos de oro

Uno tenía una gallina que ponía huevos de oro, y habiendo creído que dentro de ella había un montón de oro, la mató. Habiéndola matado, ha encontrado una gallina igual que las demás gallinas. Y él, esperando encontrar una riqueza reunida, incluso de aquella pequeña ha sido privado. La fábula muestra que es necesario contentarse con lo que uno tiene a su disposición y evitar la insaciabilidad.

El citarista

Un citarista sin cualidades naturales que cantaba sin cesar en una casa encolada, resonándole su voz, pensó que esta era de muy buena voz. Y ciertamente dejándose arrastrar por eso, decidió que era necesario también presentarse al teatro. Pero habiendo entrado en escena y cantando muy mal, alcanzado con piedras fue echado. Así también, algunos de los creadores que en las escuelas parecen ser alguien, cuando llegan a la política, se muestran dignos de nada.

El etíope

Uno compró un etíope, creyendo que tenía un color tal por descuido del que lo tenía antes. Y habiéndoselo llevado a casa, le aplicaba jabones de toda clase de baños. Y el color no podía cambiarlo, pero lo hizo enfermar por fatigarse. La fábula muestra que las naturalezas permanecen como transcurrieron al principio.

El anciano y la muerte

Una vez, un anciano que había cortado unos troncos y los llevaba hacia un largo camino. Y habiéndose desprendido de la carga por la fatiga del camino, llamaba (en auxilio) a la muerte. Habiendo aparecido la muerte y habiendo preguntado la causa por la que la llamaba, el viejo dijo: "Para que me lleves la carga". La fábula muestra que todo hombre ama la vida, aunque sea muy descuidado.

La comadreja y la lima

Una comadreja que había entrado al taller de un herrero, lamió la lima que había allí. Y sucedió que, siendo frotada su lengua, se produjo mucha sangre. Pero ella se alegraba suponiendo que le quitaba algo al hierro, hasta que perdió la lengua completamente. La fábula se ha dicho para los que en su afición a disputas, se perjudican a sí mismos.

Los bueyes

Unos bueyes arrastraban un carro. Chirriando el eje, habiéndose vuelto, le dijeron así: "Eh, tú, llevando nosotros la carga entera, ¿tú te quejas?". Así también algunos de los hombres, fatigándose otros, ellos simulan cansarse.

La cerda y la perra

Una cerda y una perra disputaban acerca de su fecundidad. Pues la perra dijo que era principalmente de todos los cuadrúpedos la más fecunda, y la cerda respondiendo a estas cosas dice (dijo): "Cuando digas eso, reconoce que das a luz los cachorros ciegos". La fábula muestra que no se juzgan los asuntos por su rapidez, sino por su perfección.

El homicida

Uno, que había matado a un hombre, era perseguido por los familiares (parientes) de este. Y habiendo llegado frente al río Nilo, habiéndole salido al encuentro un lobo, atemorizado, se subió a un árbol que estaba situado junto al río y allí se ocultaba. Pero (al ver) habiendo visto allí una serpiente que se levantaba contra él, se dejó caer al río. Y en este, habiéndole recibido un cocodrilo, lo devoró. La fábula muestra que para los malditos del hombre, no es seguro ningún elemento ni de tierra ni de aire ni de agua.

La zorra y el león

Una zorra que no había visto nunca un león, una vez que, casualmente se encontró con uno, habiéndolo visto por primera vez se perturbó tanto que casi se muere. Pero habiéndose encontrado con él por segunda vez tuvo miedo, pero no tanto como antes. Pero habiéndolo visto por tercera vez tomó tanta confianza como para, habiéndosele acercado, hablar con él. La fábula muestra que la costumbre suaviza las terribles circunstancias.

La rana y la zorra

Estando una vez una rana en el estanque, y habiendo gritado a todos los animales: "Yo soy médico conocedor de remedios", una zorra que la había oído, dijo: "¿Cómo vas a salvar a otros tú que no te... a ti misma estando coja?". La fábula muestra que el que es profano de la educación, ¿cómo va a poder educar a otros?

El labrador y sus hijos

Un hombre labrador que estaba a punto de morir y quería que sus hijos se dedicaran a la agricultura (fuera de esperar), habiéndolos hecho venir, les dijo: "Hijos míos, el tesoro está guardado en una de mis vides". Estos, después de su muerte, habiendo cogido las azadas y los arados, tomaron toda su tierra. Y no encontraron un tesoro, pero la viña (bien cavada) daba mucha mejor cosecha. La fábula muestra que el esfuerzo es un tesoro para los hombres.

La corneja

Una corneja que ofreció un sacrificio a Atenea, llamó a un perro al festín. Este le dijo a ella: "¿Por qué gastas dinero en sacrificios inútilmente? pues la divinidad te odia tanto que incluso ha quitado el crédito de tus augurios". Y la corneja respondió: "Pero también por eso le ofrezco sacrificios, porque yo sé que ella está de manera odiosa, para que se reconcilie conmigo". Así muchos, por miedo, no vacilan en hacer bien a sus enemigos.

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