Fábulas Clásicas: Lecciones de Vida y Sabiduría Ancestral
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Colección de Fábulas Clásicas
La Zorra y la Cabeza
Una zorra, habiendo entrado en casa de un citarista y buscando cada uno de sus instrumentos, encontró la cabeza de una máscara perfectamente construida. Al tomarla con sus propias manos, exclamó: «¡Oh, qué cabeza, y no tiene cerebro!»
Moraleja: Esta fábula se aplica a aquellos hombres de gran apariencia física, pero de alma insensata.
El Asesino
Un hombre, tras haber matado a otro, era perseguido por la familia de la víctima. Al llegar a orillas del río Nilo, un lobo le salió al encuentro. Espantado, subió a un árbol situado junto al río y allí se ocultó. Al ver una culebra que ascendía hacia él, se arrojó al río. En el agua, un cocodrilo lo esperaba y lo devoró.
Moraleja: Esta fábula demuestra que ni la tierra, ni el aire, ni el agua ofrecen refugio seguro para los hombres malvados.
El Hombre y el León
En una ocasión, un león caminaba junto a un hombre. Ambos se jactaban con palabras. En el camino, encontraron una columna de piedra que representaba a un hombre ahogando a un león. El hombre, mostrándosela al león, dijo: «¿Ves cómo somos más fuertes que vosotros?» El león, sonriendo, respondió: «Si los leones supieran esculpir, verías a muchos hombres bajo un león.»
Moraleja: Esta fábula enseña que muchos se jactan de su virilidad con palabras, pero la experiencia a menudo los desmiente.
El Labrador y la Serpiente
Un labrador, en la estación de invierno, encontró una serpiente helada por el frío. Compadeciéndose de ella, la tomó y se la puso en el pecho. Una vez caliente y habiendo recuperado su naturaleza, la serpiente mordió a su benefactor y lo mató. Y este, al morir, decía: «Sufro lo justo por haberme compadecido de una criatura malvada.»
Moraleja: Esta fábula demuestra que las naturalezas malvadas son inmutables, incluso cuando se las trata con la mayor bondad.
El Hombre y sus Hijos
Un hombre, a punto de morir y deseando que sus hijos se dedicaran a la agricultura, los llamó y les dijo: «Hijos, en una de mis viñas se encuentra un tesoro.» Tras su muerte, ellos tomaron rejas y tridentes, y excavaron todo el terreno de la viña. No encontraron el tesoro, pero la viña les dio una cosecha abundante.
Moraleja: Esta fábula enseña que el esfuerzo es el verdadero tesoro para los hombres.
El Sol y las Ranas
Las bodas del Sol se celebraban en verano, y todos los animales se alegraban por ello, incluidas las ranas. Pero una de ellas dijo: «¡Oh, insensatas! ¿De qué os alegráis? Si siendo solo uno el Sol seca la charca, ¿qué mal no padeceremos si, tras casarse, engendra un hijo semejante a él?»
Moraleja: Esta fábula muestra que muchas personas con inteligencia limitada se alegran por cosas que, en realidad, no deberían causar alegría.