Explorando las Vanguardias Artísticas: Ruptura y Modernidad

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El término movimientos de *avant-garde* hace referencia a una serie de manifestaciones artísticas bien diferenciadas. Todas comparten la voluntad de ruptura con la tradición artística y con el modelo burgués de cultura. En este énfasis por la modernidad había una conciencia aguda de la ruptura que la sociedad industrial había representado en la historia de la humanidad y, también, una reacción contra los poderes burgueses que habían conducido a Europa a la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Intelectuales y artistas consideraron la gran carnicería que representó esta guerra como una prueba de la ruina de la cultura y la moral tradicionales.

Las vanguardias transformaron todos los aspectos de la creación artística: desde la arquitectura a la música, pasando por la escultura, el cine y, sobre todo, la poesía y la pintura. Aunque la vida de la mayoría de las vanguardias ha sido efímera, muchas de las novedades aportadas por estos movimientos han quedado incorporadas a los diferentes hábitos de expresión del arte actual.

El Cubismo: Una Nueva Interpretación del Espacio

Desarrollado entre 1907 y 1914, los orígenes de este movimiento se remontan a los años 1906-1907, cuando Picasso, instalado en París después de su período de aprendizaje en Barcelona, inaugura con el cuadro *Las señoritas de la calle Avinyó* una nueva manera de entender la representación del espacio. El cubismo rechaza la copia directa de la realidad; su objetivo es representar la estructura por medio de un lenguaje formal geometrizante.

El Futurismo: La Exaltación Indiscriminada de la Vida Moderna

En el primer manifiesto futurista, se exaltaban las innovaciones de la sociedad industrial: las máquinas, las grandes masas obreras, las ciudades modernas, la velocidad, el automóvil. La aceptación de estos valores implicaba la destrucción de todos los antiguos.

En el campo más específicamente literario, Marinetti proponía un medio de expresión nuevo que tenía como finalidad la destrucción del discurso tradicional, de la sintaxis y la eliminación de la puntuación. Además, Marinetti aceptaba como única forma verbal el infinitivo, propugnaba la abolición del adjetivo y del adverbio y la ruptura de la disposición habitual del texto en la página, combinando signos matemáticos con diferentes tipos de letra. Todos estos procedimientos tenían como objetivo conseguir imágenes y asociaciones audaces y violentas que debían contribuir a la destrucción de las formas y los temas de la tradición literaria.

El Dadaísmo

Este movimiento se propuso llevar al terreno intelectual el desorden ya existente en el ámbito social y político de la Primera Guerra Mundial. Los dadaístas atacaron todos los fundamentos de la sociedad occidental mediante el absurdo, el azar, el subconsciente y el humor.

Esta voluntad de anarquía y de demolición del orden establecido se manifestó en fotomontajes, collages, recitales de poemas "sonoros", "fonéticos" y de ruidos. Los dadaístas compartían un deseo de liberación mental llevado más allá de la lógica, de la moral y del buen gusto, que se prolongó en el surrealismo.

El Surrealismo

André Breton, y otros artistas como Louis Aragon y Paul Eluard, reivindicaron como espacios óptimos para la creación artística el estado de sueño y aquellos momentos de la vida dominados por la espontaneidad y la falta de control racional, en que el individuo se libera de las represiones impuestas por la cultura burguesa. La realidad, para Breton y sus seguidores, debía conjugarse con el sueño, constituyéndose en una especie de realidad absoluta, de "super-realidad". Con este fin propugnarán la escritura automática.

Uno de los principios del surrealismo fue la exploración del "azar objetivo", del conjunto de coincidencias y de signos que indican y revelan que un hecho era inevitable.

La realidad pasa a ser así un inmenso texto críptico, de valor altamente poético, la clave del que es, para Breton.

André Breton: Figura Clave del Surrealismo

La figura de Breton es importante en la literatura del siglo XX por su actitud de compromiso total con el movimiento surrealista, que él mismo contribuyó a configurar con diversos manifiestos y del que se convirtió en el portavoz infatigable. La realidad, para Breton y sus compañeros surrealistas, debía conjugarse con el sueño, constituyéndose en una especie de realidad absoluta, de "super-realidad". La misión del artista surrealista consistía en buscar esta superrealidad y trazar los puentes y los ligaduras que llevan a ella.

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