Explorando la Tragedia Griega: Origen, Estructura y la Obra de Sófocles
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Tragedia Griega: Origen y Estructura
El teatro surgió en Grecia al principio como parte de la celebración del dios Dionisio y luego se fue perfeccionando a medida que incorporaba los mitos sobre dioses y héroes. La tragedia era una presentación a cargo de actores masculinos que tenía una finalidad didáctica porque buscaba dejar una enseñanza. El público generalmente veía una obra que ya conocía, pero lo hacía para identificarse con el héroe que sufría y, a la vez, sentir terror de que le sucediera lo mismo. Así hacían catarsis, o se liberaban de sus pasiones, alcanzando un estado de pureza.
Estructura de la Tragedia Griega
La tragedia griega tenía cierta estructura:
- El prólogo: era la parte que mostraba el momento del mito que se iba a representar.
- El párodos: era la primera frase completa del coro.
- El episodio: era la parte más dramática, representada por los actores.
- El estásimo: era un canto lírico ubicado entre dos episodios.
- El éxodo: era la situación final.
La tragedia griega surgió en el siglo V a.C.
Sófocles: Innovador de la Tragedia
Uno de los escritores de tragedia más destacados fue Sófocles, que nació cerca de Alejandría en el 496 a.C. Sus tragedias ganaron varios concursos debido en parte a que él hizo algunas innovaciones, como la trilogía libre, cuyas tres obras, si bien están relacionadas, pueden apreciarse de forma separada. A su vez, los personajes de Sófocles eran más humanos y, si bien estaban influenciados por los dioses, en gran parte eran ellos quienes decidieron cómo morir y cómo vivir. Murió a los noventa años.
El Prólogo de Edipo Rey: Un Vistazo Detallado
Esta parte de la tragedia, que puede ser monologada o dialogada, se centra en la parte del mito que se va a desarrollar. Empieza con una indicación escénica: «Escalinatas de un palacio». Todo el pueblo está reunido en actitud suplicante, implorando a Edipo, rey de Tebas, que los salve de la peste. Edipo tiene una actitud paternal hacia su pueblo: «¡Oh, hijos míos!». Se preocupa por ellos, está atento a sus necesidades. Hay un profundo respeto al sacerdote, a quien llama «noble anciano», porque la educación de los griegos se basaba en tres respetos fundamentales: a los dioses, a los ancianos y a los extranjeros.
La Peste y la Súplica del Pueblo
El sacerdote es un anciano, pero también es un representante de Zeus en la tierra. Es él quien introduce el problema de la peste y la muestra jerarquizada desde lo menos importante a lo más grave: no crecen los frutos de los árboles, se mueren animales y las mujeres no tienen hijos. La ciudad aparece personificada: «no tienen fuerzas para levantar la cabeza». Las palabras del sacerdote reflejan una profunda confianza en Edipo, a quien llama «el primero de los mortales», «el mejor de los hombres» y elogia «su valentía». Sin embargo, sus palabras en determinado momento parecen una amenaza: «ten cuidado».
Recursos Literarios en Sófocles
Desde el comienzo se presenta el oxímoron, una técnica característica de Sófocles que es un juego de opuestos. Se le viene a pedir ayuda a quien es el problema: lo consideran el salvador, pero es quien causa la peste; reveló la adivinanza de la Esfinge, pero desconoce su propia identidad. La ironía es un recurso muy utilizado por Sófocles. En el comienzo del prólogo no hay diálogo, sino extensos parlamentos. El problema no toma desprevenido a Edipo, como lo indica esta metáfora: «no han venido a despertarme de un sueño en que dormía», porque él ya había tomado medidas, enviando a Creonte a consultar el Oráculo de Delfos.
Comienza una secuencia dialógica entre Edipo y Creonte que se llama esticomitia o respuestas simétricas: a un parlamento breve, una respuesta breve. La respuesta del oráculo pone en movimiento la tragedia, ya que muestra que para terminar con la peste debe ser expulsado el asesino de Layo. La «mancha de sangre» es una metáfora que señala el parricidio (asesinato del padre) y el incesto (casarse con la madre). La ironía continúa presente cuando Edipo dice nunca haber conocido a Layo, siendo que él fue el mismo quien lo mató en un cruce de caminos. Edipo quiere ser el vengador, pero terminará siendo la víctima. Es una tragedia también de la identidad, ya que Edipo, sin saberlo, se está buscando a sí mismo.