Explorando la Tragedia Griega: Esquilo, Sófocles y Eurípides

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Esquilo

Los persas, Las Suplicantes, Siete contra Tebas, Prometeo, La Orestía, única trilogía conservada completa que consta de: Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides.

El teatro de Esquilo todavía concede una gran importancia al coro. Este coro representa, salvo en el Prometeo, a la comunidad afectada por la acción de la tragedia e interviene en la acción misma, continuando así el primitivo papel que los coros tenían en los rituales dionisíacos. Los cantos corales presagian el futuro, aleccionan sobre los resultados funestos de la impiedad y de la injusticia y presentan las ideas a la luz de las cuales hay que juzgar la acción.

Esquilo introdujo innovación, y afirma que redujo la participación del coro, dando el primer lugar a la palabra hablada. A él se le atribuye también la continuidad de contenido de una trilogía.

Sófocles

Ayax, Antígona, Edipo Rey, Las Traquinias, Electra, Filoctetes, Edipo en Colono.

Entre las innovaciones que el arte escénico le debe a Sófocles están la introducción de un tercer actor, el aumento a quince del número de miembros del coro y el desarrollo de decorados. Con Sófocles comienza un nuevo estilo de teatro, dominado por la acción centrada ahora sobre todo en los personajes. Esquilo ofrece en la escena una visión teológica y una reflexión sobre las causas del dolor, pero en la medida en que afectan a toda la sociedad, una ciudad, un grupo, por eso, entre otras cosas, es para él tan importante el coro. Sófocles puede tratar el drama de toda la ciudad, como en Edipo Rey, pero su interés se centra en el drama del personaje Edipo; individualiza, pues, el sufrimiento. El esquema tradicional del héroe poderoso y luego sufriente es para él lo esencial.

Eurípides: Reflexiones sobre la Sociedad y el Individuo

Eurípides reflexiona sobre el hombre, sobre la sociedad, pero, al menos así lo parece, distante o ausente de ella.

Al parecer compuso 90 tragedias de las que se conservan 19: El Cíclope, Alcestis, Medea, Hipólito, Hécuba, Andrómaca, Los Heraclidas, Las Suplicantes, Heracles, Las Troyanas, Ión, Ifigenia entre los Tauros, Helena, Electra, Orestes, Las Fenicias, Ifigenia en Áulide, Las Bacantes y Reso.

Respecto a Sófocles, Eurípides maneja los recursos teatrales con menos habilidad; en cambio, sabe dotar a sus personajes de un patetismo que en cierto modo heredará el arte de época helenística e influirá en el teatro de Séneca, por ejemplo.

Los elementos más característicos de sus dramas son los siguientes:

  • Los prólogos suelen ser recitados por un solo actor -un rasgo bien distinto de los prólogos dialogados de Sófocles.
  • Las leyendas heroicas reciben un tratamiento nuevo, a menudo con la intención de criticar a los dioses y a los héroes tradicionales.
  • Los dioses son para él símbolos de los poderes irracionales. Los destinos humanos están dirigidos por la fortuna.
  • Muestra un gran interés por los personajes femeninos a los que dota de nueva caracterización. Las mujeres en Eurípides no son idealistas; se mueven por sentimientos personales y por las propias pasiones.
  • Critica duramente muchos principios tradicionales considerados por la sociedad ateniense intocables, como la superioridad del hombre sobre la mujer y del griego sobre el bárbaro o la virtud de la guerra.
  • Utiliza la tragedia como un foro para exponer sus ideas, sus inquietudes o su actitud inconformista.

Para todo ello se sirve Eurípides de la retórica sofística, del tono sentencioso, de largos prólogos explicativos de la situación inicial del drama, o del recurso deus ex machina, esto es, de un dios que aparece al final de la obra para arreglar situaciones que parecían imposibles de solucionar. Se llama así porque el dios aparecía en escena colgado de una especie de grúa (μηχανή latín machina), como si viniera del Olimpo o de los cielos.

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