Explorando el Teatro del Humor y el Drama Rural Español: "3 Sombreros de Copa" y "La Casa de Bernarda Alba"
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Análisis de Obras Teatrales Españolas
3 Sombreros de Copa de Miguel Mihura
Esta obra pertenece a un género teatral poco frecuente en la dramaturgia española: el teatro del humor. Escrita inmediatamente antes de la Guerra Civil, Mihura no tuvo la oportunidad de estrenarla hasta bien entrados los años 50.
Se trata de una obra de humor amargo y ácido, con una enorme comicidad conseguida especialmente a través de un lenguaje disparatado, que no se adecua a la situación, y por los múltiples y estrafalarios personajes que Mihura pone en escena.
Desarrollo de la Trama y Personajes
En el primer acto, se nos presenta a Dionisio, el protagonista, y a Don Rosario, el dueño de la pensión, a través de un diálogo grotesco en el que objetos como el zapato olvidado por el huésped anterior o las lucecitas del puerto están en la base de la comicidad.
Es interesante comprobar cómo Dionisio va evolucionando a lo largo de la obra. Deja de interesarle la fiel, aburrida y no muy agraciada Margarita —en este personaje, Mihura hace un paradigma de lo cursi— para interesarse por la vital Paula.
También es interesante el personaje de Don Sacramento como parodia de la honorabilidad burguesa.
Aspectos Destacados de la Obra
Quizás lo mejor de la obra, además del humor, sea la mezcla de lo patético y lo cómico, más la progresiva toma de conciencia por parte del protagonista y el enfrentamiento entre la autenticidad de Paula y la inconsistencia de Dionisio.
La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
La Casa de Bernarda Alba, escrita en 1936 y no estrenada hasta muchos años más tarde, es la obra maestra de Federico García Lorca. Lleva como subtítulo "Drama de las mujeres en los pueblos de España" y es, efectivamente, un drama rural.
En ella, Pepe el Romano, el hombre jamás presente en la escena —solo entrevisto, oído, olido o presentido—, será el catalizador de una tragedia que termina con más muerte y más encierro. La madre, Bernarda Alba, encarna un instinto de poder, tan ciego como el instinto sexual al que se opone, y tiene como misión reprimir el mundo femenino que vive en su casa.
Complejidad Temática y Simbolismo
Llama la atención la simplicidad aparente de la obra y su enorme complejidad temática. Ese mundo femenino, cerrado, en el que domina el silencio, en el que se perciben las murmuraciones de la aldea que ahogan a las hijas de Bernarda, forzadas a vivir en un mundo de negro hasta que la tradición (o la voluntad de Bernarda) decidan que ya se puede volver a vivir, que ha terminado el luto.
A la rigidez moral de este mundo solo se puede escapar mediante un desafío a la norma que conduce a Adela inexorablemente a la muerte, mil veces preferible para ella que una vida sin pasión.